Viernes 12 de
Octubre de 2012.
¡Renuévate en el
espíritu de tu mente!
Por Riqui Ricón*
Los sacó con plata y oro; Y no
hubo en sus tribus enfermo… Porque
se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. Sacó a su
pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. Les dio las tierras de las
naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; Para que guardasen sus
estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya (Sal
105.37, 42-45).
Entonces oí una gran voz en el
cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro
Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de
nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Y ellos le han vencido por
medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos,
y menospreciaron sus vidas hasta la muerte (Apo 12.10-11).
La Biblia, que es la
Palabra de Dios, y no miente, te enseña que debes transformarte por medio de la
renovación de tu entendimiento y así poder comprobar que la voluntad de Dios
para tu vida es buena, agradable y perfecta.
No
se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de
Dios, buena, agradable y perfecta
(Ro 12.2 NVI).
No
vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios cambie su vida con
una nueva manera de pensar. Así podrán saber lo que Dios quiere para ustedes y
también lo que es bueno, perfecto y agradable a él
(Ro 12.2 PDT).
No
os amoldéis a los usos y costumbres propios de este mundo; antes bien, procurad
que vuestra mente renovada opere la transformación de vuestra personalidad,
para que lleguéis a comprobar lo buena, grata y perfecta que es la voluntad de
Dios
(Ro 12.2 CST).
¿Cómo se hace esto?
¿Cómo puedes ser transformado mediante la renovación de tu entendimiento?
Renovando tu mente para que esta opere la transformación de tu personalidad.
Permite que Dios cambie tu forma y estilo de vida con una nueva manera de
pensar.
La única manera de
cambiar tu forma de pensar es pensando de una manera distinta. Toda tu vida
fuiste enseñado(a) y entrenado(a) a pensar como el mundo piensa, pero ahora tú
ya no eres el (la) mismo(a) que antes eras.
Por
tanto, mediante el bautismo fuimos
sepultados con él en su muerte, a fin de
que, así como Cristo resucitó por el
poder* del Padre, también nosotros
llevemos una vida nueva. En efecto, si
hemos estado unidos con él en su muerte,
sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que
lo que antes éramos* fue crucificado con él para que nuestro cuerpo pecaminoso
perdiera su poder, de modo que ya no
siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del
pecado (Ro 6.4-7 NVI).
¡Eres un(a) Hijo(a) de
Dios NACIDO(A) DE NUEVO!
siendo renacidos, no de simiente corruptible,
sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
En ti se ha operado un
nuevo nacimiento que, por su naturaleza divina, no es producto de una semilla
corruptible, sino que este Nuevo Nacimiento es obra de la semilla incorruptible
que es la Eterna e Infalible Palabra de Dios.
Esto te permite saber,
y creer, que estás más que listo para cambiar tu forma de actuar y responder
ante las circunstancias, pues el(a) hombre (mujer) viejo(a) enojón(a),
criticón(a), amargado(a), resentido(a), miedoso(a), fracasado(a), pecador(a),
etc., que tú antes eras, ¡ya no existe más! ¡Dios lo dice así!
Cambia tu forma de
pensar acerca de ti mismo(a). Deja de mirarte como antes te veías y comienza a
mirarte como Dios te mira. Mírate cada día a través de la Sangre Poderosa de
Cristo Jesús, el cuál te amó y se entregó a sí mismo por ti. Mírate en el espejo
de la Verdad que es la Biblia, la Palabra de Dios.
Sólo con la mente
renovada por la Palabra de Dios puedes cambiar tu forma de ser y de actuar.
Con tu mente renovada
puedes comprender cabalmente que si al pueblo de Israel lo bendijo con
abundante prosperidad y salud porque se acordó de Su Palabra, cuánto más será
la bendición que está sobre de ti que has recibido a Su Hijo Jesucristo como
Señor y Salvador de tu vida. Tú no eres pueblo escogido, eres mucho más que
eso, ¡eres un(a) Hija(o) Nacida(o) de Nuevo!
En cuanto a la pasada manera
de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad (Efe 4.22-24).
Este es el Evangelio,
estas son las Buenas Nuevas. Por la Sangre de Jesús, por Su muerte y
resurrección, tú ya has sido renovada(o), regenerada(o) y ya no eres más, la
misma persona. ¡Has sido recreada(o) según Dios, en justicia y santidad de la
Verdad!
Recuerda que ahora
Jesús es el mediador de un mejor pacto establecido sobre mejores promesas.
Te preguntarás si lo
que digo es que somos más bendecidos que el pueblo de Israel. ¡Claro que sí! La
Escritura dice que,
Y si el ministerio de muerte grabado con letras
en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la
vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual
había de perecer, ¿cómo no
será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue
con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en
comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece
tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece (2 Co 3.7-11).
Renovar tu
entendimiento significa cambiar tu forma de pensar. Significa dejar de pensar
que Dios es un juez tirano que utilizará las circunstancias de tu vida para darte
una buena lección y, en lugar de eso, comenzar a creer lo que dice la Biblia;
creer que Él es bueno, que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo
antes que perderte a ti. Que gracias a Jesús ahora ya no eres siervo(a) sino Hijo(a).
¡Hijo(a) del único Dios vivo y verdadero!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Miren
lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer
posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por
eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios
(1 Jn 3.1 PDT).
Renovar tu
entendimiento significa hacer de la Biblia la norma máxima de tu existencia. Significa
que realmente crees que la Biblia es la Palabra de Dios y, por eso, la lees y la
meditas a cada momento, pues Lámpara es a
mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino (Sal
119.105)
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Sólo la
Palabra de Dios tiene el poder suficiente para cambiar tu forma de pensar,
haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sólo la Palabra de
Dios tiene el poder para llevarte a la realización de una Vida próspera, plena
y abundante.
Y ellos le han vencido por
medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos (Apo 12.11a).
Satanás es
un mentiroso; es homicida y padre de mentira desde el principio y lo único que
pretende es llenar TUS PENSAMIENTOS con culpabilidad y condenación; porque sabe
que si puede afectar tu forma de pensar afectará tu forma de hablar y de vivir,
PERO recuerda, tú ya le has vencido con la Sangre de Jesús y con la Palabra de tu
Dios y Padre.
Así que,
alégrense la tierra y los cielos y todo lo que hay debajo de ellos, pues, ¡No
hay forma que puedas perder! ¡Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo!
¡Aleluya!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, que
hermoso es poder acercarme a Ti, en este día, con plena certeza de fe. Sabiendo
que soy nueva criatura, un(a) Hijo(a) Tuyo(a), puedo renovar mi mente con Tu
Palabra y cambiar mi forma de ser y comportarme. Convencido(a) estoy de Tu gran
Amor con que me has amado. Por eso puedo declarar, con toda seguridad, que
mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí, y conmigo, que cualquier
enfermedad, problema o situación adversa. Porque lo dices en Tu Palabra, ahora
sé que en todas las cosas soy más que vencedor(a), por medio de Tu Amor, pues
TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Señor Jesús, Tú eres mi Pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me harás
descansar; Junto a aguas de reposo me pastorearás. Conforta mi alma, Señor; guíame
por sendas de justicia por amor de Tu nombre. Yo sé que aunque ande en valle de
sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu
cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en el lugar
Santísimo, el lugar de tu Presencia, Señor Jesús, moraré por largos días. ¡Porque
Tú moriste, mi vieja(o) naturaleza, mi vieja(o) yo, murió contigo! ¡Porque Tú
vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna que Tú tienes, es la misma que
adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡La muerte ya no se enseñorea
más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Ahora puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en
Cristo! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! En el nombre
de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
12 Apo
12 / Est 2 / Sal 105.26-45
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