21 de Noviembre
¡Tu carne está vencida! ¡Sí puedes
vivir conforme a la voluntad de Dios!
Por Riqui Ricón*
Puesto que Cristo ha padecido
por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues
quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir
el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres,
sino conforme a la voluntad de Dios (1 P 4.1-2).
Cada vez que leo en la Escritura
acerca de la lucha contra el pecado, acerca de la vieja naturaleza y el no
vivir conforme a mi carne, le agradezco a Dios con todo mi corazón por Su gran Amor
con que me ha amado expresado en el sacrificio que Jesús hizo por mí al morir
en esa cruz.
Si te preguntas, ¿qué tiene que
ver una cosa con la otra? Quiero decirte que están íntima y totalmente relacionados,
pues es gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo que se pagó el precio
de TODOS tus pecados: pasados, presentes y futuros; para que así, estando tú totalmente
libre del pecado, fueses hecho(o) conforme a la imagen de Su Hijo.
Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).
Me parece sumamente curioso que
algunos creyentes se molesten cuando afirmo que Jesucristo ya no es más el Hijo
unigénito del Padre. En lugar de considerar esto una especie de blasfemia o
degradación hacia Jesús, deberíamos dar gracias que Él no tuvo Su condición de
ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se despojó a Si mismo para
que ahora, tú y yo, seamos también Hijos de Dios.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Fil 2.5-8).
¡Jesús es el primogénito dl Padre
y tú eres su hermano(a) menor!
La Biblia, que es la Palabra de
Dios, y no puede mentir, dice que la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús te
ha hecho LIBRE de la ley del pecado y de la muerte. No dice que serás libre a
través de tus acciones y esfuerzos para ser santo(a) y agradar a Dios
sometiendo tu carne; sino que, claramente dice, ya fuiste, tú, hecho(a) libre
por Cristo Jesús, pues, además de haber pagado el precio de tu redención,
también padeció por ti en la carne.
Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.1-2).
Por lo que Jesús hizo en la cruz
por Amor a ti, venciendo a la muerte con Su resurrección, ahora tú eres esta
persona que no estás conforme con la carne sino conforme al Espíritu.
- ¿Cómo se puede hacer esto? Le
preguntó Nicodemo a Jesús, y éste le respondió: -si no nacieres de nuevo no
podrás ver ni entrar al reino de Dios (Jn 3.1-6).
En el momento que tú hiciste a
Jesús el Señor de tu vida y lo aceptaste como Salvador, en ese preciso instante
Naciste de Nuevo; la mujer o el hombre que tú eras, muerto(a) en delitos y pecados,
dejó de existir en esa cruz y ahora tú eres nueva creación de Dios: un(a) Hijo(a)
de Dios NACIDO(A) DE NUEVO.
De manera que nosotros de aquí
en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según
la carne, ya no lo conocemos así. De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.16-17).
Así que, no se trata de luchar
contra la carne y de pagar un precio por tu santidad, sino que, EN VERDAD se
trata de creer, aceptar y recibir la santificación mediante la fe [mediante
creerle a Dios, creyendo Su Palabra]. Esto es, no vives en santidad para creer,
demostrar o sentirte Hijo(a) de Dios, sino que vives muerto(a) a la carne
porque ahora YA ERES UN(A) VERDADERO(A) HIJO(A) DE DIOS NACIDO(A) DE NUEVO. Esto
es lo que dice la Biblia y, ¡esta es la Verdad!
Ahora bien, el saber y creer esto, de ninguna
manera es una licencia para pecar o vivir una vida libertina; no, nada de eso.
La Biblia lo dice así:
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos
en el pecado para que la gracia abunde?
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con
él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva (Ro 6.1-4).
Los
pecadores, pecan, eso es lo que les gusta y saben hacer. Pero, los(as) Hijos(as)
de Dios hemos Nacido de Nuevo y ahora creemos y vivimos de acuerdo a la Palabra
de Dios, la Biblia. Ya no andamos más conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Así que, la victoria sobre tu
carne no está en hacer algo sino en creer lo que Dios hizo por ti y en lo que dice
acerca de quién ahora eres tú, por medio de Jesucristo. No es por lo que hagas
o tengas sino por quién eres. Una vez que creas esto, puedes actuar y hacer que
tu fe no sea muerta sino plena de obras y frutos de justicia, ya que la
Voluntad de Dios es tu santificación (1 Tes 4.3).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1).
Ahora eres un(a) Hijo(a) amado(a)
de Dios y la ley del pecado y de la muerte con su enfermedad, pobreza,
tristeza, soledad, depresión, etc., nada, absolutamente nada, tiene en ti.
Puedes, con tu fe, creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra, echarlos fuera de tu
vida. Jesús no sólo pago todos tus pecados al morir en la cruz por Amor a ti, sino
que, también compró para ti una Vida Nueva: la Vida Eterna, para que la vivas
plena y abundantemente sobre la tierra.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Es verdad! ¡Ahora SÍ puedes
vivir conforme a la voluntad de Dios!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, una vez más, quiero decirte que te amo, que estoy muy agradecido(a)
por tanto y tan grande Amor. De todos mis pecados me arrepiento y, confesándotelos,
te pido perdón. Gracias, pues sé que me has perdonado ya que, Si confesamos nuestros
pecados, Tu eres fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad. Señor
Jesús, hoy me levanto de toda condenación, fracaso o debilidad para ser ese(a) Hijo(a) que Tú has puesto en autoridad y
dominio. Todo lo puedo en Ti, Señor, y en todas las cosas que estoy viviendo
hoy, soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor. Me declaro sano(a), libre,
próspero(a) y lleno(a) de Tu Amor, para ser luz en medio de las tinieblas y
cumplir mi propósito en la tierra amando a mis semejantes como a mí mismo.
Gracias Espíritu Santo, pues estás aquí conmigo y de ninguna forma podemos fallar
pues mayor eres Tú, que estás en mí, que el que está en el mundo. ¡Soy
Santo(a)! ¡Soy justo(a)! ¡Soy perfecto(a)! Puedo ser feliz. Por la Sangre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
21 1 P 4
/ Jer 37-38
/ Sal 137
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?