5 de Mayo
¡Como la luz del sol!
Por Riqui Ricón*
Así
perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas
los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza (Jue 5.
31a).
La Biblia, las Palabras que han salido de la boca
de Dios y no mienten, dicen claramente que tú, porque amas a Dios, eres como el
sol cuando sale en su fuerza. Esto significa que, sin importar las
circunstancias o aflicciones que estés enfrentando el día de hoy, estás
destinado(a) a vivir una vida plena llena de fortaleza y vigor, con gozo y
alegría como el sol en su esplendor.
Pues han
nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará
para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).
No estás ni tirado(a), ni abandonado(a), ni a la
deriva; como si estuvieras atado(a) a las azarosas casualidades de esta vida
incierta. ¡No! ¡Nada de eso! Tú eres un(a) Hijo(a) del Rey de reyes y Señor de
Señores. Has sido creado(a) de Nuevo como espíritu incorruptible a través de la
Sangre de Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador.
Miren
con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que
somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque
no lo conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).
Es el Amor del Padre quien te ha establecido,
ahora, como Hijo(a) Suyo(a) y te ha señalado con propósito y destino en la
vida.
Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados (Ro 8. 28).
Es más, por ese Amor que existe entre tú y Dios, Él
ha comprometido Su Palabra en que todas las cosas, las buenas y, especialmente,
las que parecen malas, Él, Dios Todopoderoso, tu Padre, las volverá en un bien
para ti, pues Tú has sido llamado(a) por Él, conforme a Su propósito.
Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma (3 Jn 2).
El
propósito de Dios para tu vida no puede ser más que bueno, agradable y perfecto.
El
propósito de Dios para tu vida es que brilles con la fuerza del sol, que seas cabeza
y no cola, que estés arriba y nunca más abajo.
El Señor
te pondrá en el primer lugar, y no en el último; siempre estarás por encima de
los demás, y nunca por debajo, con tal de que atiendas a los mandamientos del
Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, y los pongas en práctica (Deu
28.13 DHH).
Es claro en la Biblia que el propósito de Dios para
tu vida es que como Hijo(a) del Dios Altísimo seas próspero(a), tengas salud y
vivas una vida plena de amor, gozo y paz.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10. 10).
Así que, no permitas, de ninguna
manera, que las aflicciones de la vida te desconcierten y te aflijan, pues lo
único que pretenden es robarte tu identidad como Hijo(a) de Dios. Satanás, como
un león rugiente, quiere llenar tu corazón con miedo en lugar de fe para que pierdas
la fuerza de tu esplendor. ¡No se lo permitas!
En lugar de eso, dile a tu alma, dile
a tus emociones, pensamientos y sentimientos: Marcha,
oh alma mía, con poder (Jue 5. 21b).
¡Tú eres
como la luz del sol en su fuerza! Absolutamente todo lo que está sucediendo en
tu vida se cambiará, de acuerdo a la Palabra de Dios, en un bien mayor, en algo
que en lugar de hundirte te ayude y te proyecte a mejores cosas.
Así ha sido
el testimonio de millones de creyentes y tú no serás la excepción.
Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.
14-15).
Ahora, gracias al Gran Amor con
que Dios te Ama y al sacrificio de Jesús, quien pago todos tus pecados en esa
cruz, el Espíritu Santo da testimonio a
tu espíritu que eres Hijo(a) de Dios.
Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).
¡Ya no estás más en esclavitud
para vivir con miedo y temor, pues la ley del espíritu de Vida en Cristo Jesús
te ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte!
Tienes todo el derecho y la
libertad para tener comunión con Dios llamándole Abba, Padre, Papá, Papito.
Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Es este tu Padre amoroso quien te
asegura que aún los problemas en casa, con tu familia, Él los resolverá de
forma que sea un bien mayor para todos.
Ellos dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa (Hch
16.31).
¡Si puedes creerle a Dios! ¡Al
que cree todo le es posible!
La victoria que vence al mundo y
a todo problema, enfermedad y situación adversa es tu fe; creerle a Dios;
creerle a Su Palabra estando convencidos que si Él lo dijo, entonces, Él lo va
a cumplir; si Él lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.
Dijo entonces Jesús a los
judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres (Jn 8. 31-32).
¡Gracias, Señor Jesús, puedo confiar en Tu Palabra!
¡Tu Palabra me ha hecho verdaderamente libre!
Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,
sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5.
14-16).
Así es, amado(a), tú eres la luz del mundo, eres un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y has sido dejado(a) en este mundo, por tu
Padre, con el propósito de que brilles y que con tu vida des luz a todos
aquellos que aún viven en tinieblas; para que ilumines a aquellos que viven llenos
de temor y angustia, sin saber quiénes son, ni por qué están en esta vida, a
aquellos que viven sin Dios y sin esperanza.
Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais
pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais
alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).
Lo asombroso de la Palabra de Dios es que es la Verdad
y tiene el poder en sí misma para capacitarte y habilitarte en ser lo que Dios
dice que eres. Así que, no importa si te
sientes capaz o no de ser luz y anunciar las virtudes de Dios; Él dice que eres
luz y que debes anunciar Sus virtudes, entonces así es. Es Palabra de Dios y
esa es la Verdad; eres la luz de este mundo, eres como el sol que sale en su
fuerza.
Practiquen
el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león
rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe (1 P
5.8-9a NVI).
Lo que realmente importa es que dejes de prestar
atención al diablo y sus mentiras con las que pretende anular tu fe, pues te
aseguro que si has llegado hasta aquí en esta lectura, entonces tú eres un(a)
creyente. Tú le crees a Dios. Tú crees la Palabra de Dios. Y al que le cree a
Dios, ¡TODO le es posible!
Y muchas veces el espíritu lo arroja al fuego o al agua,
para matarlo. Si puedes, ayúdanos. ¡Ten compasión de nosotros! Dijo Jesús: ¿Cómo "si puedes"?
Para el que cree, todo es posible (Mar 9.22-23 CST).
Oremos en voz audible:
Amado padre celestial, hoy estoy determinado(a) a
creerte, mi Señor. Creer a Tu Palabra, la Biblia, y aceptar y recibir mi
identidad como Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo. Soy la luz de este mundo y
estoy dispuesto a brillar con Tu Amor que ya ha sido derramado en mi corazón
por el Espíritu Santo que me ha sido dado. ¡Gracias! Todo lo puedo en Ti,
Cristo Jesús. Tú eres mi fortaleza. Resisto, en Tu nombre Jesús, al espíritu de
temor, a la enfermedad, a la pobreza, el resentimiento, el odio y todo aquello
con lo que el ladrón me quiere hurtar, matar y destruir. Recibo y declaro una
vida abundante llena de Tu Plenitud. ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy como la luz del sol cuando
sale en su fuerza! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
5 Hch 16.
16-40 /
Jue 4-5 / Job 35
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