Viernes 4 de Mayo de 2012.
¡La Bendición es mi derecho!
Por Riqui Ricón*
Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para
mal, como Jehová había dicho,
y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción (Jue 2. 15).
Es muy importante no perder de
vista que tanto la bendición como la maldición, ambas, son Palabra de Dios y,
por lo tanto, inevitablemente se han de cumplir, según sea el caso.
Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el
mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus
caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que
vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual
entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te
inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros
días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de
ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú
y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque
él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la
tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar (Deu 15. 20-30).
Ahora bien, si bien es cierto que
las personas se colocan bajo maldición como consecuencia de sus pecados, tienes
que notar que la Voluntad de Dios para tu vida siempre ha sido que vivas bajo
Su Bendición. Él no es ningún juez sádico que está pendiente de tus delitos y
transgresiones para aplicarte Su justicia inflexible. ¡No! ¡Nada de eso! Él es tu
Padre amoroso que te guía y corrige indicándote el camino correcto.
¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se
apartare de sus caminos? (Ez 18. 23).
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento (2 P 3. 9).
La Biblia, que es la Palabra de
Dios, y no miente, nos enseña claramente, una y otra vez, la buena voluntad de
Dios para con los hombres.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es por Amor que Dios prefirió
entregar a Su propio Hijo, Jesús, para pagar todos tus pecados, antes que
perderte a ti. Es por Amor que ahora Él te ha hecho Su Hija(o) amada(o) y no te
condena, ni te maldice.
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que
se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él
(1 Jn 3.1).
Por el Gran Amor que Dios siente
por ti, has sido predestinada(o) a buenas obras y a tener una vida plena y
abundante.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su
gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.4-10).
Toda Maldición sobre tu vida ha
sido anulada a través de la redención que Jesucristo efectuó, por Amor a ti, en
la cruz del calvario.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu (Gal 3.13-14).
Así que, si te encuentras
afligida(o) o angustiada(o) por alguna situación y piensas que eso te lo envió
Dios por alguna razón, detente, deja de pensar de esa forma. Si hay pecado en
tu vida arrepiéntete, corre hacia tu Padre, en vez de huir de Él; pídele perdón
confesando tu pecado pues fiel y justo es Él para perdonarte y limpiarte de
toda maldad. Si no hay pecado, entonces, sométete a la Palabra de Dios, cree lo
que en ella está escrito acerca de ti; resiste al diablo y éste tendrá que huir
de ti.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a
Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los
de doble ánimo, purificad vuestros corazones (Stgo 4.7-8).
¡No te dejes engañar! No escuches
la voz de tu adversario, él ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn 8.44). Tú eres un(a)
Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, siendo renacida(o), no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Tú eres Hija(o) de la Verdad y estás
destinada(o) a vivir bajo la Bendición de Dios, ¡nunca bajo maldición! ¡La
Bendición es tu derecho! ¡Cristo Jesús pagó por el!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, yo sé que
soy Tuya(o), un(a) Hija(o) Nacida(o) de Nuevo y no de una simiente corruptible
sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra. Por lo tanto, el maligno no
me toca pues yo no practico el pecado. Te pido perdón por todos mis pecados que
he cometido en este último día, te pido que mires la sinceridad de mi corazón y
apliques, una vez más, la Sangre preciosa y poderosa de Tu Hijo Jesús sobre mi
vida y corazón. Gracias Señor porque me has hecho Nueva Creación, justa(o) y
santa(o). Espíritu Santo, Tú estás conmigo como mi amigo y ayudador; así que,
te pido me ayudes a creer que soy quien Tú dices que soy para dejar atrás esas
actitudes, pensamientos, palabras y acciones pecaminosas. Yo soy quien dice la
Biblia que soy: un(a) Hija(o) de Dios, Nacida(o) de la Verdad. Soy totalmente
libre de la ley del pecado y de la muerte. Así que, recibo mi perdón y mi
herencia: salud, prosperidad, paz y gozo. Declaro que, sin importar cuál sea mi
problema, angustia o enfermedad, yo, _______________ (tu nombre aquí), soy más
que vencedor por medio de Aquel que me ha amado, Cristo Jesús. ¡Todo lo puedo
en Cristo que me fortalece! ¡Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí,
que el que está en el mundo! Yo, _______________ (tu nombre aquí), ya he sido
justificada(o) en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu Santo. ¡Así lo
dice la Palabra de Dios! ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais
algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro
Dios (1 Co 6. 9-11). ¡Soy sana(o)!
¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy dichosa(o)! ¡Soy bendecida(o)! En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
4 Hch
16. 1-15 / Jue 2-3 / Job 34
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