Miércoles 13 de Junio
de 2012.
¡Garantizado!
Por Riqui Ricón*
Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él
os bautizará con Espíritu Santo (Mr 1.8).
De acuerdo a la Palabra
de Dios el bautismo de Juan era de tipo exterior, con agua, mientras que el
bautismo de Jesús es interior, con el Espíritu Santo. El bautismo de Juan era
para arrepentimiento mientras que el de Jesús lo es para una Vida totalmente
Nueva.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados
en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a
fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva (Ro 6.1-4).
Esta Vida Nueva no es
algo que puedas crear o forjar por ti mismo(a). Si la Nueva Vida dependiera de
uno mismo, es seguro la volveríamos a perder. Por esto, Dios te la otorga como
un regalo de Amor mediante la operación del Espíritu Santo en ti.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios
nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna (Ti 3.4-7).
Tú fuiste
justificado(a) –hecho(a) justo(a)- por la Gracia de Dios, quien te ama tanto
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Con Su muerte, Jesús
pagó todos tus pecados, pero con su resurrección, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo, fuiste creado(a) de
Nuevo como un(a) Hijo(a) legítimo de Dios.
Tú no eres un(a)
pecador(a) salvo por gracia. No se puede ser ambas cosas a la vez, o eres
pecador(a) o eres salvo(a). El milagro más asombroso del Plan de Salvación no
es el perdón de tus pecados sino la regeneración de tu espíritu (quién tú eres)
mediante la operación del Espíritu Santo dentro de ti mismo(a).
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas
las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase
por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.19).
Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos (Ro 8.29).
El plan de Dios siempre
ha sido hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo(a). Puesto que no hay forma en que un
Hijo de Dios sea pecador o corrupto, el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús
debería forzosamente incluir una renovación tal que ya nunca más serías el (la)
mismo(a).
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré
un corazón de carne. Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra (Ez
36.26-27).
Dios dijo que Él lo
haría y lo cumplió el día que hiciste a Jesucristo el Señor y Salvador de tu vida.
¡Ese día Naciste de Nuevo!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1
P 1.23).
Ser un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo significa ser una Nueva especie de Ser que no existía
antes. Tú fuiste engendrado(a) por la incorruptible Palabra de Dios que vive y
permanece para siempre mediante la operación del Espíritu Santo, prometido por
Dios.
Entonces el ángel le dijo: María, no temas,
porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS.Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de
David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces
María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo
el ángel, le dijo: El Espíritu Santo
vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que
nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu
parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el
sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios.Entonces
María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase
conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia (Luc 1.30-38).
Dios dijo que lo haría
con Su Palabra y el Espíritu Santo lo ejecutó. Esta es la única forma en que
un(a) Hijo de Dios puede venir a existir.
Así que, el bautismo
interior, el bautismo de fuego, que Jesús trajo a tu vida es, nada más y nada
menos que, el Espíritu Santo de Dios. Esto es así porque Él lo prometió y no
por algo que tu hayas hecho o dejado de hacer. ¡Es por Su Gracia y Amor
abundante para contigo!
Ahora estás en Cristo y
las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas. Estás lleno(a) del
Espíritu de Dios quien te guía a toda Verdad, te ayuda y te instruye, y te hará
saber las cosas que han de venir.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
La Vida Plena y
Abundante que Jesucristo compró para ti sólo es posible mediante la acción
directa del Espíritu Santo en tu vida.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).
Por todo
esto y mucho más, Dios, tu Padre, te ha dado Su Santo Espíritu como garantía:
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios,
quien nos ha dado las arras (la
garantía) del Espíritu (2 Co 5.2).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, siempre te
estaré agradecido(a) y alabaré Tu Nombre por todo Tu Gran Amor con que me has
amado. Gracias por justificarme con la Sangre de Tu Hijo Jesús. Gracias por
darme Vida Nueva, Vida Eterna, mediante su resurrección y victoria sobre el
pecado y la muerte. Ahora pues, ninguna condenación hay en mi vida, pues no
ando conforme a mi carne sino conforme al Espíritu Santo gracias a que la ley
del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y
de la muerte. Señor Jesús, yo te amo con todo mi corazón. Por Ti, ahora yo soy
Hijo(a) del Rey y Tú eres mi hermano mayor. ¡He Nacido de Nuevo! ¡Gracias
Jesús! Espíritu Santo, que hermoso es saber que estás conmigo, que me acompañas
de día y de noche. Tú eres mi garantía. Tú eres mi ayudador, mi amigo, mi
consejero, mi maestro y mi todo. Ayúdame a despojarme del viejo(a) hombre (mujer),
a renovarme en el espíritu de mi mente y a vestirme de este(a) Nuevo(a) yo que
ha sido creado(a) según Dios en justicia y santidad de la verdad. Contigo, todo
lo puedo. Contigo, soy más que vencedor(a) en todas las cosas. Lléname más y
más de Ti, Señor. Sabiendo y creyendo esto, hoy puedo declarar, delante de Tu
presencia, que yo, ______________ (tu nombre aquí), antes que nada, he sido
lavado y comprado al precio de la Sangre de Jesús para ser hecho un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy Eterno(a)! Por lo tanto, voy a vivir mi vida
plena y abundantemente porque es mi derecho. Todo problema, enfermedad o
circunstancia adversa lo encararé con fe, con la certeza de quién ahora yo soy
en Cristo Jesús. Yo confío en Dios, mi Padreo, y creo toda Su Palabra. Así que,
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que
el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré
lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de
mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En
todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo
Jesús! ¡Ya he sido sanada(o) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecida(o)
para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder,
pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién
contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! Jehová de
los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. ¡Yo soy ese(a) hombre(mujer)! En el nombre de
Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 13 Mr 1.1-20 / 2 Sam 2.1-3.1 / Dan 1
gracias espiritu santo que estas en nuestras vidas ahora con tu precensia ya podemos ver la vida diferente gracias cristo jesus que por la cruz hemos pasado de muerte a vida ahora podemos ser libres y tener vida y vida en abundancia y gracias poruq nuestros nombres estan escritos en el libro de la vida Amen.
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