2 de Noviembre
¡Perdón de pecados y vida eterna!
Por Riqui Ricón*
He aquí, amargura grande me
sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción;
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados (Isa
38.17).
Que hermoso es saber, sin duda
alguna, que Dios, el Todopoderoso, te ama. Que te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así es, amado(a), en Cristo Jesús
fue satisfecha la Justicia de Dios y fuiste librado(a) del hoyo
de corrupción (la
muerte) pues Dios echó tras Sus espaldas TODOS tus pecados.
porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado
(Jer
31.34b).
Dos aspectos poderosos y sublimes
del Amor de Dios para contigo son:
1. Jesús te ha hecho libre del poder
que la muerte tenía sobre ti, pues ahora tienes Vida Eterna:
Porque
la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna (Jn 3.16).
2. Dios no está interesado en tus
pecados sino en ti, por eso, está más que dispuesto a perdonar y OLVIDAR TODAS tus
ofensas.
He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque
ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo,
ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y
no me acordaré más de su pecado (Jer
31.31-34).
La Vida Eterna es el valor
agregado al verdadero regalo que Dios te hace y que recibes en el preciso
momento de poner tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador. De acuerdo a la Biblia,
que es la Palabra de Dios y no miente, el Plan de Redención, la muerte y
resurrección de Jesucristo, tiene el propósito exclusivo de hacer de ti un(a)
genuino(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su
nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra
de Dios (1 P 1.23
NTV).
El Nuevo Pacto se establece
cuando aceptas y reconoces a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Es Su
Sangre la señal de este Nuevo Pacto que está establecido sobre mejores promesas,
pues, como ya te he dicho, su propósito es mucho mayor que el simple perdón de
pecados y la entrada al cielo: Su propósito es darte Vida Eterna para hacerte
Su propio(a) Hijo(a).
Antes de la creación del mundo, Dios decidió adoptarnos como hijos
suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto
hacerlo (Efe 1.5
PDT).
Como Dios te predestino para ser
adoptado(a) Hijo(a) Suyo según el puro afecto de Su voluntad, entonces el
PERDÓN DE TODOS tus pecados es un mero requisito y la VIDA ETERNA una
consecuencia de ser hecho(a), por la Palabra de Dios, un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo.
Teniendo todo esto en
consideración, vale la pena reflexionar que, SI siendo como era el pueblo de
Israel el rey Ezequías fue librado de morir a consecuencia de una penosa
enfermedad cuando oró a Dios, entonces, ¿cuánto más, no hará Dios por uno(a) de
Sus Hijos(as) como tú?
El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? (Ro 8.32).
Sin importar
cuál sea tu situación, enfermedad o aflicción, ni siquiera importa si has caído
en pecado o te has alejado de Dios, Él jamás dejará de amarte y de atender tu
oración.
»Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y
encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide,
recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la
puerta. »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan,
¿acaso les dan una piedra en su lugar? O, si les piden un pescado, ¿les dan una
serpiente? ¡Claro que no! Así que, si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos
regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a
quienes le pidan (Mat 7.7-11 NTV).
Si puedes
creer la Palabra de Dios, pues al que le cree a Dios TODAS las cosas le son
posibles.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en verdad
que no hay nada tan hermoso como saberme y sentirme tan amado(a) por Ti. Muchas
gracias, porque a ti no te importó lo que había hecho de mi vida sino que te
importó más mi persona que mis acciones. No conozco palabras suficientes para
expresarte lo que siento yo por Ti, mi Dios. Jesús, Tú eres mi Rey y Señor
Salvador, la Vida Nueva, plena y abundante que ahora disfruto te la debo a Ti.
¡Gracias por la cruz! ¡Gracias por Tu Sangre! ¡Gracias por tu resurrección!
¡Gracias por Tu Victoria sobre la muerte! ¡Gracias por Tu Amor! Me propongo con
Tu ayuda, Espíritu Santo, a realizar esta vida de dicha, paz y libertad. Sé que
en el mundo tendré aflicciones, pero puedo confiar plenamente en tu Palabra,
¡Tú has Vencido al mundo! Así que, voy a resistir al diablo y sus mentiras como
el temor, la duda, la enfermedad y la pobreza. En el nombre de Jesús yo soy lo
que la Biblia dice que soy y no otra cosa: un(a) amado(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo quien todo lo puede en Cristo. En todas las cosas soy más que
vencedor(a). ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En
medio de cualquier problema, angustia o enfermedad, tengo la paz que sobrepasa
todo entendimiento, pues puedo ser feliz en medio de la aflicción ya que, sé
que sé, que, como dices Tú, mi Dios y Padre, en Tu Palabra, TODAS las cosas me
ayudan a bien. En el nombre de Jesús. ¡Amén!
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
2 1
Tim 4 /
Isa 38-39/ Sal 119.121-144
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