Martes
5 de Marzo de 2013.
¡Sin miedo!
Por
Riqui Ricón*
No tengáis miedo de los que pueden matar el cuerpo, pero
no pueden matar el alma; antes bien, temed a aquel que puede destruir el alma y
el cuerpo en el infierno. ¿Cuánto puede valer un par de pájaros? ¡Muy poco
dinero! Sin embargo, ni uno solo de ellos cae a tierra sin el consentimiento de
vuestro Padre. Pues vosotros sabed que hasta el último de vuestros cabellos
está contado; por tanto no tengáis miedo, pues más valéis vosotros que muchos
pájaros (Mat 10.28-31).
Cada vez
que te parezca que estás en aprietos; cada vez que comiences a sentir angustia
o preocupación o miedo, recuerda que tú puedes combatir esos estados de ánimo utilizando
tu fe. Sólo recuerda cuánto vales tú para Dios.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Dios te ama
tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Si Dios te
valora tanto que hizo semejante sacrificio por Amor a ti, ¿crees que se puede
olvidar de ti dejándote a la deriva a merced de tus problemas, enfermedades o
aflicciones? ¡No! ¡Nada de eso!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1).
Ahora que
estás en Cristo Jesús, Dios te ha llamado Su propio(a) Hijo(a), ¡y eso es lo
que eres! Ahora que estás en Cristo Jesús, Dios, como buen Padre velará y
cuidará de ti.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará
una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
Así que, sin
importar cuales sean los problemas, enfermedades, aflicciones o retos que estés
enfrentando el día de hoy, deshazte de todo temor y hecha fuera de tu vida la
angustia y la ansiedad, pues,
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré
mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento (Sal 23.4).
Y como si fuera
poco que Dios mismo esté contigo, a tu lado, sosteniéndote e infundiéndote
aliento, la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, te dice claramente
que,
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud
para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Rom 8.15).
Vivir con miedo
es vivir esclavo. Sin embargo, es tu identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo la que te da la victoria sobre el espíritu de esclavitud y temor.
Qué, pues, diremos a esto? Si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Rom 8.31).
Piénsalo bien, siendo
tú Hijo(a) legítimo(a) del único Dios Todopoderoso, ¿qué habrías de temer?
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová
es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron
contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis
carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No
temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado (Sal 27.1-3).
La próxima vez
que te sientas tentado a ceder ante la angustia y la preocupación, sin importar
la magnitud de tus circunstancias, levanta tus manos a Dios y comienza alabarle
porque tú eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios y en todas las cosas eres más que
vencedor(a) por medio de Aquel que te ama, Cristo Jesús.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en
ti confía (Sal 84.12).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es muy
hermoso saberme tan amado(a) por Ti. Gracias, Señor Jesús, porque no sólo
proveíste para mí el perdón de mis pecados sino que me hiciste justicia de Dios
en Ti y me reconciliaste con Dios haciéndome hermano(a) Tuyo(a) e Hijo(a) del
Padre. Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el
Todopoderoso, es Abba, Padre, mi Papá. Leer de esto en Tu Palabra, la Biblia,
me hace conocer la Verdad y la Verdad me hace libre. Soy libre para recibir,
por medio de la fe en Ti, Jesucristo, esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por
medio de la fe en Tu Palabra, esta identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Por lo tanto, amado
Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra son
mías y para mí. Hoy puedo orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes.
Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el
nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre de toda
enfermedad o dolencia; creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios
Todopoderoso, para ser y vivir prospero(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi
vida todo pensamiento de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca
de mí. Yo soy lo que la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios;
especial tesoro de mi Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en
todas las cosas, absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor por medio
del Amor de Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro
en el gozo y la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
5 Mat
10.26-42 / Lev 9-10 / Pro 23
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