Martes 12 de Junio
de 2012.
¡Creyéndole a Dios!
Por Riqui Ricón*
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás
bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros (Ro 16.20).
La Biblia, que es la
Palabra de Dios y no miente, te enseña que aunque Satanás está derrotado, al
ser él el padre de la mentira, persiste en infundirte miedo para que, así,
creas sus mentiras y él pueda, con tu temor, robar, matar y destruir.
Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios. Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8.15-17a).
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que
redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción
de hijos. Y por cuanto
sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual
clama: ¡Abba, Padre! Así que ya
no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo (Ga 4.4-7).
¡Tú no eres un(a)
esclavo(a) para estar otra vez en temor! ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo! ¡Eres heredero(a) del Padre y coheredero(a) con Cristo Jesús! ¡Tu
relación con Él ha dejado de ser la de Creador a creatura y ahora es de Padre a
Hijo(a)!
Te invito a que por un
momento cierres tus ojos y en verdad medites esto. Por un lado tienes esos feos
problemas que estas enfrentando, quizá un diagnóstico médico adverso que te ata
a alguna enfermedad incurable como la diabetes; o una situación económica
realmente desesperante; sin trabajo; tu matrimonio en crisis o al punto del
divorcio; hijos rebeldes que se han ido de casa; falta de comunicación;
tristeza; soledad; etc. Por el otro lado, tienes la Palabra de Dios, la Palabra
de Honor del Todopoderoso, del Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible quien te asegura:
o
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17). Esto
es, no vine a tu vida a condenarte sino a
traerte Paz, pues te amo tanto que preferí entregar a mi propio Hijo antes que
perderte a ti.
o
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que
se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él
(1 Jn 3.1 NVI). Estos es, ahora tú eres
mi Hijo(a) amado(a).
o
Todo
lo puedes en Cristo que te fortalece (Fil 4.13).
o
En
todas las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo
Jesús (Ro 8.37).
o
Ciertamente
lleve tus enfermedades y sufrí tus dolores y por mis heridas ya fuiste tú
sanado(a) (Isa 53.4-5).
o
Hijito(a),
tú eres mío(a) y ya los has vencido, porque mayor soy Yo, que vivo en ti y contigo,
que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
Esta, mi amado(a), es
la certeza de lo que estás esperando, la convicción de aquello que aún no has
visto. Esta es la Paz que sobrepasa todo entendimiento, la Paz que aplastará en
breve a Satanás debajo de tus pies. Puesto que Dios, tu Padre, no puede mentir,
tienes la total certeza que si Él lo dijo, entonces lo va hacer; si Él lo
habló, entonces lo va a ejecutar.
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás
bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros (Ro 16.20).
La Gracia es todo lo que Dios te ha dado por medio de Jesucristo. La Gracia
es el Poder y la Autoridad que te habilitan para cumplir Su Voluntad; es el
Poder y la Autoridad que te habilitan para establecer el reino de Dios en esta
tierra y que pongas a los enemigos de Jesucristo por estrado de Sus pies.
Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta
que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Sal 110.1).
Tú eres un(a) Hijo(a) del Rey y has sido dejado(a) en esta tierra con
propósito de reino. Como administrador y ejecutor de los bienes y de la Palabra
de tu Padre, todo lo cual es tu propia herencia.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios (2 Co
5.20).
Satanás está vencido y
desde luego que no quiere ser aplastado. Su única estrategia posible es
distraerte de la Verdad. Para esto, grita y chilla, lo más fuerte que puede,
todas sus mentiras: te vas a morir, esta vez no podrás salir adelante, Dios no
está contigo, eres un fracaso, hipócrita te vas a condenar, lo has perdido
todo, etc. Todo lo que pretende es que dejes de mirar la Verdad, de creerle a
Dios, para así infundirte miedo y anular tu fe.
Por eso, es la Paz que
Dios te da, al tener absoluta confianza en Su Palabra, lo que en breve
aplastará a Satanás debajo de tus pies.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que
en ti confía (Sal 84.12).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, gracias
por amarme tanto que aún estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste
Vida juntamente con Cristo. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en esa cruz
ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido de Nuevo. Soy heredero del Padre y coheredero
tuyo. ¡Mi vida está escondida con Cristo en Dios! Todos mis pecados han sido
purificados, soy justificado y he sido perdonado. ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! En el día
que temo, Yo en ti confío. En Ti, mi Dios, alabaré Tu palabra; En Ti he
confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? Señor Jesús, Tú eres mi luz y mi
salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y
mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército
acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo
estaré confiado. Tú eres mi
pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me harás descansar; Junto
a aguas de reposo me pastorearás. Confortarás mi alma; Me guiarás por sendas de
justicia por amor de Tu nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré
mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infunden aliento. Aderezas
mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con
aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, Y en Tu casa, mi Señor, moraré por largos días. Así que, Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y
ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus
mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e
inquietud. ¡En todas las cosas soy más
que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido
sanada(o) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecida(o) para reinar en esta
vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y
Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio
12 Ro
16 /
2 Sam 1 / Sal 72
soy Fermin yo pienso que dios es un dios de amor al mandar a su hijo a morir por nosotros es un amor de salvación y un amor por nosotros sus hijos, yo pienso que así como cristo murió por nosotros, nosotros tenemos q poner de nuestra parte al 100 por ciento y ganar almas para cristo y que nadie se pierda es el deseo de dios.
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