martes, 22 de abril de 2014

¡Qué puedes hacer con tu Vida!

 
21 de Abril

¡Hacedor(a) de la Historia!

Por Riqui Ricón*

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1. 9).

La historia de Josué es sumamente interesante pues tiene muchas similitudes con tu propia vida. Nota como, al igual que Josué, tú tienes un gran propósito que cumplir en tu vida, pero con la gran ventaja que tú ahora eres Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

A Josué se le pidió introducir a la tierra prometida a una nación de más de dos millones de personas; personas que habían manifestado de sobra ser rebeldes e incrédulas. A ti se te pide ser un(a) Hijo(a) del Reino para que lo instaures sobre la tierra; se te pide ser luz en medio de las tinieblas; se te pide amar a Dios, tu Padre, y a tus semejantes como a ti mismo(a).

Al igual que Josué, tú estás llamado(a) a hacer historia.

¡Tú eres un Hacedor(a) de la Historia!

Al igual que Josué, tienes que estar bien preparado(a) porque en verdad lo vas a conseguir, en verdad vas hacer historia. Dios ha prometido estar contigo y apoyarte dondequiera que vayas. Y si Dios lo dijo, entonces, sin lugar a dudas, Él lo va hacer; si Dios lo hablo, entonces, Él lo va a ejecutar.

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).

Meditando esto a través de ese lente vivo y eficaz que es el Nuevo Testamento, encontrarás que, como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, tú TODO lo puedes en Cristo (Fil 4.13); en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús (Ro 8.37); y además Él, Jesús, está contigo TODOS los días hasta el fin del mundo (Mat 28.20).

Así que, efectivamente, nadie te puede hacer frente en todos los días de tu vida pues, no solamente de la misma forma que Dios estuvo con Moisés sino de la misma forma que estuvo con Jesús, ahora Él está contigo.

¡Dios ha comprometido Su Palabra de Honor en no dejarte, ni desampararte nunca!

¡No temas! ¡Tienes la victoria! En verdad que en todo problema, necesidad, aflicción o circunstancia adversa que estés enfrentando el día de hoy, vas a salir más que vencedor(a).

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Tú le perteneces a Dios, eres Su Hijo(a) Amado(a) y mayor es Él, el Espíritu Santo, quien está en ti y contigo, que el que está en el mundo. Así que, qué pues dirás tú a todo esto, si Dios es contigo ¿quién contra ti?

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).

Amado(a), Josué tuvo tal éxito en alcanzar su propósito que la Biblia lo registra como el autor de uno de los milagros más asombrosos que se hayan hecho. ¡Josué pudo detener las astronómicas fuerzas de la gravitación universal al hacer que el sol y la luna se detuvieran por un día entero! Sólo con el propósito de poder terminar una batalla.

Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.» El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el SEÑOR obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe duda de que el SEÑOR estaba peleando por Israel! (Jos 10.12-14 NVI).

Siempre que medito en este suceso me pregunto, ¿cómo se le ocurrió a Josué semejante idea? Y puedo escuchar al Espíritu Santo responderme lo mismo, vez tras vez: así como a Josué a ti también se te pide una sola cosa”,

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1. 8).

El éxito (o fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo no depende de tus estudios, ni de tu capacidad económica, ni de tus relaciones, ni de tus habilidades.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

El éxito (o fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo depende única y exclusivamente de dos cosas: primero de tu fe, esto es, que le creas a Dios creyendo Su Palabra, la Biblia; y  segundo que, por lo tanto, hagas del estudio y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu vida, leyéndola y meditándola de día y de noche, poniéndola en tu boca, en tu mente y en tu corazón para que la guardes y actúes conforme a TODO lo que en ella está escrito; porque entonces (no antes, ni después, ni de ningún otra forma), harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.

¡Es Palabra de Dios! ¡Es Palabra de Honor!

- Pero, pero, Riqui Ricón, ¡yo no puedo hacer eso! ¡No tengo tiempo! Eso quizá esté bien para un Pastor o ministro, pero yo tengo que ir a trabajar, estudiar, atender mi hogar, a mi familia,…

”El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre viene y se lo encuentra. Emocionado y lleno de ilusiones, vende todo lo que tiene y compra el terreno, con lo cual está adquiriendo, también el tesoro. ”El reino de los cielos es como un mercader de perlas que anda en busca de perlas finas. Cuando por fin descubre una verdadera oportunidad en una perla de gran valor que le ofrecen a buen precio, corre y vende lo que tiene para comprarla (Mat 13.44-46 BAD).

Si Dios te revelara el secreto para tener una Vida dichosa y la forma en que puedes hacer prosperar tu camino y todo te salga bien, ¿no harías todo lo que esté de tu parte por conseguirlo?

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria  se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.25-33).

 Así que, no se trata de si tienes tiempo o no tienes tiempo, tampoco se trata de si eres un(a) ministro(a) o no lo eres, sino que se trata realmente de si crees o no crees que la Biblia es Verdaderamente la Palabra de Dios. Y aquí entre nos, yo sé que sí crees.

Entonces, ¡No temas! ¡Cree solamente! ¡Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y estás destinado a hacer historia en este mundo!

¡Dios, tu Padre, lo dice así!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, ¡En verdad que es hermoso saberse Amado(a) por Ti, oh Dios! No sólo me has justificado y perdonado sino que me has hecho Tu Hijo(a) y además me has dado propósito y razón para existir como nueva creatura. ¡Soy hechura Tuya! Sólo necesito, Espíritu Santo, que me ayudes a enamorarme más y más de la Biblia para ponerla en mi mente, boca y corazón; que nunca se aparte de mi boca y que medite en Ella de día y de noche, para que así la guarde y haga mi vida conforme a todo lo que Tú has escrito en Tu Palabra; porque entonces, y sólo entonces, haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. Gracias, Señor Jesús, por amarme tanto y con tan grande Amor. Creo y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡De todo problema, enfermedad o aflicción, yo, ________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a)! ¡Aunque ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a), pues yo en Ti confío! ¡Estoy Listo(a) para hacer historia! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 21                                 Hch 8. 26-40 /  Jos 1-2 /  Job 21

 


 
 

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