Miércoles 1 de Agosto
de 2012.
¡Por causa del Pacto!
Por Riqui Ricón*
Entonces Joacaz clamó al Señor, y él lo escuchó, pues vio la gran opresión del rey de Siria
sobre Israel (2 R 13.14).
El pueblo de Israel y
su rey Joacaz vivían impíamente, apartados de Dios y volcados hacer el mal. En
esta actitud de rechazo y repudio a la Palabra de Dios y a Su Presencia en sus
vidas, se habían mantenido ya por varios siglos. A pesar de todo, por Su Gran
Misericordia y Amor, cuando el rey clamó a Él, Dios lo escuchó y les proveyó de
salvación.
Te aseguro que entre
más estudies y medites la Biblia te darás cuenta que el Amor de Dios por los
seres humanos es sencillamente, ¡Asombroso! Sin importar las ofensas, pecados o
traiciones, Dios siempre te seguirá amando. Él nunca te ha dejado y jamás te
dejará, pues aunque tu padre y tu madre te abandonen, con todo, el Señor te
tomará en Sus brazos (Sal 27.10).
El Señor les proveyó un libertador, de modo que los israelitas pudieron librarse
del poder de los sirios y vivir tranquilos, como antes. Sin embargo,
siguieron el mal ejemplo de la familia de Jeroboán y no se apartaron de
los pecados con que éstos hicieron pecar a Israel, y hasta dejaron en pie la imagen de la diosa Aserá, que estaba en Samaria (2 R 13.14).
Sin embargo, no
obstante, a pesar de todo. ¿Qué pasa? ¿Cuál es la incapacidad del ser humano? ¿De dónde
viene tanta ingratitud?
Los que se dejan dominar por su naturaleza pecaminosa, solo
piensan en cómo complacer a su propia naturaleza; pero los que viven conforme
al Espíritu Santo, piensan en las cosas propias del Espíritu. Porque la
intención del Espíritu es vida y paz; en cambio, la intención de la naturaleza
pecaminosa es muerte, porque la intención de la naturaleza pecaminosa es
rebeldía contra Dios: nunca ha obedecido a la ley de Dios ni nunca podrá
obedecerla. Por eso, los que viven sometidos al dominio de su propia naturaleza
pecaminosa jamás podrán agradar a Dios. Pero vosotros no vivís conforme a esa
naturaleza, sino que estáis bajo el dominio del Espíritu, si es que
verdaderamente el Espíritu de Dios habita en vosotros (digo esto para
recordaros que quien en su interior no tenga el Espíritu de Cristo, no es de
Cristo) Pero si Cristo vive en vosotros, vuestros cuerpos ciertamente están
muertos a causa del pecado, pero vuestros espíritus viven para hacer lo que es
bueno y justo (Ro
8.5-10 CST).
La Biblia, que es la Palabra de
Dios, y no miente, te enseña claramente que tú ya no eres más como aquellos
israelitas. Ahora, gracias a Jesús, el Espíritu Santo está contigo y en ti.
Sin embargo, el Señor
tuvo misericordia de ellos. Por causa
del pacto que había hecho con Abraham,
Isaac y Jacob, se compadeció de
los israelitas y los preservó, y hasta
el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia (2 R 13.23).
¡Todo por causa del
Pacto!
Del mismo modo, después de haber cenado, tomó la copa y
dijo: Esta copa significa el nuevo pacto, sellado con mi sangre, que será
derramada en vuestro favor
(Luc 22.20).
Dado que el Nuevo pacto en la Sangre de Jesús es un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas, puedes estar seguro(a) que Dios, tu Padre,
escucha tu oración y obrará a tu favor más pronto de lo que te imaginas.
Un día contó Jesús a sus discípulos una parábola para
exhortarlos a perseverar en la oración, sin desanimarse, hasta que llegue la
respuesta. Les dijo: En cierta ciudad había un juez que no creía en Dios ni
tenía respeto a nadie; y en la misma ciudad vivía una viuda, que acudía
continuamente al juez para pedirle que le hiciera justicia frente a un
adversario que la perjudicaba. El juez, durante mucho tiempo, no hizo el menor
caso a la demandante; pero un día, cansado ya del asunto, reflexionó: "Yo
no creo en Dios ni tengo respeto a nadie, pero como esta viuda sigue
insistiendo, le haré justicia, para que deje de molestarme y no agote mi
paciencia". Luego el Señor añadió: Ya veis lo que pensó aquel juez; y si
él, siendo injusto, decidió hacer justicia, ¿acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que acuden a él de día y de noche? ¿Pensáis que él tardará mucho en
responder a sus clamores? Os aseguro que no, que pronto les hará justicia.
Ahora bien, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará en este mundo
perseverancia en la fe?
(Luc 18:1-8 CST).
Fe es creerle a Dios. Fe es poner
toda tu confianza en Él y en Su Palabra, de tal forma que tengas la certeza de
lo que esperas y estés convencido(a) de aquello que todavía no ves.
Manténganse alerta;
permanezcan firmes en la fe; sean
valientes y fuertes (1Co 16.13).
A diferencia de los israelitas
del reino de Joacaz, y a pesar de los problemas, enfermedades y aflicciones que
estés enfrentando el día de hoy, tú puedes ser valiente y fuerte al permanecer
firme en creer la Palabra de Dios. Mantente firme en creerle y deposita toda tu
confianza en Él.
Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían! (Sal 84:12 NVI).
Todo
esto es verdad gracias al Gran Amor con que Dios te ha amado. Nunca olvides que
Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus
pecados, antes que perderte a ti.
¡Fíjense qué gran
amor nos ha dado el Padre, que se nos
llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1Jn 3:1).
A pesar de lo que habías hecho
con tu vida, Él te ama tanto que decidió justificarte, perdonarte y
santificarte para hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo(a). Una Nueva Creación. Una
Nueva especie de ser que no existía antes. Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo.
yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta, y
para que el mundo sepa que tú me enviaste y que los has amado a ellos como me
has amado a mí (Jua 17:23).
¡Oh, que hermoso es saber que
Dios te ama de la misma forma y magnitud en la que ama a Jesús!
Dios es Amor y la relación que
ahora tienes con Él se sostiene por el Amor. El Amor es el vínculo (atadura)
perfecto. No son tus lágrimas ni tu clamor los que mueven la mano de Dios a
favor tuyo. Lo que mueve a Dios a favor tuyo es lo que siente Él por ti, lo que
siente el Dios y Padre, Todopoderoso, por Su Hijo(a) Amado(a). ¡Éste eres tú!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta
hora quiero agradecer Tu Gran Amor para conmigo, que estando yo muerto(a) en
delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. Señor Jesús, gracias por
la Vida Nueva que compraste para mí. Gracias porque no es una vida común y
corriente. Por ti, Señor Jesús, ahora puedo gozar la Vida Eterna de un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Tengo Vida de Reino! ¡Tengo Vida de Poder!
Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el Todopoderoso, es
Abba, Padre, mi Papá. Leer de esto en Tu Palabra, la Biblia, me hace conocer la
Verdad y la Verdad me hace libre. ¡Tengo entendimiento y resplandezco como el
resplandor del firmamento! Soy libre para recibir, por medio de la fe en Ti,
Jesucristo, esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu
Palabra, esta identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Por lo tanto, amado
Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra son
mías y para mí. Hoy puedo
orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en
mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de
Cristo Jesús, declaró que soy sana(o) y libre de toda enfermedad o dolencia;
creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y
vivir prosperado(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento
de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que
la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios; especial tesoro de mi
Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas,
absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor(a) por medio del Amor de
Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro en el gozo y
la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Agosto
1 1
Co 16 /
2 R 12-13 / Miq 3
yo pienso al respecto que dios nuestro padre celestial, es un dios de amor y que sin el nada podemos hacer, gracias dios por amarme como soy, rindo todo mi ser a ti, gracias por haberme encontrado, te pido perdon porque muchas veces me resisti a ti, si no te hubiera conocido quizas ya no estuviera en la tierra, y lo peor es sin ti.
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