1 de Abril
¡Confiar en Dios! ¡Confiar en Su
Palabra!
Por Riqui Ricón*
Entonces Job se levantó, y
rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y
dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio,
y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no
pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno (Job 1.
20-22).
La Biblia, que es la Palabra de
Dios y no miente, te revela, desde Génesis hasta Apocalipsis (incluyendo Job), que
la naturaleza de Dios, Sus planes y propósitos para contigo son buenos,
agradables y perfectos.
Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29. 11).
Dios es bueno. ¡Dios es Amor! Dios
te ama a ti y Su buena voluntad para contigo siempre será agradable y perfecta (Ro 12.2).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, para pagar TODOS tus pecados, antes que perderte a
ti.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Pon mucha atención porque nunca
en los planes de Dios, ni en Su voluntad, ha considerado siquiera como viable
la condenación de la humanidad.
Porque
esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Ti
2.3-4).
Job creía que Dios es bueno, por
eso, en todas sus aflicciones no
pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Fue esta confianza, esta certeza de fe en el amor y compasión de un
Dios justo, la que permitió a Job salir adelante lleno de bendición, pues al
final entendió que Él, el Señor, es la fuente de toda bendición.
Propósito y destino son palabras
que deben llenar de entusiasmo la vida de todas las Hijas e Hijos de Dios
Nacidos de Nuevo. Tú has sido redimido(a) por Dios, esto es, has sido comprado(a)
al precio de la Sangre de Su Hijo, Jesús, para ser trasladado(a) de una vida de
despropósito llena de pecado, temor, muerte y ESCLAVITUD a una Vida Nueva y
Plena con el propósito de manifestar la LIBERTAD gloriosa de los Hijos del Rey.
Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes
del Rey,* una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar
a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y
entrar en su luz maravillosa. «Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son
pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la
misericordia de Dios» (1 P 2.9-10).
Dado que Él, el Juez de toda la
tierra, aceptó la Sangre del único justo como el precio exacto que satisface el
pago de los delitos y pecados de TODOS los injustos, en la cruz fuiste
justificado(a), hecho justo(a), por la gracia de un Dios misericordioso, Es por Su gran Amor con que te amó que tu
Padre decidió perdonar todas tus transgresiones no acordándose más de tus
pecados
Por
lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos
días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón
las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y
ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al
Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados
y de sus iniquidades (He 8. 10-12).
Así, de esta forma, puedes dejar
atrás, olvidar, la conciencia de pecado y la condenación para recibir la justificación
y la conciencia de justicia pues tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo. Puedes dejar de temer a la ira y al justo juicio de Dios
sobre tus actos y comenzar, como Job, a creer en el Amor y en la Palabra de
Dios.
Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados (Ro 8.28).
Al fin y al
cabo, cuando sabes (y comienzas a creer), que tu vida ya no es una casualidad
ni resultado del azar o de la selección natural, sino que ahora tu Nueva Vida
está llena del Amor y Propósito de Dios, entonces, como Job, tienes la certeza,
la plena seguridad, que tarde que temprano TODAS las cosas que te están
sucediendo te ayudarán a bien.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
No en balde
eres, ¡un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, este día
puedo declarar con toda confianza que mi vida tiene propósito pues está
escondida con Cristo en Ti, Señor. No permitiré al temor ni a la duda entrar a
mi corazón para robar lo que legítimamente me pertenece. Señor Jesús, Tú
pagaste el precio y yo lo he aceptado. Me propongo, en Tu nombre, Jesús,
manifestar la Vida Plena y abundante que me has regalado. Gracias Señor. Por el Nuevo Pacto en
Tu Sangre, ahora yo tengo Vida Eterna y todo el derecho a hacer de ella una
Vida Plena y Abundante. Por el Nuevo Pacto en Tu Sangre he sido justificado(a),
perdonado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) para ser hecho(a) un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Sin
importar las circunstancias que hoy estoy enfrentando, ahora sé que de todas
ellas saldré más que vencedor(a), pues soy, efectivamente, un(a) Hijo(a) del
Rey y todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Así que, creo y declaro que
¡soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a) para vivir una Vida Plena y
Abundante! ¡Recibo Tu Amor! ¡Recibo Tu Gozo! ¡Recibo Tu Paz! ¡Por la Sangre de
Jesús, la Sangre del Nuevo Pacto, que no hay forma que yo pueda perder en esta
vida! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
1 Mat 25.1-30
/ Núm 30-31 /
Job 1
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