4 de Enero
¡Basta una Palabra del Señor y un milagro sucederá!
Por Riqui Ricón*
Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Luc 7.6-9).
Vemos aquí, en este episodio de la vida de Jesús, cómo Él se maravilló que aquel centurión entendiera mejor que los israelitas que la Palabra de Dios tiene TODA autoridad sobre los problemas, enfermedades o aflicciones.
Dice el pasaje paralelo en Mateo capítulo 8: solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo entendemos que la Biblia es la Palabra de Dios y por lo tanto tiene toda autoridad para hacerse cumplir así misma.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar… Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado (Sal 4.1b, 7-8).
La Palabra de Dios es tan real y Poderosa que no solamente te provee de sanidad física sino que también te hace ensanchar (crecer, madurar y prosperar), trae alegría a tu corazón y te da paz y confianza.
Así es, puedes poner toda tu confianza y tu fe en que, si Dios lo ha dicho, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo ha hablado, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Él te hará ensanchar en medio de la angustia! Por la Palabra de Dios tendrás tal alegría en tu corazón que podrás vivir confiado(a), podrás vivir en paz.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Sin importar si las cosas han comenzado bien o mal para ti en este año, tú puedes hacer algo: Puedes decidir sobre tu futuro.
¡Decide creerle a Dios! ¡Decide creer la Palabra de Dios! Tú sabes que Dios no miente, y sabes que la Biblia es Su Palabra de Honor, entonces, tú puedes decidir ser como ese centurión que no necesito VER FÍSICAMENTE al Hijo de Dios, ni necesito ningún tipo de prueba o evidencia. Puedes comenzar este año decidiendo creer que la Palabra de Dios lo es todo, y que es lo único que necesitas para salir más que vencedor(a). ¡Decide confiar en Dios!
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
A pesar de las dificultades y aflicciones de este mundo, no hay mayor seguridad, no existe mejor garantía, para vivir una vida plena, que saber, conocer y creer la buena Voluntad de Dios, que es agradable y perfecta. Pues, primero el cielo y la tierra dejarán de existir, antes que Él deje de cumplirte alguna de Sus promesas que ha puesto en Su Palabra.
Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti (Isa 54.9-10).
Ahora que estás en Cristo Jesús, y por la Palabra de Dios, Él ya no se enoja contra ti, sino que el Nuevo Pacto, el Pacto de Paz, determina la relación entre tú y Dios. Y esta nueva relación es realmente asombrosa.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Por la Palabra de Dios, con el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) amada(o) de Dios. ¡Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Por la Palabra de Dios, ha sido declarada Su buena voluntad para contigo y ésta es agradable y perfecta: que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Así que, deja de ver tus problemas, enfermedades y circunstancias, pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y usa las palabras de aquel centurión:
¡Señor Jesús, solamente di la Palabra y mis circunstancias cambiarán!
Oremos en voz audible:
Amado padre celestial, gracias, muchas gracias por haberme dado Tu Palabra, la Biblia. Es Tu Palabra de Honor y sé que en ella tengo la garantía, la plena seguridad y certeza, que Tu voluntad para conmigo es buena, agradable y perfecta. Precioso Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, ahora yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y puedo hablarle a mis problemas y aflicciones, con toda autoridad, pues conozco Tu Palabra. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡El Amor, el gozo y la paz que Cristo Jesús compró para mí, con Su muerte y resurrección, son mi legítima herencia! ¡He declarado que este año es el mejor año de mi vida y así será! ¡En todas las cosas soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡TODO LO PUEDO! ¡En Cristo Jesús ya he vencido al mundo, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives y estás en mí, que cualquiera que esté en el mundo! ¡Padre, no dudaré jamás de Tu Palabra! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 4 Luc 7.1-17 / Gen 8-10 / Sal 4
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