Viernes 11 de Mayo de 2012.
¡Por Tu Palabra, Señor!
Por Riqui Ricón*
Entonces Manoa dijo: Cuando
tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué
debemos hacer con él? (Jue 13.
12).
¡Cómo me gusta encontrar en la Biblia la enseñanza que lo único que
tenemos que hacer es creer que la Palabra de Dios es la Verdad! Manoa, el padre
de Sansón, no le cabía la más mínima duda que lo que Dios les había dicho por
medio del ángel se cumpliría, por eso pudo afirmar, Cuando tus palabras se cumplan…
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí (Jn 14. 1).
Amada(o), es tiempo de poner
mucha atención, pues creer en Dios o creer en Jesús, NO SIGNIFICA creer que
ellos existen. Tampoco se trata de tener la certeza de que Jesús caminó por
este mundo enseñando, predicando y sanando. Creer en Dios no es estar convencido
que Dios fue el creador del universo. Lo realmente significativo para tu vida
comenzará en el momento que comiences a creerle a Dios; a creerle a Su Palabra.
Tu vida comenzará a tener verdadero significado en el momento que veas la
Biblia como las Palabras que han salido de la boca de Dios y que, por lo tanto,
se van a cumplir todas, sin faltar alguna de ellas.
y un joven llamado Eutico, que
estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo
disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os
alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido
el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y
así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados (Hch 20. 9-12).
¿Cómo puede alguien utilizar su
fe para resucitar un muerto, sanar un enfermo, restaurar un matrimonio, salir
de la pobreza o sanar su corazón? Si lo piensas bien, esto realmente es
sencillo. Sólo tienes que encontrar dónde en la Biblia Dios dice que lo puedes
hacer, pues si Dios lo dice, entonces, es la Verdad e inevitablemente tiene que
suceder.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago,
él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14. 12).
El Padre de Jesús es Dios y
resulta que, por la muerte y resurrección de Jesús, y tu Nuevo Nacimiento, Dios
también es tu Padre. Así que, las condiciones están listas para que comiences
hacer las mismas cosas que Él hizo y aún mayores. Si le puedes creer a Dios,
pues para la (el) que le cree a Dios TODAS las cosas le son posibles.
Ved
qué amor nos ha dado el Padre: que hijos de Dios nos llamemos; y somos. Por
esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció
(1 Jn 3.1).
Es el Amor que Dios siente por
ti, expresado en la muerte y resurrección de Jesucristo, lo que te habilita
como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Es este gran Amor lo que te
levanta el día de hoy de cualquier condición de pobreza, enfermedad, angustia o
soledad, para establecerte en la posición de victoria que ahora te pertenece.
¿Qué, pues,
diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no
nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).
¡La Biblia es la Palabra de Honor
de Dios! ¡Ten ánimo! Sin importar cuál sea la condición en la que hoy te
encuentras, tu Padre, el Todopoderoso, jamás dejará de cumplir todo lo que ha
dicho acerca de ti. ¡El cielo y la tierra pasarán, mas su Palabra nunca
faltará!
Oremos en voz audible.
Amado Padre celestial, que
hermoso es saberse Tu Hija(o). Que por medio del precio que Jesús pagó por mí,
ahora soy Tu heredera(o) y coheredera(o) junto con Jesús. Gracias, Señor,
porque tengo fe. La fe que me has dado, de la cual Tú, Jesucristo, eres autor y
consumador. Gracias por Tu Palabra, la Biblia. Es Tu Palabra de Honor y alumbra
mi vida y mi camino pues vivo confiado siempre y asegurado pues sé, que sé, que
todo lo que has dicho se va a cumplir y que no faltaras a ninguna de todas Tus
palabras. Gracias porque Tu Palabra es la certeza de todo lo que estoy esperando,
de todo lo que aún no veo. Sin importar mi circunstancias o situación, hoy
puedo afirmar que, ¿Quién me acusará si soy
escogida(o) de Dios? Dios, Tú eres el que me justifica. ¿Quién es el que me condenará?
Cristo es el que murió por mí; más aún, el que también resucitó, el que además
está a la diestra de Dios, el que también intercede por mí. ¿Quién me
separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti soy muerta(o) todo el tiempo; Soy
contada(o) como oveja de matadero. Antes, en todas estas cosas, yo,
______________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de aquel que
me amó. Por lo cual estoy segura(o) de que ni la muerte, ni la
vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me
podrá separar del amor de Dios, que es en Ti, Cristo Jesús, mi Señor, Rey y
Salvador. Por lo cual, me declaro arriba y no más abajo;
adelante y ya no detrás; ¡Soy sana(o)! ¡Soy Libre! ¡Soy
próspera(o)! Creo y recibo el Amor, el gozo y la paz que sólo yo, un(a) Hija(o)
del Rey, puedo experimentar para vivir una vida en la Plenitud de Dios, mi
Padre. ¡No voy a temer! Solamente creeré lo que la Biblia, la Palabra de Dios,
que no miente, dice acerca de mí. ¡Te amo mi Señor, Dios y Padre!
En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
11 Hch
20. 1-16 / Jue 13 / Job 41
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?