Lunes 14 de Mayo
de 2012.
¡Nada ni nadie me pueden detener!
Por Riqui Ricón*
Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la
región, y hemos visto que es muy buena; ¿y vosotros no haréis nada? No seáis
perezosos en poneros en marcha para ir a tomar posesión de la tierra (Jue 18. 9).
Que hermoso es saber que tu vida,
como Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, está llena de aventura y de acción por
delante. Tan solo necesitas ser como los hijos de Dan y comenzar a explorar la región.
¡Explora la Biblia! Lee y medita la Palabra de Dios hasta que te des cuenta que,
en Verdad, es muy Buena la Nueva Vida que has heredado.
¿Cómo puedes llegar a este
conocimiento o revelación cuando tu propia vida parece ser algo totalmente opuesto
a una maravillosa aventura? Comprendiendo que la buena voluntad de Dios para tu
vida es agradable y perfecta, cambiando, de este modo, tu forma de pensar y de
ver todas las cosas.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta (Ro 12. 2).
La única forma posible de
transformarte por medio de la renovación de tu entendimiento es cambiando tu
forma de pensar. Esto sólo lo consigues haciendo de la Biblia la prioridad
máxima y apremiante de tu vida. Todos los pensamientos y sentimientos de
fracaso, rechazo, temor, resentimiento, soledad y derrota que has acumulado a
lo largo de tu vida, sólo pueden ser eliminados con la luz de la Verdad. Esta
Verdad no es otra que la Biblia, la Palabra de Dios.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro 10. 17).
La propia fe que necesitas para
entrar a poseer todo lo que ya es tuyo por la Sangre de Jesús, es resultado de
leer y meditar la Palabra de Dios.
Y él dijo: El Dios de nuestros
padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y
oigas la voz de su boca. Porque serás testigo
suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre (Hch 22. 14-16).
Amada(o), no te dejes engañar, tú
has sido escogida(o) por Dios para que conozcas Su Voluntad y escuches Su
Palabra, pues Él tiene todo un Plan para que en realidad vivas una vida con
propósito.
Donde quiera que estés,
cualquiera que sea la actividad que realices, estás destinada(o) a ser Luz en
las tinieblas, pues eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida de Nuevo y la Palabra de
tu Padre celestial es Verdad en tu boca.
Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y comienza a creer que eres esa princesa, ese príncipe, del Dios Altísimo
y recibe tu sanidad, libertad y restauración, las cuales, Jesucristo compró
para ti al precio de Su Sangre. Permítete creer lo que Dios dice de ti en Su
Palabra.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:
¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8.15-17b).
¡El Espíritu de esclavitud y
temor nada tiene en ti! ¡Eres un(a) Hija(o) y Heredera(o) del único Dios Vivo y
Verdadero! Él, tu Papá, ha establecido para este mundo y para este tiempo que
tú, Su Hija(o), todo lo puedes en Cristo y en todo problema, enfermedad o
aflicción, ¡ya eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo
Jesús!
Así que, ¡no te detengas! Como
decimos los mexicanos, toma al toro por
los cuernos, sigue adelante, tómate de la mano del Espíritu Santo en
oración, llénate de la Biblia, que es la Palabra de Dios, y la fuente de tu fe
y disfruta la aventura de tu vida, pues lo mejor está delante de ti. ¡Dios está
contigo! ¡No hay forma que puedas perder!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, gracias
porque este día puedo declarar en Tu Presencia que soy amada(o) y escogida(o)
por Ti. Me determino, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a no dejarme engañar por
palabras y pensamientos de desaliento, fracaso o derrota. Yo creo lo que Tú
dices acerca de mí: que por Tu Sangre, Señor Jesús, me has redimido de todo
pueblo, lengua o nación; y me has hecho un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de
Nuevo como reina/rey y sacerdotisa/sacerdote para nuestro Dios, y reinaré sobre
esta tierra. Me levanto, en tu nombre Jesús, a cumplir el propósito y destino
eterno que compraste para mí en esa cruz. Por lo tanto, hoy declaro que soy
sana(o), soy libre, soy próspera(o) en todas las cosas. Resisto, con la Palabra
de Dios, al espíritu de temor, al desaliento y a la depresión; no recibo a la
enfermedad, ni a la pobreza; perdono a todos los que me han lastimado y
defraudado y recibo la salud, el gozo, la paz y el amor que son mi herencia y
mi derecho, Voy hacer de mi vida una vida que valga la pena vivirse. ¡Voy a
vivir una vida plena y abundante! ¡Nada ni nadie me pueden detener! En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
14 Hch
21. 37-22. 29 / Jue 17-18 / Sal 43
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?