miércoles, 17 de octubre de 2012

¡He aquí algo en lo que ciertamente puedes descansar!

 
Jueves 11 de Octubre de 2012.
¡Él va a cumplir!
Por Riqui Ricón*
Den gracias al Señor,  invoquen su *nombre; den a conocer sus obras entre las naciones. Cántenle,  entónenle salmos;  hablen de todas sus maravillas. Siéntanse orgullosos de su santo nombre;  alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su fuerza;  busquen siempre su rostro. Recuerden las maravillas que ha realizado,  sus señales,  y los decretos que ha emitido. ¡Ustedes,  descendientes de Abraham su siervo!  ¡Ustedes,  hijos de Jacob,  elegidos suyos! Él es el Señor,  nuestro Dios;  en toda la tierra están sus decretos. Él siempre tiene presente su *pacto,  la palabra que ordenó para mil generaciones. (Sal 105.1-8).
De las muchas razones que podemos mencionar para cantar y alabar a Dios con el corazón lleno de gratitud, la principal de todas es que, ¡Él es Dios!
Piénsalo por un momento, cuando el Señor se manifestó a Moisés diciendo que Él era el que ES, estableció para siempre la mejor de nuestras bendiciones, en efecto, ¡Él es Dios!
Quizá te preguntes, ¿Y eso qué significa? Permíteme explicarte, cuando Él dijo Yo Soy el que Soy (Ex 3.14), estaba diciendo con muy pocas pero concisas palabras: Yo soy el único Dios Verdadero. Esto te puede parecer muy evidente (por ahora), pero sólo recuerda que Dios le estaba hablando a Moisés y a su generación; una generación que creció en medio de la idolatría de un Egipto repleto de dioses falsos.
Hoy en día (3,500 años después), no existe ninguna diferencia, Él sigue siendo el único Dios verdadero, el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Pero, lo verdaderamente importante para ti y para mí, lo que nos lleva a adorarle y exaltarle con gratitud es Su principal atributo como Dios: Él NO PUEDE MENTIR.
Así es, aunque parezca contradictorio, existe una cosa que el Todopoderoso no puede hacer y eso es mentir. Aunque quisiera hacerlo, Él no puede hacerlo. ¿Por qué? Porque, precisamente, ¡Él es Dios! Y esta es la mayor de nuestras bendiciones.
Continúo explicándome, imagínate que el Señor se apareciera hoy en medio de nosotros (checa la fecha de este escrito) y nos dijera miren que hermosa noche de domingo estamos teniendo, no podrías corregirlo diciéndole te equivocaste Señor, pues, en el preciso instante que las Palabras hermosa noche de domingo salieran de Su Boca, ¿qué crees tú que sucedería? ¡Claro! En ese momento deja de ser jueves para convertirse en domingo por la noche. ¡Él es Dios!
Precisamente, porque Él es Dios, TODAS las palabras que salen de su boca SIEMPRE se cumplen. Así que, regresando a nuestro ejemplo ficticio, a cambiar agendas y calendarios pues ya estaríamos en domingo, porque, aunque Él haya pretendido jugarnos una broma, y no la haya dicho en serio, Él sigue siendo Dios y todo lo que Él dijo se va a cumplir, todo lo que Él habló se va a ejecutar.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Luc 21.33).
Buenas noticias, puedes cantar, alabar y bendecir Su nombre pues Él no puede mentir. ¡Todo lo que ha dicho es verdad!
Por lo tanto, ante ese problema, enfermedad o aflicción que estás enfrentando el día de hoy, puedes dejar de angustiarte y de preguntarte ¿Qué voy hacer? Tú no eres Dios. ¡Él sí! Y si Él dice que,
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra *paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados (Isa 53.4-5 NVI).
Entonces puedes creer, y confiar, en que CIERTAMENTE estás sano y libre de toda enfermedad. ¡Él es Dios! ¡No puede mentir!
Si Él dice que,
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
Entonces, efectivamente, TODO LO PUEDES. Puedes enfrentar cualquier situación porque Cristo te da el poder para hacerlo.
Si Él dice que,
Sabemos que nadie nacido de Dios practica el pecado, porque Cristo, el Hijo de Dios, le protege y no permite que el maligno le toque (1 Jn 5.18 CST).
Entonces, porque tú eres nacido de Dios ya no practicas el pecado y eres la persona más guardada y protegida de todo el universo. Satanás NO PUEDE tocarte. ¡Escrito está! ¡Es la Palabra de Dios!
Qué más diremos a esto, si Dios dice que te ama…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
Entonces, sin lugar a dudas, ¡Dios te ama! Te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para que pagara todos tus pecados, antes que perderte a ti. Te ama tanto que ahora hasta te llama Su propio(a) Hijo(a). ¡Y eso es lo que de verdad eres!
Por todo esto, y más, tienes la garantía de una vida plena, por su gran amor con que te ha amado, ya que estando tú muerto(a) en delitos y pecado, Él te dio vida juntamente con Cristo Jesús, por gracia eres salvos -plenos- (Efe 2.4-5). Él lo dice así en Su Palabra y esa, mi amado(a), es la única verdad que cuenta.
La Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, es un pacto. El Pacto de Dios para tu vida. Y, mi amado(a) hermano(a), vale la pena estar contentos, felices, pues estas son excelentes noticias. Ya no dudes más, ¡Él va a cumplir Su Palabra!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, Tú determinaste en Tu Palabra que será dichosa(o), bienaventurada(o), mil veces feliz, el hombre o la mujer que pueda confiar en Ti. Yo creo que estás hablando de mí. Así es, Señor, te doy muchas gracias pues cada día te conozco más y sé que Tú no mientes, ni te arrepientes. Que lo que has hablado acerca de mí lo vas a cumplir todo. Por esto, por Tu Palabra, por Tu Honor, puedo vivir una vida dichosa. Sé que en el mundo tendré aflicciones pero puedo confiar en Ti, pues Tú, Cristo Jesús, ya has vencido al mundo. Así que, en todas las cosas soy más que vencedor por medio de Tu Amor, pues todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Me determino, con Tu ayuda, precioso Espíritu Santo, a vivir este día con valentía y alegría pues me doy cuenta que Tú estás en mí y conmigo; y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Mayor es el que está en mí, que el que está en el mundo! ¡No hay forma que pueda perder! Hoy, me alegro de corazón. Recurro a Ti, Señor, y al poder de Tu fuerza. Recuerdo las maravillas y señales que has realizado en mi vida y me siento orgulloso de Tu Santo Nombre. Tú siempre tienes presente Tu Pacto, la Palabra Santa que has ordenado para mi bendición. Por eso, creo, tomo y declaro cada una de Tus Promesas para mi Vida. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre 11                   Apo 11 /  Est 1/ Sal 105.1-25
 


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