Martes 9 de
Octubre de 2012.
¡Con propósito y
destino!
Por Riqui Ricón*
El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio
del hombre, Sacando el pan de la tierra, Y el vino que alegra el corazón del
hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del
hombre (Sal 104.14-15).
Y
sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los
había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y
los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos (Neh 12.43).
Cada día, cuando
medites en las bondades y beneficios que Dios ha derramado sobre tu vida, recuerda
siempre que el mayor de ellos es Su Palabra, la Biblia.
La Biblia es la palabra
de Dios. Esto significa que TODAS las palabras que están en la Biblia han salido
de la boca del Dios vivo y verdadero, quien, por cierto, no puede mentir y, por
lo tanto, TODAS ellas se van a cumplir cabalmente.
El
cielo y la tierra pasarán pero mis palabra no pasarán
(Luc 21.33).
Dios es el creador y
hacedor de todas las cosas buenas, las cuales ha destinado por posesión tuya
porque te ama y por haberte constituido tú, en Hijo(a) de Dios, mediante la fe
en Cristo Jesús; esto es, por haber creído, reconocido y aceptado que
Jesucristo es tu Señor y que pagó en esa cruz todos tus pecados por amor a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16).
Por esto, ahora eres
nueva creatura, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y lo mejor de tu vida
está delante de ti y no atrás.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co
5.17).
Sin lugar a
dudas, en esta nueva naturaleza, recreación o nuevo nacimiento, Él te desea
próspero(a), con salud, paz y mucho gozo. ¿Qué cómo lo sé? Pues escrito está en
Su Palabra, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las
mujeres y los niños; y el alborozo… fue
oído desde lejos.
¿Acaso
Dios miente cuando te asegura en la Escritura, Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma? (3 Jn 2). ¡De
ninguna manera! Recuerda siempre que Dios no miente.
Así que, Dios, el Creador, el
Todopoderoso, que ha hecho todas las cosas buenas para que las disfrutes, te
ama tanto que te ha elevado de la posición de simple creatura a la de Hijo(a)
del Rey. Te ha justificado, perdonado, santificado y perfeccionado haciéndote
Su propio(a) Hijo(a). Ahora eres miembro de la familia real, tienes la vida
resuelta y puedes en verdad ser feliz mientras cumples la misión que se te ha
encomendado.
Vosotros, en cambio, sois un linaje escogido, un real
sacerdocio, una nación santa, un pueblo que Dios ha adquirido para que
anunciéis a otros las grandezas de aquel que, estando vosotros en tinieblas, os
llamó a participar de su luz maravillosa. Por eso, los que antes no erais
pueblo, sois ahora pueblo de Dios; los que antes no erais objeto de
misericordia, gozáis ahora plenamente de la misericordia de Dios (1 P 2.9-10 CST).
Estas, mi amado(a), son las
buenas noticias del Evangelio. No solamente has sido justificado(a) y perdonado(a)
en Cristo Jesús, sino que también has sido regenerado(a), renovado(a) -hecho(a)
de nuevo-, para ser llamados por Dios Hijo(a) Suyo(a).
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha
mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso
es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el
mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
Todo esto, es razón, más que
suficiente, para alegrarnos y gozarnos pues, ahora, al haber nacido de nuevo,
el Todopoderoso es tu propio Padre, quien te guarda y te sostiene con su
diestra de justicia y de poder.
Él es el proveedor del
vino, aceite y pan para que, a pesar de toda circunstancia adversa, tristeza,
muerte o enfermedad, tú realices una vida plena y abundante a través de
Jesucristo. Para que realices una vida CON significado pues ahora tú ya sabes
quién eres y por qué estás en esta vida.
¡Eres un(a) Hijo(a) de
Dios! ¡Tienes identidad! ¡Eres la sal de la tierra, la luz del mundo y estás
llamado a bendecir a los demás! ¡Tienes propósito!
Recuerda que, si Dios
lo dijo, entonces lo va a cumplir y si Dios lo hablo, entonces lo va a
ejecutar. Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se
arrepienta.
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus
fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo
cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques (Sal 84.5-6).
Tu vida en esta tierra
no tiene por qué ser un valle de lágrimas, tristezas y sufrimientos. Puesto que
la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, establece que Jesús vino a ti
para darte Vida Eterna, que es la Vida plena y abundante que sólo pueden
disfrutar los Hijos de Dios, entonces, insisto, sin importar los problemas,
enfermedades o aflicciones que hoy estés enfrentando, y sin lugar a dudas, TÚ
eres ese(a) hombre (mujer) bienaventurado(a) que tienes en Dios tu fuerza y Su
Palabra y Sus caminos en tu corazón. ¡Tú eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo que, atravesando el valle de lágrimas lo conviertes en un manantial
pues Jesucristo vive en ti y contigo y Su Palabra en ti es una fuente que salta
para vida eterna.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que
la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija
llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola
en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado
el vinagre, dijo: Consumado es.
Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu (Jn 19.28-30).
Si en estos momentos te
encuentras suspirando y pensando, “ese
será tu caso Riqui Ricón, ojalá y mi vida fuera así de hermosa…”, te
recuerdo que no se trata de lo que tú pienses que es tu vida o de lo que
hiciste con ella, sino de lo que Dios dice que ahora es tu vida por lo que Él
hizo con ella. ¡Consumado es! ¡Hecho está! ¡Buenas Nuevas! El sacrificio de Amor
que Jesús hizo por ti fue perfecto, completo y acabado. No le hace falta nada.
No hay que agregarle nada.
¡La Palabra de Dios lo
dice así!
Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo (plenitud) por él (Jn 3.17).
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida (Vida Eterna), y para que
la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Jehová de los ejércitos, Dichoso
el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
¡Gracias Señor Jesús,
puedo confiar en Ti!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
te estoy muy agradecido por el Amor con que me has amado que estando yo muerto
en delitos y pecados me has dado vida juntamente con Cristo, y no cualquier
clase de vida, sino la Vida Eterna; una Vida Plena y Abundante para vivirla. Es por Tu Gran Amor que me has hecho nueva criatura
y todas las cosas viejas ya han quedado atrás. He sido justificada(o) y
perdonada(o) por Tu Gran Amor, que es Cristo Jesús, mi Señor y Salvador. Puedo
declarar que soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo no de una simiente
corruptible sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra, Señor. Puedo
confiar en Ti y ser dichosa(o). Recibo Tu gozo, que es mi fortaleza y declaro,
con toda certeza, que yo, _____________ (tu nombre aquí), soy la persona que la
Biblia, Tu Palabra, oh Dios, dice que soy. De todo problema, enfermedad o
aflicción saldré más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me
fortalece. Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí, y conmigo, que el
que está en el mundo. Yo soy linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios para anunciar las virtudes de Aquel que me llamó de las
tinieblas a Su Luz admirable. ¡Tengo identidad y tengo propósito! ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
9 Apo
9 / Neh 12/ Sal 104.1-23
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