6 de Enero
¡Tú eres Tierra Fértil!
Por Riqui Ricón*
Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios (Luc 8.11).
Es realmente asombroso que
durante casi 2000 años, la Iglesia ha tenido en sus manos este fabuloso secreto,
revelado por Jesucristo a sus discípulos: ¡La Semilla es la Palabra de Dios!
De
cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto (Jn 12.24).
¡La semilla es la Palabra de
Dios! Esto quiere decir que la Biblia tiene la capacidad de hacer surgir la
vida donde antes no la había.
porque en
vosotros se ha operado un nuevo nacimiento, que ya no es debido a una simiente
corruptible, sino a la incorruptible y permanente palabra de Dios. (1 Ped 1.23 CST).
Así, la Vida totalmente
Nueva que ahora puedes gozar gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo
es el fruto de esa semilla incorruptible que es la Eterna e Infalible Palabra
de Dios: ¡La Biblia!
Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que
sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello
para que la envié (Isa 55.10-11).
En este tiempo tan
emocionante que te ha tocado vivir, es de capital importancia que te des cuenta
que la Biblia es la simiente, la semilla, de donde proviene la realización de tu
vida como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Porque
te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije:
Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo
estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isa 41.9-10).
Tu fuente (el que te
sustenta), no son los recursos que puedas obtener de tu empleo o negocio,
tampoco lo son tus conocimientos o preparación académica, ni tu nombre, ni
abolengo; ¡Tu fuente es Dios y Su Palabra es tu semilla!
Tú no eres un ser humano
creado al azar o por casualidad. Has sido comprado(a) y rescatado(a) a precio
de Sangre, y ahora tienes propósito y razón para estar viviendo en esta Tierra
y en este tiempo. Solamente la Palabra de Dios, la Biblia, es la fuente, la semilla
que te define a ti mismo(a), para que puedas llegar a la realización de dicho
propósito y dar fruto.
Mas
la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto
retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia (Luc 8.15).
Por la Palabra de Dios,
porque Dios así lo dice, y porque Jesucristo lo estableció con el Nuevo Pacto
en Su Sangre, tú ya no eres un ser humano creado al azar o por casualidad, eres
un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y con corazón bueno y recto retienes
la Palabra oída, y das fruto con perseverancia.
Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros
padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios (Eze 36.26-28).
A veces me pregunto, cómo es
que sabiendo esto, hay Hijos de Dios que viven sus vidas regidos por el temor,
las dudas, el rencor, el remordimiento y un montón de emociones, que los
atrapan e inutilizan, siendo ahogados
por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, [se vuelven ineficaces] y no llevan fruto (Luc 8.14).
El
espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida (Jn 6.63).
¡La Palabra de Dios es la
semilla incorruptible que te ofrece la Vida Eterna!
¿Cuáles son las razones por las
que podrías no cuidar, ni atesorar semejante semilla, que es espíritu y vida a
la vez?
Hace algún tiempo escuché al
doctor Jerry Savelle dar respuesta a esta pregunta. Él afirma que sólo hay dos
razones posibles para dicha conducta incongruente en la vida de los que
profesan creer el Evangelio: o es porque no lo saben, o es porque no lo creen.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es posible que haya personas
que no sepan que Dios los ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo
antes que perderlos a ellos para siempre.
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Es posible que haya personas que
no sepan que Dios los ama tanto que los ha destinado a ser llamados Hijos de Él
por medio del sacrificio de Jesús.
Quizá ellos no lo saben, pero
¿y tú?
La buena noticia (el
Evangelio), es que Dios mismo dice en la Biblia que ahora tú eres Su Hijo(a)
NACIDO(A) DE NUEVO y que de acuerdo a las promesas del Nuevo Pacto, Él YA te ha
dado un corazón y un espíritu nuevo donde pueda habitar Su propio Espíritu, el
Espíritu Santo.
¡Tienes un corazón Nuevo!
»Vienen
días —afirma el SEÑOR—en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con
la tribu de Judá. No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día
en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron
a pesar de que yo era su esposo —afirma el SEÑOR—. »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de
Israel —afirma el SEÑOR—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrá nadie
que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al SEÑOR!”,
porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el
SEÑOR—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»
(Jer 31.31-34 NVI).
Tu Nuevo corazón fue creado
por la Palabra de Dios y es perfecto para recibir todo lo que en ella está
escrito. Tu Nuevo corazón fue diseñado por Dios para albergar Su Palabra y para
dar fruto al ciento por uno.
¿No es fabuloso saber que eres tierra fértil y que
ahora tú tienes un corazón nuevo y especial donde la Palabra de Dios, la
semilla, va a germinar para dar fruto al ciento por uno? El Espíritu Santo está
ahí adentro, contigo, en tu corazón, para asegurarse de que así suceda. ¡No
depende de ti! ¡Él lo prometió y ya lo cumplió! A ti te toca creer, porque,
recuerda, al que cree todo le es posible.
Oremos en voz audible:
Amado
Padre celestial, hoy quiero decirte que te amo con todo mi corazón; que estoy
profundamente agradecido por lo que has hecho por mí y en mí. Precioso Señor
Jesús, con Tu muerte y resurrección me dotaste de un nuevo corazón y ahora Tú,
Espíritu Santo vives en mí. Yo soy esa buena tierra, tierra fértil donde Tu
Palabra, la Biblia, ya está dando fruto. Declaro que, ¡Soy un(a)
Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO y, por lo tanto, tengo un corazón bueno y
recto para retener la Palabra de Dios y DAR FRUTO con perseverancia! Así que,
conforme a Tu Palabra, oh Dios, Apártense de mí, todos los hacedores de
iniquidad; Porque el Señor ha oído mi oración. Jehová ha oído mi ruego; Ha
recibido Jehová mi oración. Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis
enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente, pues de todo problema,
angustia o enfermedad, yo, __________ (tu nombre aquí), he de salir más que
vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús. ¡Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy
Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
6 Luc
8.1-25 / Gen 12
/ Sal 6
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