Domingo 13 de
Mayo de 2012.
¡Con Tu Presencia!
Por Riqui Ricón*
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti,
oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del
Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? (Sal 42. 1-2).
En el corazón de cada creyente,
de cada Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, existe un clamor, un reclamo, que
fluye de la profunda necesidad que tenemos de la Presencia de nuestro Dios y
Padre. No sólo en momentos de apremiante necesidad, sino en cualquier momento,
desearía poder reducir la velocidad de los acontecimientos que me rodean para
acallar mí alma y disfrutar la delicia de la comunión con Aquel que me ama
tanto que dio Su propia vida por amor a mí: Cristo Jesús.
Lamentablemente, muchos creyentes
dejan de lado su identidad como Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo y acuden
delante de Su Padre mayormente para pedir ayuda en los momentos de necesidad.
Desconociendo mucho de Su Amor, Poder y Fidelidad se olvidan que Aquel que da
de comer a las aves y viste a los lirios del campo, prometió cuidar de
nosotros.
Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es
echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os
preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis
en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre
sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas (Luc 12. 28-31).
Es muy importante que comprendas
que el reino de Dios no es un lugar físico, sino un sistema de gobierno que se
rige bajo las leyes de la fe y del Amor que Dios mismo estableció en Su
Palabra, la Biblia.
Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la
rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la
vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo
uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas
falso testimonio. No
defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces,
respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces
Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme,
tomando tu cruz (Mar 10.17-21).
¡Dios es bueno! Lo único que pide
de ti es que permanezcas en Su Palabra, creyéndole a Él. Que te mantengas firme
en creer lo que Dios dice acerca de quién ahora tú eres. Tú ya no eres más una
creatura, ni hombre o mujer de poca fe; ahora, por Cristo Jesús, por Su Sangre preciosa
derramada hasta la última gota en esa cruz por amor a ti, eres un(a) Hija(o) de
Dios Nacida(o) de Nuevo, amada(o) y adquirida(o) para Dios al precio más alto. Tú
fuiste comprada(o) al único precio que, una vez saldado, puede establecerte con
TODA JUSTICIA como un(a) Hija(o) legítima(o) de Dios. Ese precio fue la muerte
y resurrección de Su propio Hijo, Jesús.
El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? (Ro 8. 32).
Tú comienzas a establecer el
reino de Dios cuando crees Su Palabra, primeramente en tu vida al hacer de la
Biblia la norma máxima de tu vida poniéndola en tu boca, mente y corazón; ésta,
la Palabra de Dios, que no miente, produce un cambio en tu forma de pensar renovando
tu mente y llenándote de fe. Ahora, te das cuenta que, de acuerdo a Su Palabra,
eres un(a) ciudadana(o) del Reino. Te das cuenta que en verdad, literalmente,
eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y, por lo tanto, no existe
problema, enfermedad, situación, ni condición alguna que te pueda separar del
Amor de Dios, que es en Cristo Jesús, tu Señor y Salvador. Esto te hace, necesariamente,
más que vencedor(a) en todas las cosas.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío (Sal 42. 5).
Esperar en Dios no significa
resignarse con la esperanza de que Él, si quiere, haga algo a tu favor. ¡No!
Esperar en Dios significa ser constante y persistente para recibir lo que Él te
ha prometido. Significa tener tal conocimiento de Su Persona que puedes
permanecer en Su Presencia en tranquila adoración, teniendo la certeza de lo
que estás esperando y la convicción de que aquello que aún no ves se
materializara, pues Él te lo ha prometido y jamás faltará a Su Palabra.
¿Qué
tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás? Oh
montes, ¿por qué saltasteis como carneros, Y vosotros, collados, como
corderitos? A la presencia de Jehová tiembla la tierra, A la presencia del Dios
de Jacob, El cual
cambió la peña en estanque de aguas, Y en fuente de aguas la roca (Sal 114.5-8).
De hecho, la Biblia declara que,
por la Sangre del Nuevo Pacto, tú has sido totalmente renovada(o) y el Espíritu
Santo, Dios mismo, ahora está en ti y contigo. Así es, Su Amorosa y Formidable
Presencia está en ti y contigo, por lo tanto, puedes tener la certeza (y la
paz, que sobrepasa todo entendimiento), que esos problemas, enfermedades o
aflicciones, están temblando y huyendo a la Presencia del Dios de Jacob, el cual cambia tu lamento en baile y te ciñe toda(o) de alegría (Sal 30.11).
Así que, no pongas tu atención a
lo difícil de tu situación, ni en tus emociones o sentimientos al respecto.
Atiende a la Palabra de Dios, disfruta Su Presencia y comienza alabar y
adorarle. Resiste al diablo y sus mentiras y no te permitas estar en ansiosa
inquietud. Eres un(a) Hija(o) del Rey y puedes esperar constante y
persistentemente en Su Palabra, pues primero el cielo y la tierra dejarán de
existir, antes que Dios, tu Padre, deje de cumplirte Su Palabra.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este
día quiero alabarte y adorarte más que nunca. Eres mi Padre, mi amigo, mi Dios,
mi Rey, Señor y Salvador. Sin Ti no vivo. Gracias por lo que has hecho por mí y
en mí. ¡Soy Nueva creación! Gracias Jesús por Tu Sangre preciosa que me ha
lavado y limpiado de toda mi maldad y hoy soy justa(o) santa(o) y perfecta(o)
por lo que Tú hiciste por mí en esa cruz. ¡Te amo, Jesús! En Tu nombre resisto
al espíritu de temor y duda. Sé, que sé, que en todas las cosas soy más que vencedor
por medio de Tu Amor, que estás en mí y conmigo. Hoy le digo a mis
circunstancias que Tú estás conmigo y si Dios es conmigo ¿quién contra mí? ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy dichosa(o)! ¡Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece! En Tu Presencia Señor yo tengo plenitud de
gozo. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
13 Hch
21. 1-36 / Jue 16 / Sal 42
Claro que si pastor he aprendido que el hecho de seguirle no es una necesidad ES UN GRAN PRIVILEGIO que el nos da, el de nosotos poder decidir y como menciona en su palabra, todo viene por añadidura, dejar de lado todo en sus manos incluso hasta el llorar clamando es a él JESUS no se mencione si esta uno bien es cuando mas hay que hablar con el (ORAR) Y AGRADECERLE por todo lo que nos cuida y otorga es cuando aprendes declaras victoria que ya es nuestra por Cristo y todo se realiza y es cuando aprende el verdadero significado de NO HAY FORMA QUE PUEDA PERDER muchos saludos pastor y un fuerte abrazo a Usted y a su muy apreciable familia que Dios lo cubra con su sangre y que multiplique todas y cada una de sus virtudes al 1000 por 1 en cada uno de sus proyectos y necesidades muchas bendiciones saludos.
ResponderEliminarFam. Cruz Ortiz Roberto, Yesi, Yuli y Ale
Dios es poderosom y Jesucristo esta vivo 100% crean en el ustedes seran salvos.
ResponderEliminaryo he sido atacada por demonio y yo mire al demonio y Jesucristo esta vivo y jesucristo me salvo y mi Jesucristo esta vivo y el esta con nosotros y mi testimonio es este crean porfavor en Dios y su hijo amadoJesucristo. aca los hombres no tienen poder solo Dios y su hijo que intercede por todos nosotros.pongamos lA fe en Dios . un abrazo sinsero en el nombre de Jesucristo nuestro padre celestial.Dios los ama .
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