Sábado 24 de Marzo de 2012.
¡Solamente di la Palabra!
Por Riqui Ricón*
Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis (Mat 21.20-22).
En este específico tiempo de la historia humana, no solamente es interesante, sino vital, que comprendas la importancia de la función que la FE tiene en tu vida. La FE es la fuerza espiritual más poderosa del universo y se encuentra a entera disposición de TODAS y TODOS las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
¿Puede alguien recibir todo lo que pide en oración? ¡Claro! Jesús lo dijo así. Sólo tienes que comprender que la FE fluye de la Palabra de Dios, pues es inherente, totalmente dependiente, a Ella.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).
Es cierto que sin FE es TOTALMENTE imposible agradar a Dios, la buena noticia es que a Dios se le puede agradar, que existe un camino, una forma, una manera, para agradar al dueño y Señor del Universo, y esto es, mediante tu FE.
¡Dios es galardonador de aquellos que le buscan! Y, de acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, tú, mi amada(o), le vas a encontrar.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
Existe otra fuerza igualmente poderosa, pero COMPLETAMENTE OPUESTA a la FE, y es el temor, el miedo. El temor a que Dios no te escuche por alguna razón, a no ser digno, a que la Biblia no sea verdad, a la pobreza, a la enfermedad, a la muerte, etc., etc. La FE fluye de la Verdad, que es la Palabra de Dios. El miedo y el temor son el fruto de escuchar y atender las palabras de engaño y de mentira.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí (Gen 3.8-10).
El miedo y el temor producen la duda e incredulidad en tu corazón, con las cuales tu FE es anulada.
Cuando Jesús caminaba sobre las aguas de un mar embravecido, Pedro le solicitó si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).
Nota que son las circunstancias, las que percibes de la realidad con tus sentidos, las que te producen temor para hacerte dudar de la Palabra de Dios. Pedro ya tenía una buena idea de que la FE estaba ligada a la Palabra de Jesús, por ese motivo le solicitó manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio (2 R 5.10-14).
Como en el caso de Amán y Eliseo, uno de los problemas, con algunos creyentes, es que están más dispuestos a creer a declaraciones vehementes o a manifestaciones físicas del poder de Dios que a la simple hermosura de Su Palabra:
Y él dijo: Ven.
Recuerda siempre que el pecado original no fue la desobediencia sino la incredulidad a la Palabra de Dios, a lo que Él había dicho, que fue contrapuesto por lo que la serpiente les dijo. Esto, y no otra cosa, fue el pecado original, el cual dio a luz la desobediencia. Puedo imaginar a Eva, en esos momentos, llena de temor y duda, pensando en su corazón: “Dios nos dijo esto, pero este bicho raro dice otra cosa, ¿quién de los dos dirá la VERDAD? ¿A quién de los dos le voy a CREER?”
¿Te das cuenta porque la fe viene de escuchar y creer la Palabra de Dios, que es la Verdad, mientras que el temor y la duda surgen de escuchar y creer las voces de mentira? El centurión romano le dijo a Jesús, Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Jesús se maravilló de la FE de este romano, que fluía del conocimiento que un soldado tiene de la Palabra de Autoridad. La Biblia es la Verdad, pues es la Palabra de Dios y la Autoridad Máxima de todo el Universo, de lo visible y de lo invisible.
Lo realmente fabuloso, de acuerdo a la Biblia, que es la palabra de Dios, y no miente, es que, tu Dios y Padre, al Amarte y redimirte por medio de Su Hijo Jesucristo para hacerte Hija(o) Suya(o), YA TE HA DOTADO de esa medida de fe en Cristo Jesús.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy te doy gracias, pues entiendo que, además de ser justificado por la sangre de Jesús y perdonado de todos mis pecados por Tu Amor, Tú me has hecho un(a) Hija(o) Tuya(o) llena(o) de FE. Hoy sé que puedo confiar totalmente en Tú Palabra. Me propongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, hacer de la Biblia la norma máxima de mi vida; la pondré en mi mente, boca y corazón, pues sé que en ella está el poder para creer. Sé también que, como a Josué, por atender Tu Palabra, me irá bien y haré prosperar mi camino. Y aunque hoy esté enfrentando problemas y aflicciones, yo declaró en Tu nombre Jesucristo que saldré adelante en libertad y victoria, en salud y prosperidad pues escrito está acerca de mí que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús. Resisto y hecho fuera de mi vida toda enfermedad, pobreza, tristeza, depresión, soledad, temor y angustia. Cubro todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo, con la Sangre de Jesús y llamo y recibo toda la salud, amor, paz y gozo que Tú, Jesucristo, compraste para mí al morir en la cruz. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Gracias a Ti, Señor Jesús. Amén.
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo 24 Mat 21.1-27 / Núm 17-18 / Ecl 11
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