miércoles, 23 de octubre de 2019

¡Cómo adquirir un buen seguro!



22 de Octubre
¡Dios lo dice!
Por Riqui Ricón*
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera… No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, (Sal 112.1, 7-8a).
¿Sabías que el primer pecado, el pecado original, allá en el paraíso, no fue la desobediencia? Así es, el primer pecado fue la incredulidad a la Palabra de Dios.
Pero la serpiente  era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto?  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.  Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Gen 3.1-5).
Pon mucha atención, pues al primer intento de engaño de Satanás, -¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?-  la mujer contestó correctamente, pero ante la segunda mentira, ella sucumbió ante la duda. Puedo imaginármela pensando: “¿quién dirá la verdad, este bicho raro que habla o Dios quien me creo?” Y ellos decidieron CREER al diablo y por lo tanto hicieron mentiroso al Señor.
Desde ese día hasta la fecha, el dilema del ser humano (y a veces de los Hijos de Dios), ha sido siempre el mismo: ¿a quién le voy a creer? ¿Al diablo y sus mentiras o a la Palabra de Dios?
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.   Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?  Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí (Gen 3.8-10).
Cuando haces caso a la mentira terminarás por creerla y automáticamente entrará el temor a tu vida, y con el temor vendrá la duda que concebirá la desobediencia.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (Ro 8.15).
Sin embargo, la Biblia, que es la Palabra de Dios que no miente, te enseña claramente que los Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO pueden y deben llevar sus vidas sin temor ni duda pues no has recibido el espíritu de esclavitud para estar OTRA VEZ en temor, sino que has recibido el espíritu de ADOPCION por el cual puedes decirle a Dios, Abba, Papá, Papito.
Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).
Lo maravilloso del Amor de Dios es que al Hacer de ti un(a) Hijo(a) Suyo, por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios mismo te coloca en una posición de intimidad y confianza recíprocas, pues ahora Él es tu verdadero Padre: ¡Puedes confiar en Él! ¡Puedes creerle a Su Palabra!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¿No es asombroso? Dios, el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y esto lo hizo con tal de tener una relación contigo de Padre a Hijo(a) y que le puedas decir con familiaridad, papá, papito.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).
Así que, Dios, tu Padre, no te ha dejado ni te dejará en manos de la enfermedad, el temor, la violencia, el fracaso ni ninguna otra calamidad. ¡Tú eres Su Hijo(a)!
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).
Al recibir la noticia de la muerte de su hija, era muy probable que Jairo perdiera toda esperanza, sin embargo, Jesús le dijo: “Jairo, NO TEMAS, sólo tienes que CREER.”
Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.  Y mientras iba, la multitud le oprimía…   Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva (Luc 8.41-42, 49-50).
Y, como sabrás, Jesús resucitó a la pequeña.
Entonces, sin importar los problemas, enfermedades o aflicciones que el día de hoy estés enfrentando, si decides CREERLE a Dios, CREYENDO a Su Palabra, tú puedes llevar una vida firme y confiada pues tienes asegurado tu corazón y no tendrás temor de malas noticias.
¡Dios lo Dice! Y si Dios lo dice, entonces Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar.
He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová,  quien ha sido salvación para mí (Isa 12.2).
Así que, la clave para la existencia es que, para obedecer a Dios primero le tienes que creer. ¡Creerle a Él, creyendo Su Palabra! Esto es, CREER que Dios te ama tanto que ha dado Su palabra de Honor en que te irá bien en esta vida pues Su voluntad para contigo es buena, agradable y perfecta.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es comenzar un día más sabiendo que Tú me amas, que puedo vivir este día confiado(a) porque mi corazón está asegurado por Tu Palabra de Honor. Tú lo has dicho y lo vas a cumplir, Tú lo has hablado y lo vas a ejecutar. Así que, Espíritu Santo, Tú y yo nos plantamos firmes ante cualquier circunstancia, enfermedad o adversidad y les resistimos. Soy sano(a), soy libre. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Ningún demonio, ninguna enfermedad, ningún problema están sobre la Palabra de Dios y ésta dice que yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no de una simiente corruptible sino incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. ¡Soy de Cristo! ¡Ya he vencido! Porque mayor es Él, que está en mí, que el que está en el mundo. ¡No temo a malas noticias! Confiado, asegurado está mi corazón. Señor Jesús, puedo ser dichoso(a), mil veces feliz, pues yo confío en Ti. Amén.
Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso? 
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios: 
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 22                         1 Tes 1 /  Isa 11-13 / Sal 112



1 de Tesalonicenses
Salutación
1
1Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Ejemplo de los tesalonicenses
2Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 6Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. 8Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; 9porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

Isaías
Reinado justo del Mesías
11
1Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
6Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. 7La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. 8Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. 9No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
10Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.
11Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 12Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 13Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; 14sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. 15Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. 16Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.

Cántico de acción de gracias
12
1En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. 2He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. 3Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. 4Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. 5Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. 6Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Profecía sobre Babilonia
13
1Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.
2Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. 3Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.
4Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla. 5Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.
6Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. 7Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, 8y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.
9He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. 10Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. 11Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. 12Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. 13Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. 14Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. 15Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada. 16Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres. 17He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro. 18Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos. 19Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. 20Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada; 21sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes. 22En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.

SALMO 112

Prosperidad del que teme a Jehová
Aleluya.
     1     Bienaventurado el hombre que teme a Jehová,
Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
     2     Su descendencia será poderosa en la tierra;
La generación de los rectos será bendita.
     3     Bienes y riquezas hay en su casa,
Y su justicia permanece para siempre.
     4     Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos;
Es clemente, misericordioso y justo.
     5     El hombre de bien tiene misericordia, y presta;
Gobierna sus asuntos con juicio,
     6     Por lo cual no resbalará jamás;
En memoria eterna será el justo.
     7     No tendrá temor de malas noticias;
Su corazón está firme, confiado en Jehová.
     8     Asegurado está su corazón; no temerá,
Hasta que vea en sus enemigos su deseo.
     9     Reparte, da a los pobres;
Su justicia permanece para siempre;
Su poder será exaltado en gloria.
     10     Lo verá el impío y se irritará;
Crujirá los dientes, y se consumirá.
El deseo de los impíos perecerá.

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