miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡Cómo invalidar el Nuevo Pacto!

 

10 de Diciembre

¡Un Nuevo Pacto! ¡Un Pacto Eterno!

Por Riqui Ricón*

Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno (Ez 16.59-60).

Lo más maravilloso de esta vida es saber que Dios es bueno y que te ama tanto que, a pesar de todos tus pecados, Él ha decidido establecer un Nuevo Pacto contigo; un pacto eterno que nadie pueda invalidar: un pacto de Amor. ¡Sólo por ti!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Es hermoso saber que Jesús no viene a tu vida a condenarte, ni a reclamarte, ni a echarte en cara todo lo malo que has hecho, sino a ofrecerte una Vida totalmente Nueva a través del Nuevo Pacto en Su Sangre.

Él pagó, con Su propia Vida, el justo precio de todas tus transgresiones, pasadas, presentes y futuras. A través de Jesús, creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra, puedes recibir el principal beneficio de este pacto sempiterno, que es ser ahora un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos… Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más... En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel (Isa 45.17, 22, 25).

Lo realmente asombroso de este Nuevo Pacto es que ya no depende de ti, ni de lo que tú puedas hacer o dejar de hacer; ahora depende íntegramente de Dios: Él lo prometió, Él lo hablo y Él lo cumplió. ¿Te das cuenta? ¡No depende de lo que hayas hecho, sino de lo que Jesús hizo al morir por ti en esa cruz!

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (1 Jn 4.10).

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efe 2.4-9).

Amado(a), no te permitas albergar duda alguna acerca del Amor de Dios hacia ti. Recuerda que el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; y Jesucristo ha venido a tu vida para que tengas vida, y para que la tengas en abundancia (Jn 10.10).

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efe 5.25-27).

Te puedes dar cuenta, claramente, del Amor de Dios al distinguir el alcance de este Nuevo Pacto: ser Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa que Jesucristo se entregó a sí mismo por ti, para santificarte, habiéndote purificado en el lavamiento del agua por la Palabra de Dios, con el propósito de presentarte, delante del Padre, glorificado(a), sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino hecho(a) ya, santo(a) y sin mancha: ¡Una Nueva Creación!

Gracias a tu Nueva Identidad como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, ahora puedes amar a tu esposa de la misma forma en que Cristo Jesús amó a la Iglesia; y puedes sujetarte y respetar a tu esposo como al Señor.

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado (Ro 5.5 NVI).

Así que, no es que lo tengas que hacer como algo de lo que careces, sino que lo puedes y lo tienes que hacer porque ya está dentro de ti por medio del Amor de Dios que el Espíritu Santo ya puso dentro de ti junto con tu Nueva Identidad.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Es por todo esto que puedes estar seguro(a) que Dios no te ha dejado ni te dejará. Sea cual sea la situación en la que hoy te encuentras puedes confiar y depender plenamente en Su Amor por ti. No hay problema, enfermedad o tribulación de la cual Él no te pueda librar, pero, sobre todo, y acorde con Su Palabra, no existe problema, enfermedad o tribulación de la cual Dios, tu Padre, no te quiera librar.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en verdad que es maravilloso creer y recibir éste, Tu Gran Amor por mí. Tú has decretado en Tu Palabra, la Biblia, que no me dejarás y que estarás conmigo hasta el fin de los tiempos; así que hoy puedo declarar con toda certeza, que Tú me librarás del lazo del cazador, de la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, y debajo de Tus alas estaré seguro(a); escudo y adarga es Tu verdad, escudo y adarga es Tu Palabra. No temeré el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra; mas a mí no llegará, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú, Señor Jesús, estás conmigo. Porque te he puesto a Ti, que eres mi esperanza, al Altísimo por mi habitación, no me sobrevendrá mal, ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí, que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Porque esta es la herencia de Tus Hijos y mi salvación de Ti, Señor Jesús, vendrá. Por el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 10                                Efesios 5.21-33   /  Ez 16  /  Isa 45



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