8 de Abril
¡El ángel se equivocó!
Por Riqui Ricón*
Ahora,
pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios,
que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos
de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? (Deu 10. 12-13)
¡Propósito! ¡Siempre propósito! Jamás Dios ha hecho
algo con despropósito. Él es Amor y por el gran Amor con que te ha amado te ha
dado Su Palabra.
La Biblia fue dictada por Dios para tu beneficio y
bendición: PARA QUE TENGAS PROSPERIDAD.
La palabra prosperidad tiene en la Biblia el
significado de Plenitud, esto es, sin carencias, sin enfermedad y sin temor
alguno.
Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma (3 Jn 2).
La Voluntad de Dios, Su deseo para tu vida, no
puede ser más simple, sencillo y hermoso que verte vivir una vida en Plenitud:
próspero(a), en salud, lleno(a) de paz, gozo y amor en tu alma (que es la parte
de tu ser donde radican tus pensamientos, emociones, sentimientos y voluntad).
- Pero, pero, Riqui Ricón, yo no tengo nada de eso,
ni siquiera he sido un(a) buen(a) cristiano(a). Soy demasiada poca cosa para
que Dios me trate así como tú dices.
Puede ser que así sea como tú te ves a ti mismo(a),
sin embargo, la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice otra cosa
muy diferente. La Biblia te muestra como Dios te mira:
Si
tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y
recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu
justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy
grande (Job 8. 5-7).
Amado(a), pon ya un alto a tus temores y dudas;
deja de escuchar esas palabras de fracaso, desánimo y derrota y DECIDE CREER. ¡Busca
a Dios, tu Padre! Platica con Él. Cree que por la Palabra de Dios y por la
Sangre de Jesús YA has sido limpiado(a) y justificado(a), porque ciertamente
(sin lugar a dudas), Dios mismo se
despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu
principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande.
De una vez por todas, decide creerle a Aquel que Te
Ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar el justo precio de
tus pecados, fracasos, dudas y derrotas, todo con tal de no perderte a ti.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jua 3.16-17).
- Pero, pero, ahí dice que si yo fuere limpio(a) y
recto(a) y, la verdad, yo no lo he sido.
Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos
hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas (Efe 2. 4-10).
Amado(a), hoy tienes que comprender que la Vida
Nueva que Jesús compró para ti no se trata de lo que hayas hecho o estés
haciendo, sino que se trata, única y exclusivamente, de lo que Él YA HIZO por
ti en la cruz.
¡La Vida Nueva que Jesús compró para ti se trata de
que la creas!
Este es Su Plan perfecto y el propósito para tu
vida. En el mismo libro de Efesios, en el capítulo 4, versículo 23, Dios dice
que el (la) nuevo(a) hombre (mujer) que tú YA ERES en Cristo Jesús, fue creado(a),
por Dios mismo, en la justicia y
santidad de la verdad.
¡Dios no miente! ¡Lo que Él dice en la Biblia
acerca de ti es la Verdad! Por lo tanto, aunque anteriormente tú no hayas sido
limpio(a) y recto(a), ahora, en Cristo, por Su gran Amor con que te amó, Él te
hizo así: justo(a), santo(a) y perfecto(a).
porque con una sola ofrenda (Jesús
mismo) hizo
perfectos para siempre a los santificados (He 10.
14).
Si has hecho a Jesucristo el Señor de tu vida,
aceptando el precio que pagó en la cruz por ti, entonces, de acuerdo a la
Biblia, tú eres ya un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y esto no de simiente corruptible sino de incorruptible,
por la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre (1 P 1.
23).
Es la mismísima Palabra de Dios la que te hace Hijo(a)
de Dios y lo ha hecho así para tu provecho, para que te vaya bien y seas
prosperado(a) para siempre.
Mas
el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé
que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E
id pronto y decid a sus discípulos
que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea;
allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo
del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus
discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he
aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose,
abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No
temáis; id, dad las nuevas a mis
hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán (Mat 28.
5-10).
Esta porción de la Escritura me causa gracia y
mucho amor por mi Señor Jesús. Fíjate muy bien porque para Él es tan importante
que tú estés consiente de quién ahora eres, aceptando tu nueva Identidad como
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, que está asentado en la Escritura cómo
Jesús vino a corregir, inmediatamente y en persona, el error de uno de sus
ángeles.
Si Dios no puede confiar
en sus propios mensajeros (pues aún los ángeles se equivocan), ¡cuánto menos en
hombres hechos de polvo, tan fáciles de aplastar y matar como las polillas! (Job
4.18-19 BAD).
El ángel dijo a las mujeres, vayan a Galilea y ahí
verán al Señor, sin embargo, Jesús no se esperó hasta que ellas llegaran a
Galilea sino que se les apareció inmediatamente, ¿por qué? Porque ese ángel
cometió un tremendo error de identidad
llamándoles discípulos a los que ahora son hermanos(as) de Jesús.
Por esto, el Señor mismo tuvo que corregir sus
planes de verlos en Galilea y acudir inmediatamente para establecer en la
Biblia que tú ahora eres su propio(a) hermano(a). ¡Asombroso!
Ellos, como tú y yo, tuvieron un inicio
insignificante como seres humanos comunes y corrientes, llenos de delitos y
pecados, pero, por Su Palabra y gran Amor, terminaron siendo Hijos del Dios
vivo y verdadero. Ahora son hermanos de Jesús, exactamente como tú y yo.
Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).
¡Gloria a Dios! ¡El ángel se equivocó! ¡Jesús,
además de tu Señor y Salvador, ahora es tu hermano mayor!
De esta forma se destacó en la Biblia que, por la
Sangre, muerte y resurrección de Jesucristo, y por la Palabra de Dios, tú YA
fuiste justificado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) con el PROPÓSITO de
ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y así recibas la Plenitud
de la Vida Eterna: prosperidad en todas las cosas, salud, gozo y paz.
¡Gloria a Dios! ¡El ángel se equivocó! ¡Ya no eres
más un vil mortal hecho de polvo, ahora, por Cristo Jesús, eres un(a)
auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
Yo
publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines
de la tierra (Sal 2.7-8).
¿Te das cuenta? Dios, tu Padre, jamás te va a dejar,
ni abandonar. Él está contigo y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?
Puedes estar totalmente seguro(a) que de todo
problema, angustia o enfermedad vas a salir más que vencedor(a) por medio de
Aquel que te ama, Cristo Jesús.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta hora te doy gracias
porque puedo darme cuenta lo importante que es para Ti que yo esté consciente de
quién soy ahora en Cristo Jesús. Soy Tu Hijo(a) amado(a) y tengo todo el
derecho a vivir como tal, creyéndote a Ti, creyendo a Tu Palabra. Tú has
establecido, claramente, que por las heridas de Jesús yo soy sano(a); que
bienes y riquezas hay en mi casa; que la paz que sobrepasa todo entendimiento
llena mi mente y corazón. Por esto, y mucho más, declaro con todo mi corazón
que no voy a temer mal alguno sino a creer, creerte a Ti, Padre, creer a tu
Palabra. No recibo al espíritu de temor y de duda pues yo soy Tu Hijo(a) y no
tengo nada, absolutamente nada, que temer. Recibo la bendición de Tu Palabra y
todas Tus promesas para mí. Por lo tanto, no admitiré en mi vida
pensamientos, ni palabras, de fracaso, ni de derrota. Señor Jesús, te confieso
y me arrepiento de todos mis pecados y recibo Tu perdón y Tu limpieza. En Tu
Palabra, la Biblia, he conocido y creído el Amor que me tienes. ¡Gracias,
Señor! Por Ti, todo lo puedo y en TODAS las cosas soy más que vencedor(a). Tú
eres mi guardador y nada, ni nadie, me pueden separar de Tu Amor. Así que,
recibo el perdón de mis pecados de la misma forma que recibo mi sanidad y
prosperidad. Tú Palabra es la Verdad y soy libre para vivir esa vida plena y
abundante que compraste para mí al morir en la cruz pagando TODOS mis pecados y
resucitar de la muerte para darme Vida Eterna. No le daré lugar al temor, ni a
la duda, pues estoy destinado a ser dichoso(a), mil veces feliz, pues yo en Ti
confio. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
8 Mat 28
/ Deu 9-10 /
Job 8
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