Domingo 29 de Enero de 2012.
¡No temas, tú eres la(el) amada(o) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Luc 21.16-19, 28).
Al ignorar las Escrituras y el poder de Dios, muchas Hijas e Hijos de Dios viven con temor a los últimos tiempos y a la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, cuando debiera ser todo lo contrario, estar gozosos y expectantes, pues la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice claramente que ni aún uno de tus cabellos perecerá y con tu paciencia, constancia, persistencia, ganarás tu alma.
Jehová de los ejércitos, DICHOSO el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La mejor forma (realmente es la única forma), de ganar tu alma, esto es, tener paz, gozo y plenitud en la vida, es por medio de creerle a Dios, de creerle a Su Palabra, pues si Él dice que ninguno de tus cabellos perecerá, entonces, efectivamente, ninguno de tus cabellos perecerá. ¡Él es Dios! ¡No miente ni se arrepiente!
Así que, tienes asegurada la victoria por la Palabra de Honor de tu Dios y Padre, y, sin importar las circunstancias o situaciones que estés viviendo, puedes erguirte, levantando tu cabeza, pues ya has sido redimida(o), comprada(o) a precio de sangre, por el Amor que Dios siente por ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Tan grande y excelente es Su Amor que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Y, desde luego, que Dios no pagó tan grande precio por ti para después tenerte en angustia, ni en temor, ni en condenación o enfermedad sino, como dice claramente la Escritura, Él lo hizo para darte VIDA ETERNA.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Comprende, de una vez por todas, que el deseo, la voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta. Que por Cristo Jesús tienes derecho a llevar una vida plena y abundante aquí, sobre el planeta Tierra.
Y me dicen, pero, pero, Riqui Ricón, es que tú no sabes quién soy y yo y todas las cosas malas que hecho, Dios no me puede amar tanto.
En primer lugar, la Biblia dice que Él ya te perdonó y olvidó TODOS tus pecados, en segundo lugar, Dios dice que te ama igual que a Jesucristo.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34)
yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
¡No temas, tú eres la(el) amada(o) de Dios! Sólo tienes que creer lo que Él dice en Su Palabra acerca de ti.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias porque sé que puedo confiar en Ti, sé que puedo confiar en Tu Palabra y eso, mi Señor, me hace dichosa(o). Hoy puedo declarar con toda certeza que yo, __________ (tú nombre aquí) habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Ti confío. Tú me librarás del lazo del cazador, De la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, Y debajo de Tus alas estaré segura(o); Escudo y adarga es Tu Verdad, Tu Palabra es la Verdad. No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mi no llegará. Ciertamente con mis ojos miraré Y veré la recompensa de los impíos. Porque te he puesto a Ti, Jehová, que eres mi esperanza, a Ti, Altísimo, por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Gracias, Señor Jesús, pues Tú lo has hecho posible. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 29 Luc 21 / Gen 38 / Sal 29
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