13 de Abril
¡Como un(a) Hijo(a) de Papá!
Por Riqui Ricón*
Cuando salgas a la guerra
contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que
tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo… Oye, Israel,
vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro
corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;
porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros
contra vuestros enemigos, para salvaros (Deu 20. 1,
3-4).
Bajo los términos del viejo pacto
puedes estar confiado(a) y seguro(a) de la protección de Dios contra tus
enemigos. Lo único que se te pide es que no des lugar al temor ni a la duda,
pues Él está contigo y va contigo.
¿Qué hay con el Nuevo Pacto?
Por tanto, Jesús es hecho fiador
de un mejor pacto… Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es
mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 7.22, 8.6).
Ahora bien, la Biblia, que es la
palabra de Dios y no miente, te asegura que el Nuevo Pacto es un mejor Pacto,
establecido sobre mejores promesas y que Jesucristo es el mediador y fiador de
este Nuevo Pacto.
Este Nuevo Pacto se rige por la
Ley de la FE.
Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).
FE es vivir con la certeza y la
convicción de que TODO lo que Dios dice es Verdad, que Él NO miente (de hecho
no puede mentir). FE es creerle a Dios creyendo Su Palabra.
Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y
no podré revocarla (Num 23.19-20).
Este día, pudiera ser que el
problema, enfermedad o aflicción que hoy estás enfrentando, ahora sí te parece
demasiado complicado, parece demasiado fuerte como para no preocuparte y sólo
dejarlo en manos de Dios. Lo dicen los análisis; lo dicen los médicos; lo dice
la situación económica y lo dicen tus acreedores; lo dice el banco; lo dice tu
esposo(a); lo dice el abogado y la demanda que te entregó, ¡lo dice el mundo
entero! Pero, ¿qué dice Dios?
Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento (Sal 23.4).
No tengas temor
alguno porque Dios no te ha dejado ni te dejará.
Él te librará del lazo del
cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus
alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror
nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni
mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu
diestra; Mas a ti no llegará (Sal 91.3-7).
Dios, tu Padre,
es tu cobertura y tu protección. Jesús es el que te guarda y el maligno no te
toca.
Jehová de los ejércitos, Dichoso
el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Pon toda tu
confianza en Dios y podrás ser verdaderamente feliz.
Encomienda al SEÑOR tu
camino; confía en él, y él actuará (Sal
37.5 NVI).
Y esta no es
más que una muestra muy, pero muy, pequeña de lo que Dios, el Todopoderoso,
dice acerca de ti en Su Palabra, la Biblia. Y lo más importante de todo es que
Él te ama.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jua 3.16-17).
Dios te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Es por ese Amor que ahora tú
eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios. Por eso el mundo no te conoce porque no le
conocen a Él, porque no conocen Su gran Amor.
En honor a la Verdad (la
Palabra de Dios es Verdad), ¡Tú eres un(a) Hijo(a) legítimo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo!
siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de
Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Por lo tanto, cuando das mayor
credibilidad a tus sentidos, a lo que tus ojos ven y tus oídos oyen, en lugar
de creer lo que Dios DICE en Su Palabra, entonces, permites que el temor y la
duda entren a tu corazón y te desplazas de la posición de FE, que te da la
victoria segura, hacia un pozo obscuro de duda, temor, fracaso y derrota.
Y
en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos (Hch 4.12).
Recuerda siempre que en la Biblia
el término salvación no solamente se
refiere al perdón de tus pecados para obtener un lugar en el cielo con Dios,
sino, también a la posición de Victoria con la que todos los Hijos de Dios
Nacidos de Nuevo pueden y DEBEN vivir.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
La salvación se refiere más a la
paz, gozo y amor con que puedes vivir en esta tierra que a tu futuro en el
cielo. Ser salvo trata no de algo que tu tengas o hayas adquirido sino de algo
que tú, ahora, ya eres por la Gracia de Dios: ¡Un(a) auténtico(a) y legítimo(a)
Hijo(a) del Todopoderoso!
Jehová
es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿de quién he de atemorizarme? (Sal 27.1).
¡Qué certeza! ¡Qué seguridad!
¡Qué fe hay en las palabras del rey David. Y esto tan sólo por saberse en una
relación de pacto con Dios! ¿Cuánto más real, fuerte y poderoso será este Nuevo
Pacto en la Sangre de Jesús que te ha justificado, perdonado y establecido cómo
un(a) Hijo(a) del mismísimo Dios?
Cualquiera que sea el problema o
situación que estés enfrentando el día de hoy, te pararás en tu posición de
victoria cuando dejes de temer y preguntarte qué vas hacer y comiences a creer y
declarar quién tú ya eres en Cristo Jesús y poseas lo que legítimamente te
pertenece:
·
Tú eres
el especial tesoro de tu Padre celestial.
Y serán para mí especial tesoro,
ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré,
como el hombre que perdona a su hijo que le sirve (Mal 3.17).
·
Eres un(a)
Hijo(a) de Dios que TODO LO PUEDE en Cristo.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
·
En todas
las cosas eres más que vencedor por medio de Aquel que te ama, Cristo Jesús.
Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
·
Tú eres un(a)
Hijo(a) de Dios que ya ha vencido pues mayor es Él, el Espíritu Santo, que está
en ti y contigo, que el que está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y
los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en
el mundo (1 Jn 4.4).
·
Eres sano(a)
y libre pues Jesús mismo es el que te guarda y el maligno no te toca.
Sabemos que todo aquel que ha
nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios
le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18).
Mira, si acaso tu problema fuera
el pecado, lo único que tienes que hacer es correr hacia Dios en lugar de huir
de Él. Arrepiéntete, confiesa tu pecado y recibe el perdón, pues tu Padre
siempre estará dispuesto a perdonarte y limpiarte. Así lo dice Su Palabra.
Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad (1 Jn 1.9).
Al fin y al
cabo, ¡eres un(a) Hijo(a) de Papá!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, muchas
gracias porque si el rey David podía estar tan seguro yo lo estoy más. Tú eres
mi roca y mi fortaleza. Tú eres el que me guarda y me sostienes en el hueco de
la palma de Tu mano poderosa. ¡Tú eres mi Papá y eso, mi Dios, es mucho que
decir, pero es la Verdad! ¡Gracias Jesús! Me propongo con Tu ayuda, Espíritu
Santo, a no darle el más mínimo lugar al temor y a la duda. Creo y declaro que
soy ese(a) Hijo(a) Tuyo(a) que dices en Tu Palabra, la Biblia, que yo soy. Por
esto, por lo que Tú dices con Tu Palabra de Honor acerca de mí, hoy quiero
decirte que no importa lo que pase a mi alrededor, yo te alabare y te adoraré,
pues ahora sé lo que has hecho por mí y dentro de mí. Gracias, Señor Jesús,
porque Tú, siendo Dios, no estimaste el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarte, sino que Te despojaste a Ti mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, Te humillaste a Ti mismo, haciéndote obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz. Todo por amor a mí, para hacerme un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de
Nuevo. ¡Gracias por Tu Sangre! Con ella lavaste todos mis pecados. ¡Gracias por
Tu resurrección! Con ella venciste a la muerte y me diste la Vida Eterna.
¡Gracias por el Nuevo Pacto! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios! Bendito Espíritu
Santo, ¿qué te puedo decir a Ti? Que te amo. Que te adoro y cada día Te
necesito más y más. Tú eres mi amigo, mi consejero y mi ayudador. Gracias por
ser la promesa del Padre la cual Jesús dijo vendría sobre mí. Espíritu Santo,
Tú eres mi garantía, las arras de mi herencia para la redención de la posesión
adquirida. ¡No hay forma que pueda perder! ¡Todas las cosas me ayudan a bien!
Yo, _______________ (tu nombre aquí), he sido llamado(a) conforme al propósito
de Dios, mi Padre. Quien me predestino para que fuese hecho(a) conforme a la
imagen de Su Hijo, para que Jesús fuese mi hermano mayor. Dios, el Espíritu Santo, está en mí y
conmigo. Jesús, ¿qué puedo decir a todo esto? Si Tú estás conmigo, ¿quién
contra mí? Padre celestial, si Tú no escatimaste ni a Tu propio
Hijo, sino que lo entregaste por amor a mí, ¿cómo no me darás también con Él
todas las cosas? ¿Quién me acusará si soy escogido(a) de Dios?
Dios es el que me justifica. ¿Quién es el que me condenará? Cristo
es el que murió por mí; más aún, el que también resucitó por mí, el que además
está a la diestra de Dios, el que también intercede por mí. ¿Quién
me separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de
ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como ovejas de matadero. Antes,
en todas estas cosas, Yo,
_______________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de aquel que
me amó. Por lo cual estoy seguro(a) de que ni la muerte, ni la
vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús mi Señor y Salvador. Así que, Satanás, tú vienes a
mí con problemas y enfermedades y aflicciones; mas yo vengo a ti en el nombre
de Jesús, el Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a
quien tú has provocado. Dios, mi Padre, te entregará hoy en mi
mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril
13 Hch
4.1-22 / Deu 19-20 / Job 13
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