Jueves 11 de
Octubre de 2012.
¡Él va a cumplir!
Por Riqui Ricón*
Den gracias al Señor,
invoquen su *nombre; den a conocer sus obras entre las naciones.
Cántenle, entónenle salmos; hablen de todas sus maravillas. Siéntanse
orgullosos de su santo nombre; alégrese
el corazón de los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su fuerza; busquen siempre su rostro. Recuerden las
maravillas que ha realizado, sus
señales, y los decretos que ha emitido.
¡Ustedes, descendientes de Abraham su
siervo! ¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos! Él es el Señor, nuestro Dios;
en toda la tierra están sus decretos. Él siempre tiene presente su *pacto,
la palabra que ordenó para mil generaciones. (Sal 105.1-8).
De las muchas razones
que podemos mencionar para cantar y alabar a Dios con el corazón lleno de
gratitud, la principal de todas es que, ¡Él es Dios!
Piénsalo por un momento,
cuando el Señor se manifestó a Moisés diciendo que Él era el que ES, estableció
para siempre la mejor de nuestras bendiciones, en efecto, ¡Él es Dios!
Quizá te preguntes, ¿Y eso qué significa? Permíteme
explicarte, cuando Él dijo Yo Soy el que Soy (Ex 3.14), estaba diciendo con muy
pocas pero concisas palabras: Yo soy el único Dios Verdadero. Esto te puede parecer
muy evidente (por ahora), pero sólo recuerda que Dios le estaba hablando a
Moisés y a su generación; una generación que creció en medio de la idolatría de
un Egipto repleto de dioses falsos.
Hoy en día (3,500 años
después), no existe ninguna diferencia, Él sigue siendo el único Dios verdadero,
el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Pero,
lo verdaderamente importante para ti y para mí, lo que nos lleva a adorarle y
exaltarle con gratitud es Su principal atributo como Dios: Él NO PUEDE MENTIR.
Así es, aunque parezca
contradictorio, existe una cosa que el Todopoderoso no puede hacer y eso es
mentir. Aunque quisiera hacerlo, Él no puede hacerlo. ¿Por qué? Porque,
precisamente, ¡Él es Dios! Y esta es la mayor de nuestras bendiciones.
Continúo explicándome, imagínate
que el Señor se apareciera hoy en medio de nosotros (checa la fecha de este
escrito) y nos dijera miren que hermosa noche
de domingo estamos teniendo, no podrías corregirlo diciéndole te
equivocaste Señor, pues, en el preciso instante que las Palabras hermosa noche de domingo salieran de Su
Boca, ¿qué crees tú que sucedería? ¡Claro! En ese momento deja de ser jueves
para convertirse en domingo por la noche. ¡Él es Dios!
Precisamente, porque Él
es Dios, TODAS las palabras que salen de su boca SIEMPRE se cumplen. Así que,
regresando a nuestro ejemplo ficticio, a cambiar agendas y calendarios pues ya
estaríamos en domingo, porque, aunque Él haya pretendido jugarnos una broma, y
no la haya dicho en serio, Él sigue siendo Dios y todo lo que Él dijo se va a
cumplir, todo lo que Él habló se va a ejecutar.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras
no pasarán (Luc 21.33).
Buenas noticias, puedes
cantar, alabar y bendecir Su nombre pues Él no puede mentir. ¡Todo lo que ha dicho
es verdad!
Por lo tanto, ante ese
problema, enfermedad o aflicción que estás enfrentando el día de hoy, puedes
dejar de angustiarte y de preguntarte ¿Qué
voy hacer? Tú no eres Dios. ¡Él sí! Y si Él dice que,
Ciertamente
él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo
consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por
nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el
castigo, precio de nuestra *paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados
(Isa 53.4-5 NVI).
Entonces puedes creer,
y confiar, en que CIERTAMENTE estás sano y libre de toda enfermedad. ¡Él es
Dios! ¡No puede mentir!
Si Él dice que,
Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece (Fil 4.13).
Entonces,
efectivamente, TODO LO PUEDES. Puedes enfrentar cualquier situación porque
Cristo te da el poder para hacerlo.
Si Él dice que,
Sabemos
que nadie nacido de Dios practica el pecado, porque Cristo, el Hijo de Dios, le
protege y no permite que el maligno le toque (1 Jn 5.18 CST).
Entonces, porque tú
eres nacido de Dios ya no practicas el pecado y eres la persona más guardada y
protegida de todo el universo. Satanás NO PUEDE tocarte. ¡Escrito está! ¡Es la
Palabra de Dios!
Qué más diremos a esto,
si Dios dice que te ama…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Miren
lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer
posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por
eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios
(1 Jn 3.1 PDT).
Entonces, sin lugar a
dudas, ¡Dios te ama! Te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para
que pagara todos tus pecados, antes que perderte a ti. Te ama tanto que ahora
hasta te llama Su propio(a) Hijo(a). ¡Y eso es lo que de verdad eres!
Por todo esto, y más, tienes
la garantía de una vida plena, por su gran amor con que te ha amado, ya que
estando tú muerto(a) en delitos y pecado, Él te dio vida juntamente con Cristo Jesús,
por gracia eres salvos -plenos- (Efe 2.4-5). Él lo dice así en Su Palabra y esa,
mi amado(a), es la única verdad que cuenta.
La Biblia, que es la
Palabra de Dios, y no miente, es un pacto. El Pacto de Dios para tu vida. Y, mi
amado(a) hermano(a), vale la pena estar contentos, felices, pues estas son
excelentes noticias. Ya no dudes más, ¡Él va a cumplir Su Palabra!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, Tú
determinaste en Tu Palabra que será dichosa(o), bienaventurada(o), mil veces
feliz, el hombre o la mujer que pueda confiar en Ti. Yo creo que estás hablando
de mí. Así es, Señor, te doy muchas gracias pues cada día te conozco más y sé
que Tú no mientes, ni te arrepientes. Que lo que has hablado acerca de mí lo
vas a cumplir todo. Por esto, por Tu Palabra, por Tu Honor, puedo vivir una
vida dichosa. Sé que en el mundo tendré aflicciones pero puedo confiar en Ti,
pues Tú, Cristo Jesús, ya has vencido al mundo. Así que, en todas las cosas soy
más que vencedor por medio de Tu Amor, pues todo lo puedo en Cristo que me
fortalece. Me determino, con Tu ayuda, precioso Espíritu Santo, a vivir este
día con valentía y alegría pues me doy cuenta que Tú estás en mí y conmigo; y
si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Mayor es el que está en mí, que el que
está en el mundo! ¡No hay forma que pueda perder! Hoy, me alegro de corazón. Recurro
a Ti, Señor, y al poder de Tu fuerza. Recuerdo las maravillas y señales que has
realizado en mi vida y me siento orgulloso de Tu Santo Nombre. Tú siempre
tienes presente Tu Pacto, la Palabra Santa que has ordenado para mi bendición. Por
eso, creo, tomo y declaro cada una de Tus Promesas para mi Vida. ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
11 Apo
11 / Est 1/ Sal 105.1-25
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