Jueves 23 de Junio de 2011.
¡Muchísimo más!
Por Riqui Ricón*
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido (Dan 10.12).
La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, nos afirma categóricamente que Dios es Amor. Mas no se trata de un Amor generalizado y amorfo como sacado de un poema romántico, sino de un Amor real y personal para contigo.
Cualquiera que sea el problema, enfermedad o circunstancia que el día de hoy estés enfrentando, tu Padre celestial te pide que no temas; que cambies ese temor en confianza, en la seguridad de que Él está muy pendiente de ti para escucharte y responderte. Lo único que tienes que hacer es permutar el temor por fe. Esto es, creerle a Dios, creerle que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para que pagara el precio de todos tus pecados y así no perderte a ti. Creerle que ahora, por medio de Jesús, Él te ha declarado Su Hija(o) amada(o).
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
Este día puedes tener la certeza, la seguridad, de que Dios te escucha y está dispuesto a responderte. Así que, ánimo, no temas, tienes en la Palabra de Honor de Tu Padre la certeza de Su respuesta favorable para ti. ¡No hay forma que puedas perder!
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho (1 Jn 5.14-15).
Entonces puedes orar y platicar con tu Padre con toda certeza y seguridad. Y si acaso llegas a preguntarte cómo saber la voluntad de Dios, recuerda que Él te ama y que de acuerdo a la Biblia, que es Su Palabra de Honor, Su voluntad para contigo es buena, agradable y perfecta (Ro 12.2).
Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas... Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron... Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos (Mar 9.34, 41-42, 56).
Conforme a la Palabra de Dios en Juan 3.17, Jesús no vino a tu vida a recordarte lo mala(o), fracasada(o), pecador(a), y miserable que eres sino todo lo contrario, Él ha venido a ti con todo Su Amor y misericordia para transformarte totalmente dotándote de una vida plena, abundante y victoriosa, la cual por derecho te pertenece pues Él ya la pagó con Su Sangre y con Su Vida.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.30-33).
Cuando pienso que Dios tiene cuidado de las aves y de la hierba del campo y que hace mucho más a los hombres y mujeres de poca fe, me maravillo y me alegro tanto pues estoy seguro que aún muchísimo más hará por ti y por mí, que somos Sus hijas e hijos Nacidos de Nuevo, espíritus regenerados por Su Palabra que le amamos, le creemos y que, además, tenemos al Espíritu Santo con nosotros.
Amado Padre Celestial, este día quiero darte gracias por el gran Amor con que me has amado, pues estando yo muerta(o) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Jesús. Por Ti, mi amado Jesús, tengo derecho a una vida plena y abundante y estoy dispuesta(o) a vivirla con todo mi corazón. No dejaré que el enemigo robe lo que Tú compraste para mí. Hoy busco Tu rostro, busco Tu reino y declaro que soy sana(o), soy libre en Jesús. Nada ni nadie me puede separar del Amor de Dios que es en Cristo Jesús el Señor de mi Vida y de mi existencia. Sobre todo problema, enfermedad o circunstancia soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. Me declaro arriba y no abajo, soy cabeza y no cola. Llamo al éxito y a la victoria y resisto al fracaso. Me despojo de todo espíritu de temor pues con Tu Palabra de Honor, Padre, dices que soy Tu Hija(o) Nacida(o) de Nuevo no de simiente corruptible sino de la semilla incorruptible que es Tu Palabra, oh Dios. Esa/ese soy yo. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 23 Mar 6.30-56 / 2 Sam 16 / Dan 10
Gracias por tan hermosa Verdad. La creo, la recibo y la declaro.
ResponderEliminarDe donde sacas estas cosas ???
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