martes, 27 de diciembre de 2016

¡Cómo vencer sobre los problemas, la angustia y la enfermedad!

 


17 de Diciembre

¡Despierta, despierta y vístete de poder!

Por Riqui Ricón*

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).

Estamos viviendo los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. Nunca antes ha habido tanta necesidad de respuestas y acciones que permitan encontrar el verdadero sentido a la existencia del ser humano. El mundo clama por héroes. ¡Necesitamos héroes! Gritan con desesperación. Tratan de poner buena cara al mal tiempo, pero sus palabras se desbaratan contra las crisis económicas, la inseguridad, el desempleo, el narcotráfico, la desintegración familiar, las enfermedades, la soledad, la tristeza, la depresión y hasta con el clima, que está cambiando.

Sin embargo, ante este feo panorama, la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, asegura que tú todo lo puedes en, y con, la fortaleza que te da Cristo Jesús.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).

Y mientras el mundo tiembla, los creyentes, los Hijos y las Hijas de Dios Nacidos de Nuevo, tú y yo, tenemos paz y seguridad, pues sabemos en Quién hemos creído y tenemos la certeza que jamás seremos avergonzados de haber confiado en la Palabra del Señor.

Así que, ¿qué vas a decir a todo esto? Si Dios es contigo, ¿quién contra ti?

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (Ro 8.19).

Este es el tiempo en que tú, como un(a) Hijo(a) de Dios has de manifestarte como aquel (aquella) que TODO lo puede en y con la Unción de Jesucristo que te fortalece. ¡Este es el tiempo de creer!

Amado(a), este es el tiempo de creer que Dios no miente, ni se arrepiente, que TODO lo que Él ha dicho en Su Palabra lo va a hacer, que lo que Él habló lo va a ejecutar pues, al fin y al cabo, Su Palabra es Su mismísimo Honor y Poder.

Así que, cuando comiences a creer con todo tu corazón lo que la Biblia dice acerca de ti, entonces sabrás quien eres tú y de TODO lo que eres capaz de hacer con Él y en Él.

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).

Si Dios te suple TODO lo que te hace falta y TODO lo puedes en Cristo; si mayor es el que está en ti que el que está en el mundo, entonces, realmente, ¿a qué le vas a temer? ¿Qué o quién te pueden atemorizar?

Alguien podría objetarme: “bueno, Riqui Ricón, eso suena muy bonito pero ojalá fuera así de fácil…” Y yo pregunto, ¿por qué? ¿A caso tu problema, necesidad o enfermedad es más real, verdadera o poderosa que la Palabra de Honor de tu Dios y Padre? ¡No, mi amado(a)! No permitas que lo aparentemente grande o complicado de tus circunstancias te desenfoquen de la Verdad y del Amor de Dios.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).

Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, y tienes muchos derechos divinos y preciosas y grandísimas promesas que Dios, tu Padre, ha establecido en Su Palabra.

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.19-20).

Como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo tienes que saber perfectamente quien ahora tú eres en Cristo Jesús y, por esto (al recibir y aceptar ésta tu nueva identidad), no existirá la más mínima posibilidad de que puedas perder en esta vida.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Antes que termine este año, sé proactivo y haz de la Biblia la norma máxima de tu existencia; ponla en tu mente, boca y corazón para que así te llenes de la certeza de quién ahora tú eres y, aceptando y recibiendo tu Nuevo Nacimiento, tu Nueva Naturaleza, harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Todo esto ya está en ti. Dios, tu Padre, lo habló y Jesús, tu Señor, lo pagó para ti. No le temas a nada, cree solamente. Sábete muy bien que todo lo puedes en Cristo y que no existe problema, angustia o enfermedad de la cual no saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

Pero yo revelaré mi nombre a mi pueblo, y llegará a conocer mi poder. Entonces, por fin mi pueblo reconocerá que soy yo quien le habla» (Isa 52.6 NTV).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, muchas gracias por haberme rescatado de la vida que llevaba. Sé que me amas tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo antes que perderme a mí. Seños Jesús, gracias por pagar todos mis pecados con Tu Sangre y con Tu vida. ¡Eres maravilloso, Señor Jesús! Por éste, Tu gran Amor por mí, ahora soy apto(a) para participar de la herencia de los santos en luz. ¡Me has librado de la potestad de las tinieblas! ¡Me has trasladado al reino  de Tu amado Hijo! ¡Soy una nueva especie de ser que no existía antes! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre! ¡Tengo Vida Eterna! ¡Soy eterno(a)! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡Lo mejor de mi vida ya comenzó! Por lo tanto, me resisto a temer, sólo voy a creer. Voy a creer Tu Palabra, la Biblia, Señor Jesús. Voy a creerte a ti, amado Dios. ¡Tú suples TODO lo que me falta, conforme a Tus riquezas en gloria! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Jamás seré derrotado(a)! ¡Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy a vivir esa vida plena y abundante que Jesús compró para mí al precio de Su Sangre y de Su resurrección! ¡Es mi derecho! ¡Es Tu Promesa! Por lo tanto, creo y declaro que de todo problema, enfermedad o aflicción, yo, _________ (tu nombre aquí), voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 17                                Fil 4   /  Ez 24  /  Isa 52



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