miércoles, 21 de marzo de 2012

¡Cómo evitas que el diablo te toque!



Martes 20  de Marzo de 2012.

¡El maligno no me toca!

Por Riqui Ricón*

Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel (Num 10.35-36).

Saber que Yahvé, Jehová, el único Dios vivo y verdadero te acompaña en las jornadas diarias, y aún de noche, brinda gran confianza a todos aquellos que creen en Dios. Sin embargo, tener la certeza de que el creador del universo, el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible, es tu propio Padre y Él te mira como un(a) Hija(o), esto sí es una verdadera garantía de seguridad.

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado (Sal 27.1-3).

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando (Sal 23.4-5).

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre (Sal 121).

Pero, ¿cómo puede el Dios Santo y Justo hacer todo esto para ti, siendo tú como has sido y haber hecho lo que hiciste con tu vida?

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).

Nunca olvides que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Por la Sangre de Jesús, derramada hasta la última gota por Amor a ti, todos tus pecados fueron pagados, por lo tanto, haz sido hecha(o) justa(o); Dios te ha perdonado y ahora tú has sido apartada(o) –santificada(o)- para ser adoptada(o) Hija(o) Suya(o) por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.30-33).

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18).

No dudes más, pues el mismísimo Dios, con Su Palabra, la Biblia, que no puede mentir, te ha declarado un(a) Hija(o) Amada(o) por Él.

No te dejes engañar, la Verdad es que tú eres lo que la Biblia dice que eres: un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Y esto, no de simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

¡Dios no miente! Así que, sin importar tu situación, circunstancias o sentimientos, TÚ NO PRACTICAS el pecado y Aquel que fue engendrado por Dios, Jesucristo mismo, te guarda y el maligno no te toca.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados (llamados por Él) hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

¡Jesús es tu guardador y el maligno no te toca!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, gracias por tanto y tan grande Amor. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en aquella cruz, hoy puedo declarar que Tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntan contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropiezan y caen. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado, pues Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Señor Jesús, Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Ti, Señor, Que hiciste los cielos y la tierra. No darás mi pie al resbaladero, Ni Te dormirás Tú, el que me guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a _____________ (tu nombre aquí). Jehová, Tú eres mi guardador; Jehová, Tú eres mi sombra a mi mano derecha. El sol no me fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová, Tú me guardarás de todo mal; Tú guardarás mi alma. Jehová, Tú guardarás mi salida y mi entrada Desde ahora y para siempre. Precioso Dios, yo confío en Ti. He creído Tu Palabra, la Biblia, y sé que sé, que voy a salir más que vencedor(a) de toda circunstancia, problema y enfermedad. ¡Soy un(a) Hija(o) Tuya(o)! ¡Mi Padre eres Tú, el Todopoderoso Dios! ¡Cristo Jesús es mi Señor, Salvador y Redentor! ¡Nada ni nadie en este mundo me puede apartar del Amor de Dios, mi Padre! Así que, resisto todo engaño y mentira. ¡Me resisto a temer! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy prospera(o)! ¡Voy a vivir mi Vida en la Plenitud del Amor, y del gozo, y de la paz que sobrepasa todo entendimiento! ¡Este es mi derecho! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios! ¡Estoy arriba y no abajo! ¡Soy cabeza y no cola! En el nombre de Jesús. Amén

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 20                               Mat 19.1-15 /  Núm 9-10 /  Ecl 7


2 comentarios:

  1. Muchas gracias por bendecirnos con la palabra. Riki eres una gran bendición!!!!.

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  2. La Bendición más grande que tenemos es la Palabra. En ella está contenido todo el Amor de Dios para ti. Es la Verdad que prevalece y que te hace libre. ¡Disfrútala! Es para ti.

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