Miércoles 22 de Agosto
de 2012.
¡Igual al Padre!
Por Riqui Ricón*
Y por esta causa los judíos
perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de
reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los
judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Jn 5.16-18).
Es muy interesante notar que la
Escritura te enseña cuáles fueron las razones por las que los judíos mataron a
Jesús: por hacer milagros en el día de reposo y por decir que Dios era Su propio
Padre pues, en el correcto sentido de las palabras, decir que uno es Hijo de
Dios significa ser igual a Dios. Esto fue demasiado para las mentes religiosos
de ese tiempo y no lo pudieron soportar.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce, precisamente
porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).
Sin embargo, por el Amor que Él
siente por ti, has sido llamado(a) y constituido(a) por el mismísimo Dios como un(a)
Hijo(a) Suyo(a). ¡Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a su propio Hijo para pagar tus pecados antes que perderte a ti. Jesús
no vino a condenarte sino que, por medio de Su Sangre, muerte y resurrección, te
ha dado la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) del Rey.
Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la
tierra (Sal 2.7-8).
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Dios y no miente, tú eres legal y literalmente un(a) Hijo(a) de
Dios. Esta es tu verdadera identidad y la razón por la que Jesús dio su vida en
esa cruz, por amor a ti.
Porque convenía a aquel por
cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la
gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.10).
Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).
Sin importar la situación en que
te encuentres el día de hoy, si tú has hecho a Jesucristo el Señor y Salvador
de tu vida, ten la certeza que puedes orar a tu Padre y pedirle que te ayude, teniendo
la confianza que Él no faltará a Su Palabra y contestará favorablemente todas tus
oraciones.
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro (He 4.14-16).
Tu enemigo, el diablo, tratará
por todos los medios de apartarte de esta verdad: que tú eres un(a) Hija(o) amada de Dios y que Él no dejará de cumplirte
Su Palabra. Satanás tratará de producir duda e incredulidad en tu mente y
corazón hacia la Palabra de Dios para que, olvidando quien tú ya eres, seas desanimado(a)
y tentado(a) a desobedecer.
Pero no quisieron escuchar,
antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros;
vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos (Zac 7.11-12).
Jesús ha vencido al mundo por ti
(Jn 16.33) y te ha traspasado Su Victoria. La victoria que vence al mundo es tu
fe (1 Jn 5.4), y la fe viene por el oír
la Palabra de Dios. Creerle a Dios es creerle a Su Palabra sabiéndote amado(a)
y especial tesoro de Dios.
Así que, no permitas que ningún
problema o circunstancia adversa te haga dudar del Amor de tu Padre. No
permitas que la duda, y el temor que ésta produce, te roben tu identidad como
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los
esclavice al miedo, sino el Espíritu que
los adopta como hijos y les permite clamar:
"¡Abba! ¡Padre!" (Ro 8.15).
¡Jamás serás avergonzado(a) de
haber confiado y creído la Palabra de Dios!
Oremos:
Amado Padre celestial, en este
momento quiero decirte cuanto te amo y cuan agradecido estoy por Tu Amor.
Gracias Jesús por Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota en esa cruz
por Amor a mí. Sé que he sido justificado(a) y perdonado(a) en Tu Sangre. Ahora
soy Tu Hijo(a) y sé también que jamás me dejarás, pues Tú, Jesucristo, eres mi
guardador y el maligno no me toca. Tú has dicho en Tu Palabra que a los que te
amamos TODAS las cosas nos ayudarán a bien, así que, este día, yo,
________________ (tu nombre aquí), creo y declaro que soy sano(a), soy libre, soy próspero(a) y soy feliz. De
todo problema, circunstancia o
enfermedad salgo más que vencedor(a) pues todo lo puedo en Cristo Jesús, mi
Señor y Salvador. Lo creo y lo confieso en Tu nombre Señor Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
22 Jn
5.1-18 /
1 Cr 18-19 / Zac 7
gracias señor jesus por habernos perdonado, te amamos y te adoramos tu eres fiel a tu promesa, yo vivo no porque me lo merezca si no por tu gracia,amen señor jesus
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