viernes, 31 de enero de 2014

¡Cómo hacer tus sueños realidad!

 

28 de Enero

¡Lo mejor de tu vida lo puedes soñar!

Por Riqui Ricón*

Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.  Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños (Gen 37.18-20).

La obra de tu enemigo, el diablo, siempre ha sido la de matar tus sueños para así poder robarte tu identidad como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sin embargo, tu Padre celestial, primero te creó dándote la vida y luego te predestinó para ser heredero(a) de Eterna salvación  al darte la identidad de Hijo(a) Suyo(a) por medio de Jesucristo.

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).

Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo obedecen (He 5.9 BLS).

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Ga 4.7).

En cuanto a los sueños perdidos, en una ocasión el profeta Eliseo le dijo a la mujer sunamita (la cual era estéril y no tenía hijos, y además había tratado tan bien a Eliseo que hasta un cuarto les había construido):

El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho (2 R 4.16-17).

Esta mujer ya había perdido toda esperanza de ver realizado su sueño de ser madre. Su sueño había muerto y ella no consideraba posible volverlo a pensar siquiera. Por eso, recriminaba al profeta de hacer burla de su lamentable situación.

La realidad era que ella no podía tener hijos a causa de su esterilidad, pero la verdad fue que el profeta habló en el nombre de Dios y ella pudo ver hecho realidad su sueño, ¡a pesar que no tenía fe para creerlo!

¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo puede alguien recuperar el hilo de una vida ya gastada? ¿Cómo puede un sueño ya perdido hacerse realidad? Todo comenzó con el deseo de esta mujer de retener bajo su techo al profeta de Dios y, por lo tanto, tener acceso a la Palabra de Dios.

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él (2 R 4.9-10).

Ella recuperó sus sueños y su vida al anhelar y atesorar al profeta y a su mensaje, esto es, atesorar la Palabra de Dios.

A causa de la vida que llevaron, a muchos cristianos, que son Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, les parece, que ya han perdido la oportunidad de realizar sus sueños y se resignan a llevar una vida “normal” carente de sentido o significado. Pero recuerda,

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Nada está más lejos de la Verdad que la resignación. Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y tienes todo el derecho a retomar el hilo de tu vida. Tienes todo el derecho a volver a soñar y creer, pues al que le cree a Dios TODO le es posible.

Dios escogió a José para dar cumplimiento a Su Palabra empeñada a Abraham, Isaac y Jacob; y aunque los hermanos de José trataron de matar sus sueños vendiéndolo como esclavo, Dios fue fiel a Su Palabra con el hombre que había escogido.

Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito (Ro 8.28 RVA).

¿Sabías que tú has sido escogido(a), llamado(a), por Dios? La Biblia lo dice así y lo realmente trascendente es si tú en Verdad lo crees así.

Gracias a Cristo Jesús, tú, mi amado(a) hermano(a), puedes aspirar, a partir de este instante, a vivir una vida abundante en la plenitud de Dios.

No le permitas al diablo robarte tus sueños y determínate a vivir en la certeza de tu fe, pues si Dios lo dijo, entonces, Él lo va hacer, si Él lo habló, entonces, Él lo va a cumplir.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mar 13.31).

¡No existe la más mínima posibilidad de que Dios deje de cumplirte Su Palabra!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

No hay fundamento más grande en el cual puedas cimentar tu fe, no hay demostración más grande de Amor, que saber que Dios prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar TODOS tus pecados, antes que perderte a ti.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! (1 Jn 3.1a).

Y por el gran Amor con que  Dios te ha amado, no sólo pagó TODOS tus pecados para hacerte justo sino que decidió hacer de ti Su propio(a) Hijo(a).

Para Dios eres muy importante y Él no desea que vivas padeciendo aflicciones que ya fueron pagadas con la Vida de Su Hijo Jesús; por eso, deja de poner tu atención en los problemas, enfermedades o aflicciones que estés enfrentando y pon TODA tu atención a lo que Dios te dice hoy, por medio de esta reflexión y de Su Palabra: Que tú eres importante para Él; que Él no te ha dejado, ni te dejará; que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti. Qué Él está contigo y que de todo problema, enfermedad o aflicción tú saldrás más que vencedor(a).

Hoy Dios, tu Padre, te dice que es tiempo de regresar a casa y recuperar tus sueños.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en esta hora quiero darte las gracias por tanto y tan grande Amor con que me has amado. Gracias, Señor Jesús, por haber pagado por mí el precio de todos mis pecados y haberme dado la Vida Eterna. Hoy puedo levantarme con la cabeza erguida y el corazón agradecido, pues, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy. Soy libre y dichoso(a), pues el Todopoderoso está conmigo. Voy a volver a soñar para realizar todo aquello a lo que he sido llamado(a) a ser. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 28                              Luc 20.27-47  /  Gen 37  /  Sal 28

 





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