¡Creyéndole a Dios,
creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras
fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el
rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el
ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el
ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en
este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que
perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece (2 Co 3.7-11).
¡Qué hermosa
enseñanza, y qué gloriosa esperanza, nos da la Palabra de Dios el día de hoy!
Si la vida durante el régimen del Antiguo Testamento (basado en la justicia de
las obras y la condenación del pecador), fue gloriosa, entonces mucho más
gloriosa es la vida en el régimen del Nuevo Testamento basado en la Gracia y el
Amor de Dios y en la justificación por medio de la fe, esto es, por medio de
creerle a Dios, creyendo Su Palabra.
“Efectivamente, cuando en el monte Sinaí aquel viejo sistema de
leyes que conducía a la muerte fue instituido (porque la paga del pecado es
muerte), el pueblo no pudo fijar la vista en el rostro de Moisés porque al
darles la ley de Dios, que debían creer y obedecer, el rostro le resplandecía
con la gloria de Dios.
Sin embargo, aquella brillantez ya se estaba desvaneciendo. Así
que, ¿No debes tú esperar una gloria mucho mayor en estos días en que el
Espíritu Santo está dando la Vida? Si el plan que conducía a condenación
comenzó gloriosamente, entonces mucho más glorioso es el plan que te justifica
delante de Dios.
En verdad, la gloria que brilló en el rostro de Moisés es
insignificante en comparación con la supereminente gloria del Nuevo Pacto en la
Sangre de Jesús. Si el viejo y perecedero sistema tuvo gloria, ¡mucho más lo
tendrá el nuevo plan de salvación, porque es eterno!” (2 Co 3.7-11 parafraseado de la Biblia al Día BAD).
Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn
3.16-17).
El Nuevo
Testamento es el ministerio del Espíritu donde a través del Nuevo Pacto en la
Sangre de Jesús, Dios demostró que te ama tanto que prefirió perder a Su propio
Hijo antes que perderte a ti. El ministerio de la condenación ha quedado atrás
y la justicia ha sido satisfecha mediante la muerte y resurrección de
Jesucristo.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
¡Ahora eres un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y el ministerio del Espíritu es el
ministerio del Amor de Dios para contigo!
Porque la paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Puesto que el
sacrificio de Jesús es perfecto, completo y acabado, gracias a Su muerte, todos
tus pecados, pasados, presentes y futuros, fueron pagados con Su Sangre vertida
en esa cruz. Sin embargo, es con Su resurrección que Él te hace Nacer de Nuevo
para que seas partícipe de la Vida Eterna que es la Vida de un(a) Hijo(a) de
Dios.
”De todo corazón les digo: Cualquiera que cree mi mensaje y cree en Dios
que me envió, tiene vida eterna, y nunca recibirá condenación por sus pecados,
porque ha pasado de la muerte a la vida (Jn 5.24 BAD).
Ciertamente el
tiempo de la ley, que te conducía a la muerte, fue con tal esplendor que tenían
que cubrir el rostro de Moisés a causa de la Gloria de Jehová. Sin embargo, ese
tiempo de la condenación ya ha llegado a su fin y ahora tú vives el tiempo de
la Gracia y la justificación, y mediante la fe, que es creerle a Dios, creyendo
Su Palabra, has pasado de muerte a vida.
El ladrón no viene sino para hurtar y
matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia (Jn 10.10).
¡No cualquier
clase de vida, ni cualquier forma de abundancia sino la Abundante Vida Eterna
de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
Pero ahora tanto mejor ministerio es el
suyo [el del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús], cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre
mejores promesas (He 8.6).
Es este mejor
pacto, establecido sobre mejores promesas, el que te permite asegurar, con toda
certeza, que sea cual sea el reto, problema, enfermedad o aflicción que estés
enfrentando el día de hoy, tú saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel
que tanto te ama, Cristo Jesús.
Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu. Porque
la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado
y de la muerte (Ro
8.1-2).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, los días de
vivir todo(a) condenado(a) a causa de tus errores, fracasos y pecados están
terminados. Si has aceptado a Jesucristo como tu Señor y Salvador (si no lo has
hecho sólo tienes que hacerlo), entonces, sin lugar a dudas, y sin importar lo
que hayas hecho, todos tus pecados han sido pagados y perdonados, has Nacido de
Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios y ahora estás en Cristo.
¡La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha librado de la ley del
pecado y de la muerte!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Es de ti de quien está hablando la Biblia: ¡Eres Nueva Creación! ¡Las cosas
viejas pasaron! ¡Tienes una Vida totalmente Nueva! ¡Lo mejor de tu Vida está
delante de ti!
Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados (Ro 8.28).
Este es el ministerio glorioso del Espíritu de Dios: Que Él está contigo
para intervenir a tu favor, para que todas las cosas te ayuden a bien pues eres
escogido(a) con propósito por parte de Dios, tu Padre.
¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como
éstas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra
contra? (Ro 8.31 NTV).
Así que, ¡ten
ánimo! ¡No hay forma que puedas perder!
Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus
adversarios serán destruidos (Miq 5.9).
Amado Padre celestial, que hermoso y reconfortante es saberme tan
amado(a) por Ti. Quiero agradecerte que hoy sé que si el ministerio de muerte
grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no
pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su
rostro, la cual había de perecer, más glorioso es el Ministerio de Tu Espíritu
Santo en mi vida. Señor Jesús, gracias porque con Tu muerte y resurrección me
justificaste y me diste una Vida totalmente Nueva. Gracias porque no es una
vida común y corriente. Por ti, Señor Jesús, ahora puedo gozar la Vida Eterna
de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Tengo Vida de Reino! ¡Tengo Vida
de Poder! Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el
Todopoderoso, es Abba, Padre, mi Papá. Gracias por todas y cada una de Tus
Promesas que me has hecho. Leer de ellas en Tu Palabra, la Biblia, me hace
conocer la Verdad y la Verdad me hace libre. ¡Tengo entendimiento y
resplandezco como el resplandor del firmamento! Soy libre para recibir, por
medio de la fe en Ti, Jesucristo, esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por
medio de la fe en Tu Palabra, esta identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Soy libre para
recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, el cumplimiento en mi Vida de todas
y cada una de Tus Promesas. Por lo tanto, amado Padre celestial, todas y cada
una de las Promesas que están en Tu Palabra son mías y para mí. Hoy puedo orar
a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en mi
corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de
Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre de toda enfermedad o dolencia;
creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y
vivir prosperado(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento
de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que
la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios; especial tesoro de mi
Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas,
absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor(a) por medio del Amor de
Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro en el gozo y
la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda
la Biblia.
Agosto 3 2 Co 2.5-3.18 / 2 R 15-16 / Miq 5
RV60
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda
la Biblia.
Agosto 3 2 Co 2.5-3.18 / 2 R 15-16 / Miq 5
2
Corintios 2.5-3.18
Pablo perdona al ofensor
5Pero
si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto
modo (por no exagerar) a todos vosotros. 6Le basta a tal persona esta
reprensión hecha por muchos; 7así que, al contrario, vosotros más bien debéis
perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8Por lo cual
os ruego que confirméis el amor para con él. 9Porque también para este fin os
escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. 10Y al que
vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo
he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11para que
Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones.
Ansiedad
de Pablo en Troas
12Cuando
llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta
en el Señor, 13no
tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así,
despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Triunfantes
en Cristo
14Mas
a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15Porque para
Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16a éstos
ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para
estas cosas, ¿quién es suficiente? 17Pues no somos como muchos, que medran
falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de
Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Ministros
del nuevo pacto
3
1¿Comenzamos
otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos,
de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2Nuestras
cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres; 3siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4Y
tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes
de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas
el espíritu vivifica.
7Y
si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto
que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a
causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será
más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9Porque si el ministerio de condenación
fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10Porque aun
lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la
gloria más eminente. 11Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo
que permanece.
12Así
que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía
un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el
fin de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se
embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el
mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta
el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de
ellos. 16Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto, nosotros todos,
mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor.
2
Reyes 15-16
Reinado de Azarías
(2 Cr. 26.3–5, 16–23)
15
1En
el año veintisiete de Jeroboam rey de Israel, comenzó a reinar Azarías hijo de
Amasías, rey de Judá. 2Cuando comenzó a reinar era de dieciséis años, y cincuenta y
dos años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén. 3E hizo lo
recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías
había hecho. 4Con
todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo sacrificaba aún y
quemaba incienso en los lugares altos. 5Mas Jehová hirió al rey con lepra, y
estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó en casa separada, y Jotam
hijo del rey tenía el cargo del palacio, gobernando al pueblo. 6Los demás
hechos de Azarías, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 7Y durmió Azarías con sus padres, y lo sepultaron
con ellos en la ciudad de David, y reinó en su lugar Jotam su hijo.
Reinado
de Zacarías
8En
el año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, reinó Zacarías hijo de Jeroboam
sobre Israel seis meses. 9E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como habían hecho sus
padres; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
10Contra él conspiró Salum hijo de Jabes, y lo hirió en presencia de su
pueblo, y lo mató, y reinó en su lugar. 11Los demás hechos de Zacarías, he
aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 12Y esta fue
la palabra de Jehová que había hablado a Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la
cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y fue así.
Reinado
de Salum
13Salum
hijo de Jabes comenzó a reinar en el año treinta y nueve de Uzías rey de Judá,
y reinó un mes en Samaria; 14porque Manahem hijo de Gadi subió de Tirsa y vino a Samaria, e
hirió a Salum hijo de Jabes en Samaria y lo mató, y reinó en su lugar. 15Los demás
hechos de Salum, y la conspiración que tramó, he aquí que están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel. 16Entonces Manahem saqueó a Tifsa, y a
todos los que estaban en ella, y también sus alrededores desde Tirsa; la saqueó
porque no le habían abierto las puertas, y abrió el vientre a todas sus mujeres
que estaban encintas.
Reinado
de Manahem
17En
el año treinta y nueve de Azarías rey de Judá, reinó Manahem hijo de Gadi sobre
Israel diez años, en Samaria. 18E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; en todo
su tiempo no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
19Y vino Pul rey de Asiria a atacar la tierra; y Manahem dio a Pul mil
talentos de plata para que le ayudara a confirmarse en el reino. 20E impuso
Manahem este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos y opulentos; de
cada uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria; y el rey de
Asiria se volvió, y no se detuvo allí en el país. 21Los demás hechos de Manahem, y todo
lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel? 22Y
durmió Manahem con sus padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo.
Reinado
de Pekaía
23En
el año cincuenta de Azarías rey de Judá, reinó Pekaía hijo de Manahem sobre
Israel en Samaria, dos años. 24E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; no se
apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. 25Y conspiró
contra él Peka hijo de Remalías, capitán suyo, y lo hirió en Samaria, en el
palacio de la casa real, en compañía de Argob y de Arie, y de cincuenta hombres
de los hijos de los galaaditas; y lo mató, y reinó en su lugar. 26Los demás
hechos de Pekaía, y todo lo que hizo, he aquí que está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel.
Reinado
de Peka
27En
el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías
sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años. 28E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
29En
los días de Peka rey de Israel, vino Tiglat-pileser rey de los asirios, y tomó
a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra
de Neftalí; y los llevó cautivos a Asiria. 30Y Oseas hijo de Ela conspiró contra Peka
hijo de Remalías, y lo hirió y lo mató, y reinó en su lugar, a los veinte años
de Jotam hijo de Uzías. 31Los demás hechos de Peka, y todo lo que hizo, he aquí que está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
Reinado de Jotam
(2 Cr. 27.1–9)
32En
el segundo año de Peka hijo de Remalías rey de Israel, comenzó a reinar Jotam
hijo de Uzías rey de Judá. 33Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años,
y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jerusa hija de
Sadoc. 34Y
él hizo lo recto ante los ojos de Jehová; hizo conforme a todas las cosas que
había hecho su padre Uzías. 35Con todo eso, los lugares altos no fueron
quitados, porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares
altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová. 36Los demás
hechos de Jotam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 37En aquel tiempo comenzó Jehová a enviar contra
Judá a Rezín rey de Siria, y a Peka hijo de Remalías. 38Y durmió Jotam con sus
padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre, y reinó en su
lugar Acaz su hijo.
Reinado de Acaz
(2 Cr. 28.1–27)
16
1En
el año diecisiete de Peka hijo de Remalías, comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam
rey de Judá. 2Cuando
comenzó a reinar Acaz era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años;
y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. 3Antes anduvo
en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo,
según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de
los hijos de Israel. 4Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y
sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.
5Entonces
Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén
para hacer guerra y sitiar a Acaz; mas no pudieron tomarla. 6En aquel
tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de
Judá; y los de Edom vinieron a Elat y habitaron allí hasta hoy. 7Entonces Acaz
envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y
tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de
Israel, que se han levantado contra mí. 8Y tomando Acaz la plata y el oro que
se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real, envió al rey
de Asiria un presente. 9Y le atendió el rey de Asiria; pues subió el rey de Asiria
contra Damasco, y la tomó, y llevó cautivos a los moradores a Kir, y mató a
Rezín.
10Después
fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando
vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el
diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura. 11Y el
sacerdote Urías edificó el altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había
enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el rey Acaz
venía de Damasco. 12Y luego que el rey vino de Damasco, y vio el altar, se acercó el
rey a él, y ofreció sacrificios en él; 13y encendió su holocausto y su
ofrenda, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus sacrificios de
paz junto al altar. 14E hizo acercar el altar de bronce que estaba delante de Jehová,
en la parte delantera de la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo
puso al lado del altar hacia el norte. 15Y mandó el rey Acaz al sacerdote
Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el holocausto de la mañana y la
ofrenda de la tarde, y el holocausto del rey y su ofrenda, y asimismo el
holocausto de todo el pueblo de la tierra y su ofrenda y sus libaciones; y
esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto, y toda la sangre del
sacrificio. El altar de bronce será mío para consultar en él. 16E hizo el
sacerdote Urías conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó.
17Y
cortó el rey Acaz los tableros de las basas, y les quitó las fuentes; y quitó
también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo
puso sobre el suelo de piedra. 18Asimismo el pórtico para los días de reposo,*
que habían edificado en la casa, y el pasadizo de afuera, el del rey, los quitó
del templo de Jehová, por causa del rey de Asiria. 19Los demás hechos que puso por obra
Acaz, ¿no están todos escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá? 20Y
durmió el rey Acaz con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de
David, y reinó en su lugar su hijo Ezequías.
Miqueas 5
El
reinado del libertador desde Belén
5
1Rodéate
ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la
mejilla al juez de Israel.
2Pero
tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde
los días de la eternidad. 3Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a
luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. 4Y él estará,
y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y
morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.
5Y
éste será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando
hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y
ocho hombres principales; 6y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la
tierra de Nimrod; y nos librará del asirio, cuando viniere contra nuestra
tierra y hollare nuestros confines.
7El
remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová,
como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a
hijos de hombres. 8Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio
de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro
del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y
arrebatare, no hay quien escape. 9Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus
adversarios serán destruidos.
10Acontecerá
en aquel día, dice Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y
haré destruir tus carros. 11Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas
tus fortalezas. 12Asimismo
destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. 13Y haré
destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te
inclinarás a la obra de tus manos. 14Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de
ti, y destruiré tus ciudades; 15y con ira y con furor haré venganza en las
naciones que no obedecieron.
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda
la Biblia.
Agosto 3 2 Co 2.5-3.18 / 2 R 15-16 / Miq 5
2
Corintios 2.5-3.18
Pablo perdona al ofensor
5Pero
si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto
modo (por no exagerar) a todos vosotros. 6Le basta a tal persona esta
reprensión hecha por muchos; 7así que, al contrario, vosotros más bien debéis
perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8Por lo cual
os ruego que confirméis el amor para con él. 9Porque también para este fin os
escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. 10Y al que
vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo
he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11para que
Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones.
Ansiedad
de Pablo en Troas
12Cuando
llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta
en el Señor, 13no
tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así,
despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Triunfantes
en Cristo
14Mas
a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15Porque para
Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16a éstos
ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para
estas cosas, ¿quién es suficiente? 17Pues no somos como muchos, que medran
falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de
Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Ministros
del nuevo pacto
3
1¿Comenzamos
otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos,
de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2Nuestras
cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres; 3siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4Y
tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes
de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas
el espíritu vivifica.
7Y
si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto
que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a
causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será
más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9Porque si el ministerio de condenación
fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10Porque aun
lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la
gloria más eminente. 11Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo
que permanece.
12Así
que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía
un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el
fin de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se
embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el
mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta
el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de
ellos. 16Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto, nosotros todos,
mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor.
2
Reyes 15-16
Reinado de Azarías
(2 Cr. 26.3–5, 16–23)
15
1En
el año veintisiete de Jeroboam rey de Israel, comenzó a reinar Azarías hijo de
Amasías, rey de Judá. 2Cuando comenzó a reinar era de dieciséis años, y cincuenta y
dos años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén. 3E hizo lo
recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías
había hecho. 4Con
todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo sacrificaba aún y
quemaba incienso en los lugares altos. 5Mas Jehová hirió al rey con lepra, y
estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó en casa separada, y Jotam
hijo del rey tenía el cargo del palacio, gobernando al pueblo. 6Los demás
hechos de Azarías, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 7Y durmió Azarías con sus padres, y lo sepultaron
con ellos en la ciudad de David, y reinó en su lugar Jotam su hijo.
Reinado
de Zacarías
8En
el año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, reinó Zacarías hijo de Jeroboam
sobre Israel seis meses. 9E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como habían hecho sus
padres; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
10Contra él conspiró Salum hijo de Jabes, y lo hirió en presencia de su
pueblo, y lo mató, y reinó en su lugar. 11Los demás hechos de Zacarías, he
aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 12Y esta fue
la palabra de Jehová que había hablado a Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la
cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y fue así.
Reinado
de Salum
13Salum
hijo de Jabes comenzó a reinar en el año treinta y nueve de Uzías rey de Judá,
y reinó un mes en Samaria; 14porque Manahem hijo de Gadi subió de Tirsa y vino a Samaria, e
hirió a Salum hijo de Jabes en Samaria y lo mató, y reinó en su lugar. 15Los demás
hechos de Salum, y la conspiración que tramó, he aquí que están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel. 16Entonces Manahem saqueó a Tifsa, y a
todos los que estaban en ella, y también sus alrededores desde Tirsa; la saqueó
porque no le habían abierto las puertas, y abrió el vientre a todas sus mujeres
que estaban encintas.
Reinado
de Manahem
17En
el año treinta y nueve de Azarías rey de Judá, reinó Manahem hijo de Gadi sobre
Israel diez años, en Samaria. 18E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; en todo
su tiempo no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
19Y vino Pul rey de Asiria a atacar la tierra; y Manahem dio a Pul mil
talentos de plata para que le ayudara a confirmarse en el reino. 20E impuso
Manahem este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos y opulentos; de
cada uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria; y el rey de
Asiria se volvió, y no se detuvo allí en el país. 21Los demás hechos de Manahem, y todo
lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel? 22Y
durmió Manahem con sus padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo.
Reinado
de Pekaía
23En
el año cincuenta de Azarías rey de Judá, reinó Pekaía hijo de Manahem sobre
Israel en Samaria, dos años. 24E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; no se
apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. 25Y conspiró
contra él Peka hijo de Remalías, capitán suyo, y lo hirió en Samaria, en el
palacio de la casa real, en compañía de Argob y de Arie, y de cincuenta hombres
de los hijos de los galaaditas; y lo mató, y reinó en su lugar. 26Los demás
hechos de Pekaía, y todo lo que hizo, he aquí que está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel.
Reinado
de Peka
27En
el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías
sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años. 28E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel.
29En
los días de Peka rey de Israel, vino Tiglat-pileser rey de los asirios, y tomó
a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra
de Neftalí; y los llevó cautivos a Asiria. 30Y Oseas hijo de Ela conspiró contra Peka
hijo de Remalías, y lo hirió y lo mató, y reinó en su lugar, a los veinte años
de Jotam hijo de Uzías. 31Los demás hechos de Peka, y todo lo que hizo, he aquí que está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
Reinado de Jotam
(2 Cr. 27.1–9)
32En
el segundo año de Peka hijo de Remalías rey de Israel, comenzó a reinar Jotam
hijo de Uzías rey de Judá. 33Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años,
y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jerusa hija de
Sadoc. 34Y
él hizo lo recto ante los ojos de Jehová; hizo conforme a todas las cosas que
había hecho su padre Uzías. 35Con todo eso, los lugares altos no fueron
quitados, porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares
altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová. 36Los demás
hechos de Jotam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 37En aquel tiempo comenzó Jehová a enviar contra
Judá a Rezín rey de Siria, y a Peka hijo de Remalías. 38Y durmió Jotam con sus
padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre, y reinó en su
lugar Acaz su hijo.
Reinado de Acaz
(2 Cr. 28.1–27)
16
1En
el año diecisiete de Peka hijo de Remalías, comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam
rey de Judá. 2Cuando
comenzó a reinar Acaz era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años;
y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. 3Antes anduvo
en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo,
según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de
los hijos de Israel. 4Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y
sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.
5Entonces
Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén
para hacer guerra y sitiar a Acaz; mas no pudieron tomarla. 6En aquel
tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de
Judá; y los de Edom vinieron a Elat y habitaron allí hasta hoy. 7Entonces Acaz
envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y
tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de
Israel, que se han levantado contra mí. 8Y tomando Acaz la plata y el oro que
se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real, envió al rey
de Asiria un presente. 9Y le atendió el rey de Asiria; pues subió el rey de Asiria
contra Damasco, y la tomó, y llevó cautivos a los moradores a Kir, y mató a
Rezín.
10Después
fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando
vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el
diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura. 11Y el
sacerdote Urías edificó el altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había
enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el rey Acaz
venía de Damasco. 12Y luego que el rey vino de Damasco, y vio el altar, se acercó el
rey a él, y ofreció sacrificios en él; 13y encendió su holocausto y su
ofrenda, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus sacrificios de
paz junto al altar. 14E hizo acercar el altar de bronce que estaba delante de Jehová,
en la parte delantera de la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo
puso al lado del altar hacia el norte. 15Y mandó el rey Acaz al sacerdote
Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el holocausto de la mañana y la
ofrenda de la tarde, y el holocausto del rey y su ofrenda, y asimismo el
holocausto de todo el pueblo de la tierra y su ofrenda y sus libaciones; y
esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto, y toda la sangre del
sacrificio. El altar de bronce será mío para consultar en él. 16E hizo el
sacerdote Urías conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó.
17Y
cortó el rey Acaz los tableros de las basas, y les quitó las fuentes; y quitó
también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo
puso sobre el suelo de piedra. 18Asimismo el pórtico para los días de reposo,*
que habían edificado en la casa, y el pasadizo de afuera, el del rey, los quitó
del templo de Jehová, por causa del rey de Asiria. 19Los demás hechos que puso por obra
Acaz, ¿no están todos escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá? 20Y
durmió el rey Acaz con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de
David, y reinó en su lugar su hijo Ezequías.
Miqueas 5
El
reinado del libertador desde Belén
5
1Rodéate
ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la
mejilla al juez de Israel.
2Pero
tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde
los días de la eternidad. 3Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a
luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. 4Y él estará,
y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y
morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.
5Y
éste será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando
hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y
ocho hombres principales; 6y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la
tierra de Nimrod; y nos librará del asirio, cuando viniere contra nuestra
tierra y hollare nuestros confines.
7El
remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová,
como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a
hijos de hombres. 8Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio
de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro
del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y
arrebatare, no hay quien escape. 9Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus
adversarios serán destruidos.
10Acontecerá
en aquel día, dice Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y
haré destruir tus carros. 11Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas
tus fortalezas. 12Asimismo
destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. 13Y haré
destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te
inclinarás a la obra de tus manos. 14Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de
ti, y destruiré tus ciudades; 15y con ira y con furor haré venganza en las
naciones que no obedecieron.
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