Lunes 26 de Agosto
de 2013.
¡Echa mano de la Vida Eterna!
Por Riqui Ricón*
El espíritu es el que da vida; la carne para
nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Jn 6.63).
Muy
importante es no olvidar que tú fuiste creado(a) a imagen y semejanza de Dios
y, por lo tanto, como Él es Espíritu (Jn 4.24), tú también eres espíritu. Como
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo eres espíritu incorruptible engendrado por
la Palabra de Dios a través del sacrificio, muerte y resurrección de Jesús, tu
Señor y Salvador.
siendo renacidos, no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre (1 P 1.23).
Destaca pues,
que es, precisamente, la Palabra de Dios, la Biblia, la que te brinda esta
Nueva Vida; es la Biblia la que te sustenta y alimenta como la Nueva creación
de Dios que ahora tú eres.
Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.1-2).
Tú sabes
bien que no andas conforme a la carne porque has hecho a Jesucristo el Señor y
Salvador de tu vida; has Nacido de Nuevo y ahora amas a Dios, tu Padre y, de
acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, el glorioso
Espíritu Santo vive en ti y contigo.
No os engañéis; Dios no puede
ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque
el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra
para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gal
6.7-8).
Ahora, en Cristo Jesús, tú ya no siembras para la carne; ese(a) viejo(a)
hombre (mujer) carnal y vendido(a) al pecado que tú antes eras, está muerto(a),
murió con Jesucristo en esa cruz. Tú has Nacido de Nuevo y del Espíritu Santo,
que vive en ti y contigo, cosechas la Vida Eterna.
Independientemente de tus
acciones, tú eres salvo(a) por gracia por
medio de la fe y esto no de ti, pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe. Porque eres hechura suya, creado(a) en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduvieras
en ellas (Efe 2.8-10).
Tú no eres un(a) pecador(a)
salvo(a) por gracia. Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Has
Nacido de Nuevo, no por medio de padres mortales que son corruptibles, sino que
has Nacido de Nuevo por medio de una semilla incorruptible que es el mensaje
vivo y eterno de la Palabra de Dios (1 P 1.23). Es por esto
que, cuando llegas a pecar, te sientes mal, no te gusta y te arrepientes
pidiéndole perdón a Dios, tu Padre. Es el glorioso Espíritu de Dios, quien vive
en ti y contigo, el que te convence de pecado.
Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros (1 Jn
1.9-10).
¡Qué asombroso y maravilloso es
el Amor y el Plan de Dios para tu vida que te ha dado provisión aún para tus
pecados futuros mediante la confesión y el arrepentimiento!
Sin embargo, con el diario vivir,
pudieras distraerte y olvidar por un momento que la Biblia es la Palabra de
Dios y que, por lo tanto, ésta debe ser la prioridad máxima en tu vida. La
Biblia debe ser el patrón que rija tu conducta y determine tus decisiones.
Ahora, por el gran Amor que Dios
siente por ti y el sacrificio de Jesús al pagar con su muerte todos tus
pecados, y darte Nueva Vida con Su resurrección, tú eres más que un ser
inmortal. Al igual que tu Padre, tú Eres espíritu y ahora eres Eterno(a).
Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn
3.16).
¡La Vida Eterna es la Herencia a
la que Tú tienes derecho!
En
otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y
nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida
estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros. Pero: «Cuando
Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, él nos salvó, no por las
acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos
lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por
medio del Espíritu Santo. Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia
por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Por su gracia él nos declaró justos y
nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna» (Ti 3-3-7
NTV).
Recuerda que la Palabra de Dios
es espíritu y es vida. Así que, si te has estado alimentando diariamente con
noticias, programas de radio o televisión, películas, publicaciones y todo tipo
de conversaciones, ya es tiempo que te determines a llenar todo tu ser, espíritu,
alma y cuerpo, con la Verdad que es la Palabra de Dios y, además, la Biblia es
la única que puede nutrirte con fe, Amor, Paz y gozo.
Santifícalos en tu verdad; tu
palabra es verdad (Jn 17.17).
Lámpara es a
mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino (Sal
119.105).
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de
vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente (Jn
6.67-69).
Si en estos
momentos de tu vida estás atravesando por diversos problemas, enfermedades o aflicciones,
lo mejor que puedes hacer es alimentarte con la Vida que transmite a tu
espíritu la Palabra de Dios. Confía en Él pues Él actuará a favor de ti. Acude
a Su Palabra y no permitas que la duda y el temor te arrebaten la victoria que
Jesús ganó para ti en la cruz.
Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo (Jn 16.33).
Tú eres
un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo para pagar tus pecados antes que perderte a ti. Te ha
dado Su Palabra de Honor como garantía para que puedas creer y tengas fe para
salir adelante, viviendo y manifestando, aquí y ahora, la vida plena y
abundante que sólo un(a) Hijo(a) de Dios puede vivir y manifestar: La Vida Eterna.
Así que, Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Esta orden que Dios le dio a Josué cuando estaba a punto de encarar el
reto más grande de su vida sigue vigente para ti el día de hoy. Sólo haciendo
de la Biblia la prioridad y pauta de tu conducta harás prosperar tu camino y
todo te saldrá bien. Porque
entonces, dice el Señor, esto es, ni antes, ni después, ni de ninguna otra forma
podrás conseguirlo. Sólo poniendo la Palabra de Dios en tu mente, boca y
corazón harás realidad todas y cada una de las promesas que tu Padre te dio.
No en vano Jesús afirmó, las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida.
Oremos en voz audible:
Amado Padre
celestial, sé, porque lo dices en Tu Palabra, que Tú guardarás irreprensible
todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo, para la venida de mi Señor Jesucristo. Te
pido perdón por haber descuidado mi espíritu (yo soy espíritu) y no alimentarme
de la Vida, que es Tu Palabra. Señor Jesús, Tú me has enseñado que si bebo del
agua que Tú me das, ésta será una fuente dentro de mí que saltará para vida eterna
y de mi interior correrán ríos de agua viva. ¡Quiero esto, Señor! Alimentarme
con Tu Palabra de tal manera que el espíritu de mi mente sea renovado para
manifestar esta Vida Nueva que me has regalado y ser un reflejo de Tu Amor a
todos los que me rodean. Espíritu Santo, ayúdame hacer de la Biblia la norma
máxima de mi existencia pues en verdad comprendo que sólo entonces haré
prosperar mi camino y todo me saldrá bien. Por lo tanto, creo y declaro que yo,
______________ (tu nombre aquí), soy la persona que Tú, Dios, dices en tu
Palabra que soy. Gracias Jesucristo por tu sacrificio en la cruz, ahí pagaste
todos mis pecados. ¡Soy justo y he sido perdonado(a)! Gracias Jesús por tu
gloriosa resurrección, pues así como en la cruz morí contigo, también he Nacido
de Nuevo en Tu resurrección. Tú Palabra me enseña que por
medio de aquella ofrenda única, Tú, Jesús, hiciste perfectos delante de Dios a
los santificados. ¡Soy santo(a) y soy
perfecto(a)! ¡Todas y cada una de Tus Promesas son en mí, sí y amén! Me someto
a Ti, mi Dios, me someto a Tu Palabra, resisto a Satanás y éste tiene que huir
de mi vida. No recibo ni la duda, ni el temor, ni la enfermedad, ni la pobreza,
ni la angustia, ni la depresión. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)!
¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor
Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen
María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te
digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí
acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro
mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y
para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi
Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe
he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz
admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú
eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el
nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
26 Jn
6.60-71 / 1 Cr 25-26 / Zac
11
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