martes, 29 de octubre de 2019

¡Cómo NO vivir en el error!


29 de Octubre
¡La Biblia, Palabra de Honor!
Por Riqui Ricón*

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros (2 Tes 3.1).
La Biblia ES la Palabra de Dios y ésta es VIVA y EFICAZ para traer la salvación a tu Vida, por medio de Jesucristo, y para darte también la revelación del Plan Maestro que Dios tiene para ti.
En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. (Isa 29.18-19).
Cuando La Verdad es enseñada (La Biblia es La Verdad), los sordos escuchan La Palabra y los que andan a tientas en medio de la oscuridad ven la luz, y una luz brillará para quienes viven en una tierra donde la muerte arroja su sombra (Isa 9.2). Es con el Evangelio, las Buenas noticias de Jesucristo, que los humildes crecen en alegría, y aún los más pobres de los hombres se gozan en el Señor, su Salvador.
Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos...  Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. (Sal 119.6, 25).
En una ocasión, en una conferencia para Pastores, nos hablaban acerca de la obligación que teníamos nosotros de leer la Biblia todos los días por el hecho de ser Pastores, pero que no debíamos poner esa misma carga sobre los demás creyentes de nuestras congregaciones pues ellos tienen trabajos y ocupaciones que les demandan demasiado tiempo y esfuerzo.
Entonces, vinieron a mi corazón algunas preguntas, las cuales encontraron cabal respuesta en las Escrituras:
¿Es la Biblia la Palabra de Dios? ¡Claro!
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.  Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra (2 Ti 3.16-17 NTV).
¿Es la Palabra de Dios la Verdad y por lo tanto no puede mentir? ¡Ciertísimo!
Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad (Jn 17.17 NTV).
Siendo tan importante la Palabra de Dios, ¿sólo los pastores y ministros deben leerla todos los días?
Cuando el Señor dice Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8), ¿qué no se refiere a que el éxito en tu vida viene más bien de leer, meditar y actuar sobre la Biblia todos los días de tu vida y no a la profesión o actividad a que te dediques?
¿No dice Dios en Su Palabra que sin fe es imposible agradarle y que la fe viene del oír Su Palabra?
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan (He 11.6 NVI).
Ahora pues, la fe viene por escuchar atentamente, por escuchar atentamente la palabra de Dios (SyE) (Ro 10.17 SyE).
Si en la Biblia está toda la protección, sanidad y prosperidad que necesitas, ¿no debería ser La Palabra de Dios la prioridad máxima en tu vida? ¿O es que sólo a los Pastores y Ministros Jesús los redimió con Su Sangre y sólo a ellos los destino a ser hechos para Dios reyes y sacerdotes y REINAR SOBRE LA TIERRA?
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;  y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra  (Apo 5.9-10).
¿Te das cuenta? Tú has sido llamado(a) por Dios para llevar una vida victoriosa ejerciendo dominio y potestad; has sido escogido(a) por Dios para establecer Su reino sobre la tierra. Y para cumplir este propósito tienes, ante todo y sobre todo, la Biblia, la Palabra de Dios.
La Biblia es la Palabra de Honor de Dios, es la Verdad y es viva y eficaz; es lámpara a tus pies y luz en tu camino. Es la fuente de tu libertad y realización como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Jesús dijo: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31).
Pon mucha atención, porque sin importar profesión, nacionalidad, nivel socioeconómico, educación, etc., la TAREA MÁS IMPORTANTE de todo(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO es, sin lugar a dudas, leer, meditar y estudiar la Biblia TODOS LOS DIAS, porque SÓLO así harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.

Oremos en voz audible:
¡Gracias Señor por la Biblia, Tu Palabra de Honor! Sé perfectamente que puedo confiar en Tu Palabra. Tú no mientes ni te arrepientes acerca de Tu Amor por mí y de todo el bien que has declarado sobre mi vida. Tú los has dicho y lo vas hacer, lo has hablado y lo vas a ejecutar en mí. Decido creerte y recibir la Verdad en mi vida. Yo soy lo que Tú dices en la Biblia que soy: Tu Hijo(a) amado(a); Tu especial tesoro; linaje escogido, real sacerdocio, nación santa; soy  pueblo adquirido por Ti para anunciar las virtudes de Aquel que me llamó de las tinieblas a Su luz admirable; soy sano(a); soy libre; todo, absolutamente todo, lo puedo en Ti, Jesucristo; en todas las cosas soy más que vencedor(a), por medio de Tu Amor, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte NO TEMERE mal alguno porque Tú estás conmigo. Y si Tú, mi Dios y Padre, estás conmigo, ¿quién contra mí? ¡Esta es la Verdad! ¡Está escrita! ¡Es Palabra de Dios! ¡Puedo ser feliz! ¡Gracias Señor Jesús! Amén.

Nota Importante: 

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios: 
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 29                         2 Tes 3  /  Isa 29-30/ Sal 119.1-32


2 de Tesalonicenses
 Que la palabra de Dios sea glorificada
3
1Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, 2y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. 3Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. 4Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. 5Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.

El deber de trabajar
6Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. 10Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 13Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
14Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. 15Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.

Bendición final
16Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
17La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. 18La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
  
Isaías
Ariel y sus enemigos
29
1¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso. 2Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel. 3Porque acamparé contra ti alrededor, y te sitiaré con campamentos, y levantaré contra ti baluartes. 4Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo. 5Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento. 6Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor. 7Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura. 8Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion.

Ceguera e hipocresía de Israel
9Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra. 10Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes. 11Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. 12Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.
13Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; 14por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.
15¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?! 16Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?

Redención de Israel
17¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque? 18En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. 19Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. 20Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad, 21los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprendía en la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad.
22Por tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido; 23porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel. 24Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.

La futilidad de confiar en Egipto
30
1¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! 2Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. 3Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión. 4Cuando estén sus príncipes en Zoán, y sus embajadores lleguen a Hanes, 5todos se avergonzarán del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les será para vergüenza y aun para oprobio.
6Profecía sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho. 7Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
8Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. 9Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 10que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 12Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; 13por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 14Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.
15Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. 17Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.

Promesa de la gracia de Dios a Israel
18Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. 19Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
20Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. 21Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. 22Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.
23Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. 24Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. 25Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. 26Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.

El juicio de Jehová sobre Asiria
27He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. 28Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.
29Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. 30Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. 31Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. 32Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. 33Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.
   

SALMO 119.1-32

Excelencias de la ley de Dios
Alef
     1     Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
     2     Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
     3     Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.
     4     Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.
     5     ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos!
     6     Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
     7     Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.
     8     Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
Bet
     9     ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
     10     Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
     11     En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
     12     Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
     13     Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
     14     Me he gozado en el camino de tus testimonios
Más que de toda riqueza.
     15     En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
     16     Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.
Guímel
     17     Haz bien a tu siervo; que viva,
Y guarde tu palabra.
     18     Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley.
     19     Forastero soy yo en la tierra;
No encubras de mí tus mandamientos.
     20     Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
     21     Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.
     22     Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
     23     Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;
Mas tu siervo meditaba en tus estatutos,
     24     Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros.
Dálet
     25     Abatida hasta el polvo está mi alma;
Vivifícame según tu palabra.
     26     Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus estatutos.
     27     Hazme entender el camino de tus mandamientos,
Para que medite en tus maravillas.
     28     Se deshace mi alma de ansiedad;
Susténtame según tu palabra.
     29     Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.
     30     Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.
     31     Me he apegado a tus testimonios;
Oh Jehová, no me avergüences.
     32     Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón.

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