Lunes 15 de
Octubre de 2012.
¡Él rompió tus
prisiones!
Por Riqui Ricón*
Alabad a Jehová, porque él es
bueno; Porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de
Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo… Los sacó de las tinieblas y de
la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones… Envió su palabra, y los sanó, Y
los libró de su ruina (Sal 107.1-2, 14, 20).
Ser un creyente
significa más que sólo creer en Dios, significa creerle a Él, creer que lo que
Él dice lo va a cumplir, que primero el cielo y la tierra dejarán de existir
antes de que Su Palabra deje de cumplirse.
Escribid, pues, vosotros a los
judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del
rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el
anillo del rey, no puede ser revocado (Est 8,8).
Si esto es cierto para
las leyes que dictan los seres humanos (pues las leyes se tienen que cumplir),
cuánto más lo será para las Palabras que han salido de la boca de Dios.
Te animo a que hoy te
detengas un poquito a meditar conmigo: ¿Qué quiero decir cuando declaro que la
Biblia es la Palabra de Dios? ¿En verdad creo que la Biblia son las Palabras
que han salido de la boca de Dios?
El profeta Isaías
declaró,
¿Quién ha creído a nuestra palabra y sobre quién se ha manifestado el poder
del Señor? Éste (el que cree) subirá cual renuevo delante de
Dios (Isa 53.1).
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Dios, y no miente, ¡todos los que creemos que la Biblia
efectivamente es la Palabra de Dios somos renovados, hechos de Nuevo, dotados
de una Nueva Naturaleza, y subiremos delante de Él!
Así que, si Dios dice que envió
Su Palabra para sanarte y librarte de la ruina, entonces, ¿qué vas hacer? ¿Vas
a creer al conocimiento natural que por medio de tus sentidos te dice que estás
enfermo(a) y que probablemente no llegarás a viejo(a)? ¿Vas a creer lo terrible
de tu situación que te habla dejándote sin esperanzas para tu familia, vida o
matrimonio? ¿Vas a creerle a la tristeza y a la depresión que te acusan
constantemente de tus fracasos y pecados para convencerte que no vale la pena
vivir?
Yo que tú, le creería a Dios,
pues Él no puede mentir y toda Palabra que sale de la boca de Dios es Verdad.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lc 21.33).
Así que determínate a ser sano y a
ser libre.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, para pagar todos tus pecados, antes que
perderte a ti.
Miren
lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer
posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por
eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios
(1 Jn 3.1 PDT).
Jesús no sólo pagó con Su Vida
todos tus pecados para justificarte y que fueras perdonado(a), sino que
resucitó venciendo a la muerte para darte la Vida Eterna que solamente pueden
tener los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
La vida que Jesús y Dios, tú
Padre, han preparado para ti no es cualquier tipo de vida. No es un “borrón y cuenta nueva”. Es una vida
nueva totalmente diferente a lo que te puedas imaginar. ¡Es la Vida Eterna! La
única vida, realmente, plena y abundante.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
En una ocasión, un padre de
familia, que había acudido a Jesús por la sanidad de su hijo, le dijo: “si puedes hacer algo ten misericordia de nosotros y
ayúdanos” a lo que Jesús le respondió, “si puedes
creer, al que cree TODO le es posible” (Mar 9.22-23).
Determínate, el día de hoy, a
dejar a un lado, de una vez y para siempre, todas las dudas que produce el espíritu de temor. Resístele, pues la
escritura dice,
Así
que sométanse a Dios. Resistan al
diablo, y él huirá de ustedes
(Stg 4.7).
¡No temas, cree solamente! ¡Dios es bueno y
para siempre es Su misericordia!
Pero
ustedes son un pueblo escogido por Dios, sacerdotes al servicio del Rey, una
nación santa, y un pueblo que pertenece a Dios, quien los escogió para que
anuncien las poderosas obras que ha hecho y los llamó a salir de la oscuridad
para entrar en su luz maravillosa. Antes, ustedes no eran ni siquiera un
pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios. Ustedes no habían recibido compasión,
pero ahora han recibido la compasión de Dios (1 P 2.9-10).
Jesús ya te sacó de las tinieblas
y de la sombra de muerte. ¡Él ya rompió tus prisiones! Ahora eres real
sacerdocio, una nación santa, pueblo adquirido por Dios. ¡Eres un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por
la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Así que, vive este día
con gozo y plena certeza de fe, pues la Biblia es, efectivamente, la Palabra de
Honor de Dios y si Él lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló,
entonces, Él lo va a ejecutar.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
te doy muchas gracias porque lámpara es a mis pies Tu Palabra y la luz que
ilumina mi camino. Señor, sé que no mientes y que no puedes mentir, también sé
que tu Palabra es la Verdad y se va a cumplir TODA. Tú has dicho que me amas
tanto que me librarás del lazo del cazador y de la peste destructora. Cúbreme
con tus plumas, pues debajo de Tus alas yo estoy segura(o). Tu Palabra es mi
escudo y mi espada, así que no voy a temer al terror nocturno, ni saeta que
vuele de día, ni pestilencia que ande en obscuridad, ni mortandad que en medio
del día destruya, ya que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí
no llegará, porque Tú, Jesús, estás conmigo. Hoy declaro, confiado en la
Palabra de Dios, que de todo problema, angustia o enfermedad, yo, ____________
(tu nombre aquí), voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me
amó, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Voy a vivir este día en plenitud
de certeza de vida pues yo en Ti, Señor, confío. Jehová de los ejércitos, Dios y Padre Eterno, dichoso, dichosa, el
hombre y la mujer que en ti confían. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy
próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. ¡Amén!
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
15 Apo
15 / Est 7-8 / Sal 107.1-22
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?