18 de Enero
¡Hijo(a) del Rey! ¡Ceñido(a)
de poder!
Por Riqui Ricón*
Dios
es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis
pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra
mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce (Sal
18.32-34).
Cada vez que leo el Salmo 18 no
puedo más que recordar la promesa que Dios hizo de establecer con nosotros un
Nuevo Pacto. Un Pacto que no pudiese ser invalidado por nuestros errores, ni
pecados y que, por lo tanto, permitiera a Dios derramar Su Amor y bendiciones
sobre nuestras vidas.
Piénsalo bien, el Nuevo Pacto no
depende de ti o de mí, ni de nuestras acciones, sino de la Palabra de Aquel que
entrego Su Vida por amor a ti.
Pero ahora tanto mejor
ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre
mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin
defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque
reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré
con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que
hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra
de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de
ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de
Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de
ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me
serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor
hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más
me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha
dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo
a desaparecer (He 8.6-13).
Es por este Nuevo Pacto en la Sangre
de Jesucristo que tú fuiste renovado(a) totalmente por el Espíritu Santo a
través del Nuevo Nacimiento, y esto fue hecho de tal forma que, sin lugar a
dudas, Él, Dios mismo, te ciñe de poder y HACE PERFECTO TU CAMINO.
Así que, no es que tú puedas estar firme en las
alturas, con tus esfuerzos o habilidades; ni “pagando el precio” en ayuno,
oración o con algún tipo de sacrificio, pues, en honor a la Verdad,
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de
los ejércitos (Zac 4.6).
Todo esto es realmente asombroso
y maravilloso. Dios te manifiesta un Amor de verdadero Padre al diseñar un plan
donde no haya forma en la que puedas perder.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
Es Su Gracia, eterna e infinita,
manifestada en la persona de Jesucristo, lo único que te permite ser más que
vencedor(a) por medio de ese Amor.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua
3.16-17).
¡Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Así que, ¡ten ánimo y no temas!
¡Cree solamente! Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo; siendo renacido(a)
no de una simiente corruptible sino de una incorruptible que es la Palabra de
Dios que vive y PERMANECE PARA SIEMPRE.
Sea cual sea la situación o
necesidad que hoy estés enfrentando, tú estás ceñido(a) del Poder de Dios para
salir más que vencedor(a) en cualquier cosa.
Dios no puede mentir, si Él lo
dijo, entonces, lo va a cumplir; si Él lo habló, entonces, Dios lo va a
ejecutar. Por lo tanto, deja de escuchar esas voces malignas que te destinan al
fracaso, la vergüenza y la condenación.
En lugar de eso, escucha a tu
Padre que te dice: Yo, yo soy el que te ciñe de poder y hago perfecto tu camino;
Yo te hago de pies ligeros para que estés firme en tus alturas. Yo, Dios, adiestro
tus manos para la batalla porque vas a ganar; Yo ensancho tus pasos delante de
ti y tus pies no resbalarán.
¡Eres un(a) Hijo(a) del Rey!
¡Ceñido(a) de Poder!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy
gracias en este día, pues yo sé que, de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, que no
miente, por la Sangre de Tu Hijo Jesús, me has hecho Tu Hijo(a) para reinar
sobre la tierra. Gracias, Señor Jesús, pues ahora Tú eres el mediador de un
mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas. ¡Alabo y bendigo Tu Nombre! Porque
ahora me encuentro ceñido(a) de Poder para vencer sobre todo problema,
enfermedad o circunstancia que pretenda evitar que yo reciba el cumplimiento de
todas y cada una de Tus promesas que has hecho en la Biblia. Mi camino es
perfecto y estoy sobre las alturas. Por lo tanto, me determino a
no pensar, ni hablar o ni siquiera sentir acerca de mí, como un(a) fracasado(a),
ni frustrado(a), ni vencido(a), ni enfermo(a), ni hipócrita, ni ningún otro
pensamiento, palabra o actitud de engaño y mentira hacia mi persona. Por Tu
Gracia y Amor yo soy quién Tú dices que soy: justificado(a) y perdonado(a);
un(a) Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo. Así que, tengo toda la autoridad y
libertad para actuar y vivir manifestando lo que ya soy: justo(a), santo(a) y
perfecto(a). No porque tenga que hacerlo como si careciera de ello, sino
porque, gracias a Ti, Jesucristo, eso es lo que soy. En consecuencia, en este
día, me declaro sano(a), libre, próspero(a) y en paz para vivir esa vida plena
y abundante que mi Señor y Salvador Jesucristo compro para mí. En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
18 Luc 14.1-24
/
Gen 25 / Sal 18
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