26 de Noviembre
¡No hay otro evangelio!
Por Riqui Ricón*
No que haya otro, sino que hay algunos que
os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo (Gal 1.7).
En la carta
a los Gálatas la Escritura nos enseña a tener cuidado de no cambiar de
evangelio; de hecho, no existen varios evangelios, solamente hay un evangelio y
es el evangelio de Jesucristo: y éste es que Dios te ama
de tal manera que entregó a Su único Hijo, Jesús, para que creas en Él y no te
pierdas sino tengas Vida Eterna; pues Dios no envió a Su Hijo al mundo para
condenarte, sino para que alcanzaras la plenitud de vida por medio de Él (Jn
3.16-17).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos dio el ministerio de la reconciliación; que
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación… Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él (2 Co 5.17-19,21).
Si alguien está unido a Cristo, se convierte en un ser
nuevo que ha dejado lo viejo atrás ¡y
está totalmente renovado! Todo lo nuevo viene de Dios, quien nos ha
reconciliado con él a través de Cristo y nos ha dado el trabajo de
reconciliar a toda la gente con él. Lo
que quiero decir es que a través de Cristo, Dios estaba tratando de reconciliar
al mundo con él, sin tener en cuenta los pecados de nadie. Ese es el
mensaje de reconciliación que nos encargó anunciar… Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los
nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios
(2 Co 5.17-19,21 PDT).
El verdadero Evangelio, las buenas
noticias de Dios, es que Él te ama de una forma tan especial que, habiendo
Jesucristo pagado con su vida, el precio de todos tus pecados, ahora está
dispuesto a perdonarte olvidándolo todo. Pero, esto no es todo, apenas es el
comienzo, ya que la justificación y el perdón de tus pecados se realizaron con
el propósito expreso de que CREAS al Amor de Dios y así aceptes ser ahora Su Hijo(a).
Me dirás, cómo no voy a aceptar
ser Hijo(a) de Dios. Bueno, pues hay personas que no lo aceptan, ya sea porque
no lo saben o porque no lo creen, ya que a la familia de Dios se ingresa, exclusivamente, por medio de la fe en
Jesús:
Para que TODO AQUEL que en él CREE, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16b).
TODO AQUEL QUE CREE que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
para que abras sus ojos, para
que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a
Dios; para que reciban, por la fe que
es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados (Hch
26.18).
Todo lo que tú tienes como Hijo(a)
de Dios NACIDO(A) DE NUEVO, proviene del Amor tan grande y hermoso que Dios siente
por ti, y ahora no solamente has sido justificado(a), hecho(a) justo(a), sino
que eres la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Por eso, como Hijo(a) y Justicia
de Dios tienes entrada segura para conversar con Él (orar), con la certeza de
ser escuchado(a) por tu Padre celestial quién tanto te ama.
Con mi voz
clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él
expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia… Clamé a ti, oh
Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes (Sal
142.1-2, 5).
Amado(a), sea cual fuere la
situación, problema o necesidad que estés enfrentando el día de hoy, puedes
estar seguro(a) de que no estás solo(a); la Biblia, que es la Palabra de Dios,
que no puede mentir, te asegura que Él no te ha dejado ni te dejará.
Aunque ande en valle de sombra
de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado
me infundirán aliento (Sal 23.4).
y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mat
28.20).
¿Qué, pues, diremos a esto? Si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Gracias a Jesús puedes hoy
acercarte confiadamente al trono de la gracia pues, ya alcanzaste misericordia
y hallaste gracia para el oportuno socorro (He 4.16).
Así que, no permitas que las
circunstancias u otras voces te aparten del evangelio; Jesucristo es el mismo
ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
Tú eres amado(a) y especial tesoro
de Dios y de todo problema, angustia o enfermedad vas a salir más que
vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, Cristo Jesús. ¡Escrito está!
¡Es la Palabra de Dios! ¡No hay otro evangelio!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día
quiero agradecerte por el Evangelio de Jesucristo, Tu Hijo. Señor Jesús, muchas
gracias por lo que hiciste por mí al morir en esa cruz pagando el precio de
todos mis pecados; gracias porque venciste a la muerte y, con tu resurrección,
ahora yo tengo Vida Eterna. Gracias porque este ha sido el Plan más perfecto y
maravilloso que pueda existir: porque Tú moriste, Jesús, mi vieja naturaleza y
mi viejo yo murieron en esa cruz; todas mis deudas fueron pagadas y están
canceladas, ¡he sido perdonado(a)! Porque Tú vives, ahora yo vivo también.
Tengo todo el derecho a vivir una vida plena y abundante que no se limita a
este tiempo, ni a este mundo, ¡soy eterno(a)! Amado Dios, por Tu Amor y el puro
afecto de Tu Voluntad me has hecho Tu Hijo(a) y con toda confianza puedo
llamarte mi Padre, mi Papá. ¡Puedo dejar de temer! ¡No estaré angustiado(a),
nunca más! ¡Me deshago del espíritu de temor y duda! ¡Soy un(a) Hijo(a) del
Rey! ¡No existe problema, enfermedad o adversidad que yo no pueda vencer! ¡En
todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús.
Gracias, por tan Buenas Noticias. ¡Todo lo puedo! En el nombre de Jesús.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final
de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
26 Gal
1 / Jer 47-48
/ Sal 142
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