Martes 31 de Enero de 2012.
¡Levántate y ora!
Por Riqui Ricón*
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación (Luc 22.45-46).
Ya sea con tristeza, desilusión, temor, angustia, resentimiento, soledad, depresión enfermedad, pobreza o cualquier tipo de aflicción, Satanás pretende, con todos sus recursos, mantenerte dormida(o), en una especie de sopor o letargo espiritual, con el propósito de evitar, a toda costa, que despiertes y te des cuenta quién ahora tú eres en Cristo Jesús.
¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn 8.43-47).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, quien no miente, la buena noticia es que Satanás es mentiroso, padre de mentira y no hay verdad en él, por lo tanto, ninguno de los recursos que esté utilizando en tu contra son verdad. La mejor noticia es que Jesús sólo habla la verdad y, en consecuencia, puedes poner toda tu confianza en Su Palabra. La excelente noticia es que tú, mi amada(o), eres de Dios, comprada(o) por Amor al precio de la Sangre de Su Hijo Jesucristo, para ser hecha(o) un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y, sin lugar a dudas, escuchas la voz de tu Padre y Su Palabra tiene un lugar en tu nuevo corazón.
Así que, ¡no te dejes engañar! Siempre que te sientas triste, angustiada(o), temerosa(o), deprimida(o), sola(o) o simplemente preocupada(o), debes hacerte un par de preguntas, ¿de dónde vienen estos sentimientos y emociones que rigen mi estado de ánimo y llegan afectar mi relación con Dios y los demás? ¿Qué voz estoy escuchando?
Así es, debes hacerte esas preguntas recordando que la voz de tu Padre SIEMPRE te dirá lo importante, capaz y valiosa(o) que ahora tú eres. La voz del Padre te da identidad, NUNCA te la quita. Siempre le escucharás decirte, Hija(o) mía(o), Yo he decretado en mi Palabra que tú TODO lo puedes en Cristo Jesús que te fortalece; que tú eres mía(o) y ya has vencido porque mayor Soy Yo, que estoy en ti y contigo, que el que está en el mundo; que en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, mi Hijo, Cristo Jesús.
El pasaje anterior, donde Jesús encuentra a sus discípulos durmiendo mientras Él oraba, nos destaca la importancia de orar. Y esto es verdad, es de vital trascendencia orar sin desmayar, PERO, ¿cómo orar cuando estás cargada(o) de tristeza, miedo y ansiedad? A lo mucho podrás clamar desesperadamente ¡ayúdame Señor! Lo hermoso es que Él SIEMPRE te va a responder porque Él es fiel y no faltará JAMÁS a Su Palabra.
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás (Sal 31.1-3).
La verdadera enseñanza acerca de la oración es que, si confías en Dios, si le crees a Su Palabra, no serás confundida(o) jamás; Él será tu roca y tu castillo; por Su Nombre te guiará y te encaminará.
Por lo tanto, antes de orar tienes que creer, creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, para llegar delante de Su Presencia diciendo: Padre, a Ti nada te es oculto pues Tu Palabra, la Biblia, dice que aún no están las palabras en mi boca y Tú ya las conoces todas; así que, vengo en el nombre de Tu Hijo Jesucristo a declarar mi victoria sobre todo problema y circunstancia. Tú has establecido que a los que te amamos TODAS LAS COSAS les ayudan a bien y yo lo creo. Por eso declaro que esto que hoy estoy viviendo, tarde que temprano, se volverá en un bien para mi vida, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho tu Hija(o). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichosa(o) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 31 Luc 22.39-71 / Gen 40 / Sal 31
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?