Domingo
3 de Marzo de 2013.
¡Al que cree
TODO le es posible!
Por
Riqui Ricón*
Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró
ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y
vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos (Mat 9.18).
¡Qué declaración más asombrosa y
llena de fe le hizo Jairo a Jesús: Mi hija acaba
de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá! Por esta
declaración, Jesús se levantó y le siguió para hacer conforme a lo que él había
dicho.
Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos,
dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! Y
llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que
puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los
ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe
os sea hecho (Mat 9.27-29).
Si tú, al igual que Jairo y estos
dos ciegos, tienes necesidad de un milagro el día de hoy sólo necesitas
recordar el secreto que Jesús nos reveló: ¡Conforme a tu fe te será hecho!
La Buena Noticia es que ahora, en
Cristo Jesús, tú tienes fe para salir delante de cualquier problema, enfermedad
o aflicción y mucho más. Veamos:
Ahora bien, la fe es la garantía de
lo que se espera, la certeza de lo que no se ve (Heb 11.1 NVI).
¿Cómo puedes tener la garantía de
aquello que estas esperando cuando tus circunstancias te indican todo lo
contrario? ¿Cómo estar completamente seguro(a) de cosas que todavía no ves
cuando lo que si ves es tan desalentador? ¿Cómo tener la certeza que estás
sano(a) cuando los análisis y los médicos dicen lo opuesto? ¿Cómo estar
realmente convencido(a) que saldrás adelante cuando te acaban de despedir o los
ingresos no parecen suficientes?
La respuesta para estas y todas
las dudas acerca de tu fe es muy sencilla: puedes tener la garantía de lo que
esperas y la certeza de lo que no ves solamente si Dios lo ha dicho. Esto es,
si Dios ha hablado algo respecto a tus necesidades, entonces puedes estar cien
por ciento seguro(a) que Él cumplirá Su Palabra.
Dios no es un simple mortal para
mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo
que dice? (Num 23.19 NVI).
Basta una Palabra del Señor y un
milagro te ocurrirá.
Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un
centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado
en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo
iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy
digno de que entres bajo mi techo; solamente
di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy
hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y
va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al
oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que
ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.5-10).
La fe es
sencilla y simple como un granito de mostaza. Fe es creerle a Dios creyendo a
Su Palabra. Fe es estar seguro(a) que Dios es digno de confianza. Fe es estar
convencido(a) que Dios es honorable y que Su honra y Honor están depositados en
Su Palabra.
¡Fe es saber
que todo poder y autoridad están contenidos en la Palabra de Dios!
Cuando
adquieras esta certeza y seguridad rotunda en la Palabra de Dios entonces tus
declaraciones estarán cargadas del Poder y la Autoridad de Dios que sólo tu fe
puede activar.
Jesús le preguntó al padre: -¿Cuánto
tiempo ha estado así? El hombre le respondió. -Ha estado así desde que era
niño. Varias veces lo ha tirado al fuego o al agua para matarlo. Por favor, si
puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: -No
digas: 'Si puedes hacer algo', todo es posible para el que cree. Entonces, el
padre del muchacho gritó muy fuerte: -¡Creo, ayúdame a creer aun más! (Mar 9.21-24
PDT).
¡Al que cree
TODO le es posible!
Al igual que Jairo, sin importar
las circunstancias, el primer y más importante fruto de tu fe debe ser una
declaración firme y consistente con aquello que estás creyendo.
Mirando a este padre de familia,
pienso que tú me podrías objetar que estás demasiado angustiado(a) por la
gravedad de tus circunstancias y que quisieras creer, pero eso no basta, no es
suficiente, pues tienes que actuar en fe y comenzar a declarar que SÍ crees que
sea posible.
Si es necesario tienes que apelar
al Amor que Dios siente por ti y pedirle que te ayude a creer.
Para esto puedes comenzar
creyendo que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que
perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Puedes creer
que a pesar de tus delitos y pecados, por ese gran Amor con que Dios te ama, ahora,
en Cristo Jesús, has sido hecho(a) un(a) legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1).
Esta especial relación que ahora
disfrutas con Dios (de Padre a Hijo(a) y de Hijo(a) a Padre), te garantiza que
Él siempre responderá a tu favor.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros,
que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está
en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.7-11).
Sin lugar a dudas, Por lo que
Jesús hizo en la cruz por Amor a ti, tú tienes una mayor certeza para activar
el Poder y la Autoridad de Dios a tu favor que la que tenían Jairo, el
centurión y los dos ciegos.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le
es posible (Mar 9.23).
¡Atrévete a
creer! Creer es sencillo. ¡Créele a Dios! ¡Créele a Su Palabra!
Oremos en voz audible:
¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y absoluta
confianza, llamarte Padre mío. Gracias, Señor, por tanto y tan grande amor, que
yo, estando muerto(a) en delitos y pecados, me diste vida juntamente con Cristo
Jesús. ¡Por Gracia soy salvo(a)! Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue derramada
en esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me abrió el
camino a la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios, según el
puro afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! ¡Soy heredero(a) de Dios
y coheredero(a) con Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme
a Tu imagen, mi Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor.
Gracias, muchas gracias Señor. Por esto, por tu Amor por mí, creo y declaro con
toda certeza de fe que yo, _____________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre!
Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. ¡En TODAS las
cosas soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! ¡Mayor es el que está
en mí, que el que está en el mundo! En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
3 Mat
9.18-38 / Lev 5-6 / Pro 21
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