Jueves 13 de Junio
de 2013.
¡Con el Espíritu Santo!
Por Riqui Ricón*
Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él
os bautizará con Espíritu Santo (Mr 1.8).
De acuerdo a la Palabra
de Dios el bautismo de Juan era de tipo exterior, con agua, mientras que el bautismo
de Jesús es interior, con el Espíritu Santo. El bautismo de Juan era para
arrepentimiento mientras que el de Jesús lo es para una Vida totalmente Nueva.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que
hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados
en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva (Ro 6.1-4).
Esta Vida Nueva no es
algo que puedas crear o forjar por ti mismo(a). Si la Nueva Vida dependiera de
uno mismo, es seguro que la volveríamos a echar a perder. Por esto, Dios te la
otorga como un regalo de Amor mediante la operación del Espíritu Santo en ti.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios
nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por
la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna (Ti 3.4-7).
Tú fuiste
justificado(a) –hecho(a) justo(a)- por la Gracia de Dios, quien te ama tanto
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Con Su muerte,
Jesús pagó todos tus pecados, pero con su resurrección, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
fuiste creado(a) de Nuevo como un(a) Hijo(a) legítimo de Dios.
Tú no eres un(a)
pecador(a) salvo por gracia. No se puede ser ambas cosas a la vez, o eres
pecador(a) o eres salvo(a). El milagro más asombroso del Plan de Salvación no
es el perdón de tus pecados sino la regeneración de tu espíritu (quién tú realmente
eres) mediante la operación del Espíritu Santo dentro de ti mismo(a).
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas
las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase
por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.19).
Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos (Ro 8.29).
El plan de Dios siempre
ha sido hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo(a), y puesto que no hay forma que un(a)
Hijo(a) de Dios sea un(a) pecador(a) o corrupto(a), entonces, en este maravilloso
y amoroso Plan que Dios ideó para Redención tuya, el Nuevo Pacto en la Sangre
de Jesús debería forzosamente incluir una renovación tal que ya nunca más
serías el (la) mismo(a).
¡Tu Nuevo Nacimiento es
el milagro más asombroso, real y justo que pueda existir!
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré
un corazón de carne. Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ez
36.26-27).
Dios dijo que Él lo
haría y lo cumplió el día que hiciste a Jesucristo el Señor y Salvador de tu
vida. ¡Ese día Naciste de Nuevo!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1
P 1.23).
Ser un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo significa ser una Nueva especie de Ser que no existía
antes. Tú fuiste engendrado(a) por la incorruptible Palabra de Dios que vive y
permanece para siempre mediante la operación del Espíritu Santo, prometido por
Dios.
Entonces el ángel le dijo: María, no temas,
porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en
tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de
David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y
su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues
no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti,
y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de
Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha
concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban
estéril; porque nada hay imposible para Dios.Entonces María
dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase
conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia (Luc 1.30-38).
Al igual que con
Jesucristo, Dios dijo que lo haría con Su Palabra y el Espíritu Santo lo
ejecutó. Esta es la única forma en que un(a) Hijo de Dios puede venir a
existir.
Así que, el bautismo
interior, el bautismo de fuego, que Jesús trajo a tu vida es, nada más y nada
menos que, el Espíritu Santo de Dios. Esto es así porque Él lo prometió y no
por algo que tu hayas hecho o dejado de hacer. ¡Es por Su Gracia y Amor
abundante para contigo!
En él también vosotros, habiendo oído la palabra
de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de
su gloria (Efe 1.13-14).
Ahora estás en Cristo y
las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas. Estás lleno(a) del
Espíritu de Dios quien te guía a toda Verdad, te ayuda y te instruye, y te hará
saber las cosas que han de venir.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
La Vida Plena y
Abundante que Jesucristo compró para ti sólo es posible mediante la acción
directa del Espíritu Santo en tu vida a través de tu Nueva Identidad y por
medio de la fe, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra. Pues en honor a la
Verdad, tú eres esa persona que la Biblia dice que ahora eres, ni más, ni
menos.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? (Ro
8.31-32).
Por todo
esto y mucho más, Dios, tu Padre, te ha dado Su Santo Espíritu como garantía:
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios,
quien nos ha dado las arras (la garantía) del Espíritu (2 Co 5.2).
Estás
destinado(a), por la Palabra de Dios (Dios mismo), a realizar una Vida Plena y
Abundante. ¡Tú, sí, tú, eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo que ante
todo problema, enfermedad o aflicción has de salir más que vencedor(a)!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, siempre te
estaré agradecido(a) y alabaré Tu Nombre por todo Tu Gran Amor con que me has
amado. Gracias por justificarme con la Sangre de Tu Hijo Jesús. Gracias por
darme Vida Nueva, Vida Eterna, mediante su resurrección y victoria sobre el
pecado y la muerte. Ahora pues, ninguna condenación hay en mi vida, pues no
ando conforme a mi carne sino conforme al Espíritu Santo gracias a que la ley
del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y
de la muerte. Señor Jesús, yo te amo con todo mi corazón. Por Ti, ahora yo soy
Hijo(a) del Rey y Tú eres mi hermano mayor. ¡He Nacido de Nuevo! ¡Gracias
Jesús! Espíritu Santo, que hermoso es saber que estás conmigo, que me acompañas
de día y de noche. Tú eres mi garantía. Tú eres mi ayudador, mi amigo, mi
consejero, mi maestro y mi todo. Ayúdame a despojarme del viejo(a) hombre
(mujer), a renovarme en el espíritu de mi mente y a vestirme de este(a)
Nuevo(a) yo que ha sido creado(a) según Dios en justicia y santidad de la
verdad. Contigo, todo lo puedo. Contigo, soy más que vencedor(a) en todas las
cosas. Lléname más y más de Ti, Señor. Sabiendo y creyendo esto, hoy puedo
declarar, delante de Tu presencia, que yo, ______________ (tu nombre aquí),
antes que nada, he sido lavado y comprado al precio de la Sangre de Jesús para
ser hecho un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy Eterno(a)! Por lo
tanto, voy a vivir mi Vida Plena y Abundantemente porque es mi derecho. Todo
problema, enfermedad o circunstancia adversa lo encararé con fe (creyéndote a
Ti, creyendo Tu Palabra), con la certeza de quién ahora yo soy en Cristo Jesús.
Yo confío en Dios, mi Padre, y creo toda Su Palabra. Así que, Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el
mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a
sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda
ansiedad e inquietud. ¡En todas las
cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he
sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en
esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi
Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! Jehová de
los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. ¡Yo soy ese(a) hombre (mujer) que en Ti confía!
¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 13 Mr 1.1-20 / 2 Sam 2.1-3.1 / Dan 1
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