Martes
12 de Febrero de 2013.
¡Con la Palabra y por la Palabra!
Por
Riqui Ricón*
Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares
dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu
corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres
tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros,
Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la
inteligencia (Pro 2.1-6).
Que
hermoso es leer, en la Biblia, las Palabras de tu Padre celestial, quien te
enseña el camino de la Vida Plena, invitándote a que recibas Sus Palabras y
guardes Sus mandamientos dentro de ti con el propósito expreso de bendecirte.
Así es, al entender el temor del Señor y hallar el conocimiento de Dios Sus
bendiciones te seguirán y te alcanzarán. ¡Es asombroso el Amor que Dios, el
Todopoderoso, siente por ti!
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con
él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes
riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.4-10).
Dios
es Amor y sólo entendiendo el Amor de Dios hacia ti podrás entender el temor de
Dios. Esto solo lo puedes lograr atendiendo a la sabiduría contenida en la
Biblia, que es la Palabra de Dios (la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria -1 Co 2.7-).
Nunca serán
suficientes las veces que reconozcas que Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Aun estando tú muerto(a) en
delitos y pecados, por el gran Amor con que Dios te ama, te dio vida juntamente
con Cristo -por gracia eres salvo(a)-, y juntamente con Él te resucitó; te hizo
Nacer de Nuevo como un(a) Hijo(a) Suyo(a), dándote el regalo de la Vida Eterna
y te hizo sentar en lugares celestiales con Cristo Jesús.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Recibir Sus Palabras,
y guardar Sus mandamientos dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la
sabiduría; inclinar tu corazón a la prudencia, clamar a la inteligencia, y a la
prudencia dar tu voz; buscarla como a la plata, y escudriñarla como a tesoros;
significa creerle a Dios, creerle a Su Palabra. Significa creer y aceptar que
ahora, por Cristo Jesús, tú eres la persona que Dios dice que eres: Su Hijo(a)
amado(a).
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Este
es, ha sido y siempre será, el plan de Dios para tu vida, que creas, te sientas
y vivas por siempre como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sólo así
entenderás lo que el temor de Dios es: la admiración reverente que siente un Hijo
hacia su Padre como resultado del Amor Ágape, el Amor de Pacto.
Este Amor ha jurado amarte por siempre, no por lo que tú hagas o dejes de
hacer, sino por el Nuevo pacto en la Sangre de Jesús.
Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto,
los llamados reciban la promesa de la herencia eterna (He 9.15).
¿No es
realmente asombroso? ¡Es Amor Puro!
¡La
Biblia es la Palabra de Dios! Esto quiere decir que todo lo que lees en la
Biblia son las Palabras salidas de la Boca de Dios y que, por lo tanto, se van
a cumplir todas, porque primero el sol y la tierra dejan de existir antes que
la Palabra de Dios deje de cumplirse.
Así que, de acuerdo a todo esto,
ahora el que suple todo lo que te falta, conforme a Sus riquezas en gloria, es
Dios; ciertamente Él llevó tus enfermedades y sufrió tus dolencias y por Sus
heridas ya has sido sanado(a); todo, absolutamente todo, lo puedes en Cristo
que te fortalece; en todas las cosas eres más que vencedor(a), pues mayor es el
que está en ti, el Espíritu Santo, que el que está en el mundo.
Si te preguntas, ¿cómo lo sé? La
respuesta es bien sencilla: ¡Está escrito en la Palabra de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, Tu
Palabra, la Biblia, dice que yo he conocido y creído el amor que Tú, Dios,
tienes para conmigo. Dios, Tú eres amor; y si permanezco en amor, permanezco en
Ti, y Tú en mí. En esto se
ha perfeccionado el Amor en mí, para que tenga confianza en el día del juicio;
pues como Jesús es, así soy yo en este mundo. Gracias por haberme amado tanto
que preferiste entregar a Tu Propio Hijo antes que perderme a mi. Ahora
entiendo, Señor Jesús, que en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor
echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme,
no ha sido perfeccionado en el amor. En verdad que yo te amo con
todas mis fuerzas, con todo mi ser y con todo mi corazón, porque Tú me amaste
primero. Ya no
voy a dudar más. ¡No voy a temer! ¡Voy a creer! ¡Creo en Ti, Señor Jesús! ¡Creo
en Tu Amor por mí! ¡Creo en Tu sacrificio en la cruz! ¡Creo en Tu Sangre
preciosa, derramada hasta la última gota por Amor a mí! ¡Creo que pagaste todos
mis pecados y yo ya no tengo que pagar más! ¡Creo en Tu resurrección, que me da
acceso a la Vida Nueva, la Vida Plena! ¡Creo en la Vida Eterna que compraste
para mí! ¡Creo en Tu Palabra, que es Palabra de Honor! Por lo tanto, declaro
que ante todo problema, enfermedad o circunstancia, yo, _____________ (tu
nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor por mí, oh Dios.
Nada, ni nadie, me podrán hacer frente todos los días de mi vida -y yo soy
eterna(o)-, pues como Jesús es, así soy yo en este mundo. En Tu nombre y
conforme a Tu Palabra, bendigo mi vida; bendigo mi familia; bendigo mi cuerpo y
mi salud; bendigo mis finanzas y bendigo mi caminar contigo, mi Dios y Padre.
En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
12 Heb
9.1-22 / Ex 6.28-8.32 / Pro 2
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