Domingo
17 de Marzo de 2013.
¡Como un grano de mostaza!
Por
Riqui Ricón*
Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué
nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de
cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible (Mat 17.19-20).
Es muy interesante notar aquí que
las palabras “poca fe”, en la mayoría de las traducciones inglesas y en varias
en español, significan, literalmente, incredulidad o desconfianza en Dios.
Y él les dijo: «Por su falta de fe. En verdad les digo que si ustedes tuvieran fe
como un grano de mostaza, le dirían a este monte: 'Pásate de aquí para allá,' y
se pasaría enseguida, y la cosa no les sería imposible
(MH-DuTillet).
Jesús
les dijo: Por su incredulidad;
porque en verdad les digo que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a
este monte: "Muévete de aquí", y se movería, y nada les sería difícil
(Sy Español).
Y
Jesús les dijo: Por vuestra infidelidad;
porque de cierto os digo, que si tuviereis fé como un grano de mostaza, diréis
a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible
(Reina Valera 1865).
Jesús les respondió: --Porque ustedes no confían en Dios. Les aseguro
que si tuvieran una confianza tan pequeña como un grano de mostaza, podrían
ordenarle a esta montaña que se moviera de su lugar, y les obedecería. ¡Nada
sería imposible para ustedes! (BLS).
Fe es la certeza de lo que se
espera la convicción de lo que no se ve, pero ¿cómo puedo estar seguro de
aquello que no puedo ver? ¿Cómo estar convencido de recibir lo que estoy
esperando? Dicha certeza y convicción sólo pueden provenir del hecho
irrefutable e infalible de que tengo la Palabra de Honor del único Dios vivo y
verdadero. ¡La Biblia!
¿Cómo puedes estar seguro(a) de
tu sanidad cuando tu cuerpo se siente mal y los análisis clínicos y tu doctor
dicen que estás muy grave? ¿Cómo puedes estar convencido(a) de que tu hijo(a)
vendrá a Cristo y saldrá adelante con su vida cuando la evidencia diaria es que
no te obedece y anda con malas compañías? ¿Cómo puedes tener la certeza que tu
matrimonio se salvará cuando todos los días son pleitos y malas caras y ya se
habla de divorcio?
En estos (y todos los casos), la
certeza de fe llega cuando miras atentamente a lo que dice la Biblia, que es la
Palabra de Dios, y no miente; esto es, cuando encuentras una promesa de Dios a
tu favor, respecto a tu necesidad puedes estar cien por ciento seguro(a) que si
Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces Él lo va
a ejecutar.
Así, fe es creerle a Dios,
creerle a Su Palabra. Los discípulos no pudieron echar fuera ese demonio porque
no creyeron que, de acuerdo a la Palabra de Jesús, tenían el poder y la
autoridad para hacerlo. Por eso Jesús exclamó:
¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con
vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? (Mat 17.17).
Ellos dudaron de lo que la
Palabra de Dios dijo que eran capaces de hacer y por eso, perdieron su
identidad y no consiguieron cumplir su propósito.
Tener fe como un grano de mostaza
significa vivir en lo supernatural de la Palabra de Dios; significa entrar a
poseer la tierra y establecer el reino de Dios, el reino de los cielos, con la
total certeza de que eres un(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO y que, por
lo tanto, lo que es imposible a los ojos y mentalidad humana para ti SI ES
POSIBLE.
Sin embargo, en el momento que
estos hechos acontecieron en la vida de los discípulos, ellos aún no habían
Nacido de Nuevo.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de
Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque
ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
Pero este es el pacto que haré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré
en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más
pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).
Recuerda que el Nuevo Nacimiento
es el cumplimiento del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús e incluye un corazón
nuevo, ser creado espíritu nuevo (nacido de nuevo o renacido o regenerado) y al
Espíritu Santo dentro de ti.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Y si a esto le agregas esa medida
de fe, QUE YA TIENES, te puedo asegurar que le dirás a ese monte que hoy estás
enfrentando: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada te será imposible.
Saber y CREER que eres un(a)Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo te da la identidad correcta, te establece en quien tú
eres ahora en Cristo Jesús.
Ahora bien, la idea de poca,
mediana o mucha fe es totalmente errónea. Tú y yo hemos sido dotados por Dios
con LA MEDIDA de fe, que es exactamente la misma para todas Sus Hijas e Hijos.
Digo, pues,
por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno (Ro 12.3).
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado,
por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra (2 P 1.1).
Así que,
de acuerdo a la Palabra de Dios, tú tienes la misma fe con la que Pablo, Pedro
y los apóstoles, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando
la palabra con las señales que la seguían. Amén (Mar 16.20).
Eres un(a) Hijo(a) del Reino y tienes
esa fe, como un grano de mostaza.
¡Dios lo dice! Por lo tanto, ¡Es
la Verdad!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, hoy quiero darte las gracias por tanto y tan grande amor. Lo que
hiciste por mí al entregar a Tu propio Hijo para pagar mis pecados en mi lugar,
es algo tan maravilloso que nunca dejaré de agradecértelo. Señor Jesús, por Tu
muerte y resurrección, ahora yo tengo Vida Eterna y tengo entrada por un mismo
Espíritu al Padre. Cada día comprendo más que yo soy la persona que Tú, mi
Dios, dices que soy: ¡Un(a) Hijo(a) amado(a) del Rey! Por lo tanto, estoy
seguro(a) que Tú, Espíritu Santo, y yo, haremos de mi vida una vida que vale la
pena vivirse. No voy a dar lugar al miedo, ni a la duda, ni a la incredulidad.
¡Voy a creer solamente! ¡Yo tengo Tu fe, Señor Jesús! ¡Creo que por Tus heridas
soy sano(a), Señor Jesús! ¡Creo que es Tu deseo que yo prospere en todo y que
tenga salud, así como prospera mi alma! ¡Creo que todo lo puedo en Cristo que
me fortalece! ¡Creo que mayor es el que está en mí, que el que está en el
mundo! ¡Creo que este, y todos los días de mi vida, voy a salir más que
vencedor(a) en todas las cosas, por medio de Tu Amor, mi Dios! Lo creo en el
nombre de Jesús. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)!
¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios! Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 17 Mat
17 / Núm 3-4 /
Ecl 3.16-4.16
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