¡Cómo
puedes vencer la adversidad!
¡Con
las Promesas de Dios!
Por Riqui Ricón*
Todos
vivirán en paz y prosperidad; disfrutarán de sus propias vides e higueras
porque no habrá nada que temer. ¡El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales ha hecho
esta promesa! (Miq 4.4 NTV).
La
buena Voluntad de Dios para tu Vida siempre ha sido agradable y perfecta; los
pensamientos que Él tiene acerca de ti son pensamientos de paz y no de mal. Tu
Padre celestial quiere que vivas en paz y en prosperidad, que no le temas a
nada y que disfrutes de la Vida. Y no solamente desea todo esto para ti, sino
que además te lo promete en Su Palabra, la Biblia.
Pues
yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo
bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza (Jer
29.11 NTV).
Todas
las Promesas que Dios, tu Padre, te ha hecho en la Biblia son sí y amén para
todo aquel que le cree. Para todo aquel que le cree a Dios creyendo Su Palabra.
En Cristo, todas las promesas de Dios son "Sí" y
"Amén"; es decir, están confirmadas. Y para gloria de Dios se cumplen
en nosotros, los que somos de Cristo (2
Co 1.20 CST).
Todas
las Promesas que Dios te ha hecho en la Biblia están ahí para que tú puedas
participar de Su naturaleza divina; esto es, para que te des cuenta que ahora
eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, amado(a) de tu Padre y por lo
tanto, puedes estar seguro(a) que Él te dará todas las cosas.
Mediante
su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida
de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó
por medio de su maravillosa gloria y excelencia. Y, debido a su gloria y
excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen
posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la
corrupción del mundo, causada por los deseos humanos (2
P 1.3-4 NTV).
¡Dios
no miente! ¡Todo lo que Él ha dicho acerca de ti lo va a cumplir! ¡Todo lo que
ha hablado acerca de ti en Su Palabra, Él mismo lo va a ejecutar!
¿Qué, pues, diremos a esto? Si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas? (Ro 8.31-32).
Así
que, sin importar cuál sea la aflicción, enfermedad o problema que estés
enfrentando el día de hoy, ten por cierto que Dios va a actuar a tu favor si
sólo se lo pides.
Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si
su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan? (Mat 7.7-11).
Ya
es tiempo que asimiles y comprendas tu Identidad como Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo:
Si
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a
ti,
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Si
Dios te ama tanto que ahora te llama Su propio(a) Hijo(a),
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1
Jn 3.1 BAD).
Entonces,
¡Cómo no te dará juntamente con Él, TODAS las cosas!
Sin
importar tus problemas, aflicciones o circunstancias, tú sólo tienes que saber
y creer que Dios, tu Padre, es digno de confianza y entonces, sólo entonces,
serás el hombre o la mujer más dichoso(a) en toda la tierra.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal
84.12).
Para
salir más que vencedor(a) de cualquier problema, angustia o enfermedad tienes
que dejar de poner tu atención a lo difícil o tremendo de tu situación; en
lugar de eso, pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de tu fe. Presta
atención a Su Palabra. Busca y encuentra esas promesas que Él te ha hecho
tocantes a tu necesidad. ¡Créelas! ¡Confiésalas en voz alta! ¡Llama las cosas
que no son como si fueran! Y entonces, ¡alégrate! ¡Gózate porque tu redención
está cerca!
Y se dirá en aquel día: He
aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a
quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (Isa 25.9).
Así es, mi amado(a), sólo
tienes que creer y confiar en la Palabra de Dios; sólo tienes que creer y
confiar en Su Palabra de Honor.
Pues todas las promesas de
Dios se cumplieron en Cristo con un resonante «¡sí!». Y, por medio de Cristo,
nuestro «amén» (que significa «sí») se eleva a Dios para su gloria. Es Dios quien nos capacita, junto con ustedes, para
estar firmes por Cristo. Él nos comisionó y nos identificó como suyos al poner
al Espíritu Santo en nuestro corazón como un anticipo que garantiza todo lo que
él nos prometió (2 Co 1.20-22
NTV).
Entonces, Ahora
puedes contar con la salvación que Dios te ha prometido; ahora puedes afirmar
sin temor a equivocarte que la salvación es tuya, porque Él siempre cumple Su
Palabra.
Mantengamos
con firmeza, sin vacilar, el testimonio de la esperanza de nuestra salvación;
pues Dios, que hizo la promesa, es absolutamente fiel y no dejará de cumplirla (He
10.23 BAD).
Amado Padre celestial, este día quiero agradecerte Tu Gran
Amor para conmigo, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida
juntamente con Cristo. Sólo por Tu Gracia soy salvo(a). Sólo por Tu Gracia soy
lo que soy: ¡Un(a) Hijo(a) legítimo(a) y amado(a) de Dios! Señor Jesús, gracias
por la Vida Nueva que compraste para mí. Gracias porque no es una vida común y
corriente. Por ti, Señor Jesús, ahora puedo gozar la Vida Eterna de un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Tengo Vida de Reino! ¡Tengo Vida de Poder!
Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el Todopoderoso, es
Abba, Padre, mi Papá. Gracias por todas y cada una de Tus Promesas que me has
hecho. Leer de ellas en Tu Palabra, la Biblia, me hace conocer la Verdad y la
Verdad me hace libre. ¡Tengo entendimiento y resplandezco como el resplandor
del firmamento! Soy libre para recibir, por medio de la fe en Ti, Jesucristo,
esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, esta
identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, el
cumplimiento en mi Vida de todas y cada una de Tus Promesas. Por lo tanto,
amado Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra
son mías y para mí. Hoy puedo orar a Ti con la certeza
de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo
pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró
que soy sano(a) y libre de toda enfermedad o dolencia; creo y recibo la
voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y vivir prosperado(a)
en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento de temor y duda
resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que la Biblia dice
que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios; especial tesoro de mi Padre; todo lo
puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas, absolutamente todas las
cosas, soy más que vencedor(a) por medio del Amor de Cristo Jesús, mi Rey,
Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro en el gozo y la paz que brindan el
ser la persona que Tú dices en la Biblia que ahora soy. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación
con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda
tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que
viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he
sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto
tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la
última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque
quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime
© 2011
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
2 2 Co
1.1-2.4 / 2 R 14
/ Miq 4
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
2 2 Co
1.1-2.4 / 2 R 14
/ Miq 4
2
Corintios 1.1-2.4
Salutación
1
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y
el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto,a con todos los santos que están en toda
Acaya: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo.
Aflicciones de Pablo
3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones,
para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier
tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por
Dios. 5Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones
de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y
salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la
cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también
padecemos. 7Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues
sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la
consolación.
8Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de
nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia;b pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para
que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 10el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que
aún nos librará, de tan gran muerte; 11cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por
muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a
nosotros por medio de muchos.
Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto
12Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra
conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana,
sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con
vosotros. 13Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o
también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis; 14como también en parte habéis entendido que somos vuestra
gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
15Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que
tuvieseis una segunda gracia, 16y por vosotros pasar a Macedonia,c y desde Macedonia venir otra vez a
vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. 17Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O
lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? 18Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es
Sí y No. 19Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha
sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo,d no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él
Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que
nos ungió, es Dios, 22el cual también nos ha sellado, y nos
ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
23Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser
indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. 24No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que
colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
2
1Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a
vosotros con tristeza. 2Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a
quien yo contristé? 3Y esto mismo os escribí, para que
cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera
gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros. 4Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os
escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que
supieseis cuán grande es el amor que os tengo.[1]
2
Reyes 14
Reinado de Amasías
(2 Cr. 25.1–28)
14
1En el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel,
comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá. 2Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y
veintinueve años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Joadán, de
Jerusalén. 3Y él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no
como David su padre; hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás su
padre. 4Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados,
porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en esos lugares altos. 5Y cuando hubo afirmado en sus manos el reino, mató a los
siervos que habían dado muerte al rey su padre. 6Pero no mató a los hijos de los que le dieron muerte,
conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová
mandó diciendo: No matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los
padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.a
7Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la
Sal, y tomó a Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy.
8Entonces Amasías envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz,
hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, para que nos veamos las caras. 9Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta
respuesta: El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el
Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el
Líbano, y hollaron el cardo. 10Ciertamente has derrotado a Edom, y tu corazón se ha envanecido; gloríate
pues, mas quédate en tu casa. ¿Para qué te metes en un mal, para que caigas tú
y Judá contigo?
11Pero Amasías no escuchó; por lo cual subió Joás rey de
Israel, y se vieron las caras él y Amasías rey de Judá, en Bet-semes, que es de
Judá. 12Y Judá cayó delante de Israel, y huyeron, cada uno a su
tienda. 13Además Joás rey de Israel tomó a Amasías rey de Judá,
hijo de Joás hijo de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén, y rompió el
muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina,
cuatrocientos codos. 14Y tomó todo el oro, y la plata, y todos
los utensilios que fueron hallados en la casa de Jehová, y en los tesoros de la
casa del rey, y a los hijos tomó en rehenes, y volvió a Samaria.
15Los demás hechos que ejecutó Joás, y sus hazañas, y cómo
peleó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel? 16Y durmió Joás con sus padres, y fue sepultado en Samaria con los reyes de
Israel; y reinó en su lugar Jeroboam su hijo.
17Y Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió después de la muerte
de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, quince años. 18Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Judá? 19Conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis;
pero le persiguieron hasta Laquis, y allá lo mataron. 20Lo trajeron luego sobre caballos, y lo sepultaron en
Jerusalén con sus padres, en la ciudad de David. 21Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que era
de dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de Amasías su padre. 22Reedificó él a Elat, y la restituyó a Judá, después que
el rey durmió con sus padres.
Reinado de Jeroboam II
23El año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá,
comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó
cuarenta y un años. 24E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel. 25El restauró los límites de Israel desde
la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios
de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonásb hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer. 26Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que
no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; 27y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de
debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.
28Los demás hechos de Jeroboam, y todo lo que hizo, y su
valentía, y todas las guerras que hizo, y cómo restituyó al dominio de Israel a
Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel? 29Y durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su lugar
Zacarías su hijo.[2]
Miqueas 4
Reinado universal de Jehová
(Is. 2.1–4)
4
1Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la
casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los
collados, y correrán a él los pueblos. 2Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a
la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus
veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 3Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones
poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus
lanzas para hoces;a no alzará espada nación contra nación,
ni se ensayarán más para la guerra. 4Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera,b y no habrá quien los amedrente; porque
la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.
5Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de
su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios
eternamente y para siempre.
Israel será redimido del cautiverio
6En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y
recogeré la descarriada, y a la que afligí; 7y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada
como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde
ahora y para siempre.
8Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion,
hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. 9Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció
tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? 10Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de
parto;c porque ahora saldrás de la ciudad y
morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te
redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
11Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y
dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. 12Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni
entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. 13Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno
como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y
consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.[3]
a
a a 1.1: Hch. 18.1.
b
b b 1.8: 1 Co. 15.32.
c
c c 1.16: Hch. 19.21.
d
d d
1.19: Hch. 18.5.
[1]
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (1 Co 16.24-2 Co 2.4). Miami: Sociedades
Bı́blicas Unidas.
a
a a 14.6: Dt.
24.16.
b
b b
14.25: Jon. 1.1.
[2]
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (2 Re 13.25-14.29). Miami: Sociedades
Bı́blicas Unidas.
a
a a 4.3: Jl. 3.10.
b
b b 4.4: Zac. 3.10.
c
c c 4.10: Ap. 12.2.
[3]
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mi 3.12-4.13). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
2 2 Co
1.1-2.4 / 2 R 14
/ Miq 4
2
Corintios 1.1-2.4
Salutación
1
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y
el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto,a con todos los santos que están en toda
Acaya: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo.
Aflicciones de Pablo
3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones,
para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier
tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por
Dios. 5Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones
de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y
salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la
cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también
padecemos. 7Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues
sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la
consolación.
8Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de
nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia;b pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para
que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 10el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que
aún nos librará, de tan gran muerte; 11cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por
muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a
nosotros por medio de muchos.
Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto
12Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra
conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana,
sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con
vosotros. 13Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o
también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis; 14como también en parte habéis entendido que somos vuestra
gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
15Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que
tuvieseis una segunda gracia, 16y por vosotros pasar a Macedonia,c y desde Macedonia venir otra vez a
vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. 17Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O
lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? 18Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es
Sí y No. 19Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha
sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo,d no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él
Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que
nos ungió, es Dios, 22el cual también nos ha sellado, y nos
ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
23Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser
indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. 24No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que
colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
2
1Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a
vosotros con tristeza. 2Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a
quien yo contristé? 3Y esto mismo os escribí, para que
cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera
gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros. 4Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os
escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que
supieseis cuán grande es el amor que os tengo.[1]
2
Reyes 14
Reinado de Amasías
(2 Cr. 25.1–28)
14
1En el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel,
comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá. 2Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y
veintinueve años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Joadán, de
Jerusalén. 3Y él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no
como David su padre; hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás su
padre. 4Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados,
porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en esos lugares altos. 5Y cuando hubo afirmado en sus manos el reino, mató a los
siervos que habían dado muerte al rey su padre. 6Pero no mató a los hijos de los que le dieron muerte,
conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová
mandó diciendo: No matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los
padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.a
7Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la
Sal, y tomó a Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy.
8Entonces Amasías envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz,
hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, para que nos veamos las caras. 9Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta
respuesta: El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el
Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el
Líbano, y hollaron el cardo. 10Ciertamente has derrotado a Edom, y tu corazón se ha envanecido; gloríate
pues, mas quédate en tu casa. ¿Para qué te metes en un mal, para que caigas tú
y Judá contigo?
11Pero Amasías no escuchó; por lo cual subió Joás rey de
Israel, y se vieron las caras él y Amasías rey de Judá, en Bet-semes, que es de
Judá. 12Y Judá cayó delante de Israel, y huyeron, cada uno a su
tienda. 13Además Joás rey de Israel tomó a Amasías rey de Judá,
hijo de Joás hijo de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén, y rompió el
muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina,
cuatrocientos codos. 14Y tomó todo el oro, y la plata, y todos
los utensilios que fueron hallados en la casa de Jehová, y en los tesoros de la
casa del rey, y a los hijos tomó en rehenes, y volvió a Samaria.
15Los demás hechos que ejecutó Joás, y sus hazañas, y cómo
peleó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel? 16Y durmió Joás con sus padres, y fue sepultado en Samaria con los reyes de
Israel; y reinó en su lugar Jeroboam su hijo.
17Y Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió después de la muerte
de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, quince años. 18Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Judá? 19Conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis;
pero le persiguieron hasta Laquis, y allá lo mataron. 20Lo trajeron luego sobre caballos, y lo sepultaron en
Jerusalén con sus padres, en la ciudad de David. 21Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que era
de dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de Amasías su padre. 22Reedificó él a Elat, y la restituyó a Judá, después que
el rey durmió con sus padres.
Reinado de Jeroboam II
23El año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá,
comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó
cuarenta y un años. 24E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar a Israel. 25El restauró los límites de Israel desde
la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios
de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonásb hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer. 26Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que
no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; 27y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de
debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.
28Los demás hechos de Jeroboam, y todo lo que hizo, y su
valentía, y todas las guerras que hizo, y cómo restituyó al dominio de Israel a
Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel? 29Y durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su lugar
Zacarías su hijo.[2]
Miqueas 4
Reinado universal de Jehová
(Is. 2.1–4)
4
1Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la
casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los
collados, y correrán a él los pueblos. 2Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a
la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus
veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 3Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones
poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus
lanzas para hoces;a no alzará espada nación contra nación,
ni se ensayarán más para la guerra. 4Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera,b y no habrá quien los amedrente; porque
la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.
5Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de
su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios
eternamente y para siempre.
Israel será redimido del cautiverio
6En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y
recogeré la descarriada, y a la que afligí; 7y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada
como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde
ahora y para siempre.
8Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion,
hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. 9Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció
tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? 10Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de
parto;c porque ahora saldrás de la ciudad y
morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te
redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
11Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y
dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. 12Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni
entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. 13Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno
como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y
consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.[3]
a
a a 1.1: Hch. 18.1.
b
b b 1.8: 1 Co. 15.32.
c
c c 1.16: Hch. 19.21.
d
d d
1.19: Hch. 18.5.
[1]
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (1 Co 16.24-2 Co 2.4). Miami: Sociedades
Bı́blicas Unidas.
a
a a 14.6: Dt.
24.16.
b
b b
14.25: Jon. 1.1.
[2]
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (2 Re 13.25-14.29). Miami: Sociedades
Bı́blicas Unidas.
a
a a 4.3: Jl. 3.10.
b
b b 4.4: Zac. 3.10.
c
c c 4.10: Ap. 12.2.
[3]
[3]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Mi 3.12-4.13). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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