12 de Noviembre
¡Todo el bien que hay en ti!
Por Riqui Ricón*
… para que la participación de
tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por
Cristo Jesús (Fi 6).
Este versículo encierra un
secreto maravilloso, la fe activa, la fe eficaz, te muestra todo el bien que YA
ESTÁ dentro de ti por Cristo Jesús. Pon mucha atención a lo maravilloso que
esto es, pues, una vez más, la Biblia, la Palabra de Dios, te revela ese plan
perfecto y lleno de Amor que sólo Dios pudo concebir para ti.
Me explico,
Todo aquel que cree que Jesús
es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
Efectivamente, como dice la
Escritura, la Biblia, que no miente, cuando por fe reconociste a Jesucristo
como tu Señor y Salvador naciste de Dios. ¡NACISTE DE NUEVO! Y aquí comienza
todo el bien que hay en ti.
En la lectura bíblica del día de
ayer, leíamos que por medio de Jesús fuimos regenerados y renovados, lo que
significa ser hechos TOTALMENTE NUEVOS. No una simple retocada o manita de
gato, como se dice por ahí, sino TOTALMENTE NUEVOS.
siendo renacidos, no de
simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre (1 P 1.23).
Este
maravilloso milagro fue posible gracias al Amor de Dios y a que la semilla que
se utilizó para hacer de ti una persona totalmente nueva fue, nada más y nada
menos, que la infalible, inalterable, eterna y perfecta Palabra de Dios.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
No puedo
dejar de recordarte, una y otra vez, que Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a
ti.
Pero Dios,
que es rico en misericordia, por su gran amor con que te amó, aun
estando tú muerto(a) en delitos y pecados, te dio vida juntamente con Cristo
-por gracia eres salvo(a)-, y juntamente con Él te resucitó, y
asimismo te hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de Su gracia en su
bondad para contigo en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).
Piénsalo bien, el Señor no iba a
entregar a Su propio Hijo para rescatarte de la esclavitud del pecado y luego
dejarte con la misma naturaleza que te había atado como esclavo(a). De otra
manera el sacrificio de Jesús hubiera sido ilógico e inútil. No mi amado(a), el
Plan de Dios para tu vida es tan asombrosamente perfecto como lo es el mismísimo
Señor Jesucristo.
Cuando le creíste a Dios,
creyendo Su Palabra, y aceptaste a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida
dejaste de ser un(a) pecador(a) destinado a la muerte eterna y ahora eres un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Exactamente igual a Jesús!
En esto se ha
perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del
juicio; pues como él es, así somos
nosotros en este mundo (1 Jn 4.17).
Ser un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo significa que ahora tú eres una nueva especie de ser que no
existía anteriormente, diseñado(a) y equipado(a) por Dios para ser más que
vencedor(a), para que tú establezcas el Reino de los Cielos sobre la tierra y
manifiestes TODO EL BIEN que está en ti por Cristo Jesús.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo
hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14.12).
Por TODO el bien que ya está en ti
gracias a Cristo Jesús, tú estás llamado(a) a hacer las mismas cosas que Él
hizo y aún mayores, pues tú y Jesús ahora son Hijos del mismo Padre.
Ahora bien, sólo quiero recordarte
que no importa si tú no te sientes o te ves de esa manera pues no andas por
vista sino por fe [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra]. Dicho de otra
manera, en este día o en este momento de tu vida, no importante como tú te
sientas o veas a ti mismo(a), sino que, lo verdaderamente importante es todo lo
que Dios dice en Su Palabra acerca de ti. Pues es la Verdad, y además si Dios
lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo hablo, entonces, Él lo va a
ejecutar.
Tú ya no eres más un hombre malo
o una mala mujer, ni un(a) pecador(a) empedernido(a). Eso es lo que el diablo
QUIERE QUE SIGAS CREYENDO. ¡No! ¡Nada de eso! Pues en honor a la Verdad,
tú eres lo que Dios DICE que eres:
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos
(1 Jn 3.1 BAD).
¡Dios mismo
te llama Su propio(a) Hijo(a)!
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Co 5.17).
Todo tu
pasado ya fue enterrado y ahora tienes por delante no solo una vida nueva sino
que además es una vida totalmente nueva. ¡Tú has sido creado(a) de Nuevo!
Date cuenta que todo esto no
quiere decir que de alguna forma tú tienes que hacerte nuevo(a) a ti mismo(a)
sino que Dios ya lo hizo por Amor a ti. ¡Lo hizo en la cruz! ¡Lo hizo al declararlo
con Su Boca y ponerlo por escrito en Su Palabra, la Biblia! ¡Lo hizo al
resucitar de entre los muertos venciendo a la muerte por ti!
Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir
por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al
diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre (He
2.14-15).
Ahora eres
Eterno(a). La muerte está derrotada y puedes vivir una Vida Plena totalmente
libre del temor a la muerte.
¡Asombroso! ¿Verdad?
Así que, sin importar la
enfermedad, problema o situación que puedas estar enfrentando el día hoy, debes
saber y creer que, por la Palabra de Dios, saldrás adelante con la victoria en
tus manos. El cielo y la tierra pasarán mas Su Palabra no pasará.
Hoy es el día, ya es tiempo, de
que manifiestes todo el bien que hay en ti.
¡Si puedes creer, al que cree
todo le es posible!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, cada día
que pasa comprendo más y más de Tu gran e infinito Amor que me tienes. Señor
Jesús, en verdad me asombro de Ti al ir comprendiendo el alcance de lo que
hiciste por mí en la cruz. ¿Qué, pues, diré a esto? Si Tú
eres por mí, ¿quién contra mí? Padre, Tú no escatimaste ni a Tu propio Hijo,
sino que lo entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me darás también con él todas
las cosas? ¿Quién me acusará si soy escogido(a) de Dios? Dios es
el que me justifica. ¿Quién me condenará? Cristo, Tú moriste y
pagaste el precio de TODOS mis pecados por Amor a mí; más aún, también resucitaste
para darme esta vida nueva, vida eterna, plena y abundante; además, Tú, Jesús,
estás a la diestra del Padre e intercedes por mí. ¿Quién me
separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de
ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como oveja de matadero. Antes,
en todas estas cosas yo, ___________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a)
por medio de aquel que me amó. Por lo cual estoy seguro(a) que ni
la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada me podrá separar de Tu Amor, oh Dios, que es en Cristo Jesús mi
Señor y Salvador. Estoy
dispuesta(o) a creer, recibir y vivir esta Verdad eterna, plena y absoluta que
Tú, Jesucristo, compraste para mí. Así que, creo y declaro que la ley del
Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de la
muerte. Yo no he recibido espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que he recibido el Espíritu de adopción y hoy puedo clamar, ¡Abba, Padre!
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo de Dios!
En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
12 Fil / Jer 19-20 / Sal 128
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