11 de Marzo
¡Escrito está!
Por Riqui Ricón*
Y
no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos (Mat 13.58).
Aprendemos aquí, que la única forma de limitar el
amor y el poder de Jesucristo es mediante la duda y la incredulidad. Teniendo
pensamientos de crítica y juicio en sus mentes y corazones, estas personas
LLEGARON A CREER que no había forma posible en que ese hijo del carpintero, a
quien todos conocían, fuese siquiera un profeta, mucho menos el Cristo, el
Mesías.
¡Cuántas veces le ensañaron en el desierto, le enojaron
en la soledad! Y volvieron, y tentaron a Dios: y limitaron al Santo de Israel (Sal
78.40-41 RV1865).
Como puedes ver, aunque Jesucristo es el autor y
consumador de la FE, la incredulidad, la falta de confianza a la Palabra de
Dios, es lo único que puede limitar el Poder y el Amor de Dios.
¡Dios jamás ha faltado a Su Palabra!
Porque
en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe [por creerle a Dios creyendo Su
Palabra] y para fe [para creerle a Dios creyendo Su
Palabra], como está escrito: Mas
el justo por la fe vivirá [vivirá por creerle a Dios creyendo Su Palabra] (Ro 1.17).
Cada vez que leo lo que le sucedió a Jesús en
Nazaret, me asombró más y más por la simplicidad y perfección del Plan de Dios
para tu redención. Esto es, ser comprado(a) por precio en un estado de
esclavitud y muerte eterna para recibir la Vida Eterna al ser renovado(a) para
manifestar la libertad gloriosa de los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, y todo
mediante la fe [por creerle a Dios creyendo Su Palabra].
Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (He 11.1).
¿Cómo puedes estar seguro de algo que no ves? ¿Cómo
puedes estar convencido de recibir lo que estás esperando? Muy fácil, si Dios
lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir; si Dios lo habló, entonces, Él lo va a
ejecutar. Dios no miente ni se arrepiente, Él tiene Palabra de Honor.
Si de cualquier problema, enfermedad o aflicción
que estés enfrentando el día de hoy tú puedes encontrar en la Biblia alguna
promesa de ayuda que Dios te esté haciendo, entonces podrás tener la certeza
para esperar de Dios Su respuesta, estando convencido(a) de aquello que todavía
no ves.
Dios no
es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia
de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin
cumplir? (Num 23.19 NTV).
Como puedes ver, fe es creerle a Dios creyendo Su
Palabra.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Sin importar cuál sea la situación o circunstancia
en que te encuentres, sabes que sabes que Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, Jesús, para pagar el justo precio por TODOS tus
delitos y pecados, antes que perderte a ti.
En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efe 1.13-14).
Así que, puedes poner toda tu confianza en Dios ya
que además de amarte tanto te ha dado Su Palabra y te ha dado Su Espíritu Santo
como garantía de que con Él, en el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, TODO te va a salir muy bien.
Aunque ande en valle de sombra
de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado
me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa
de Jehová moraré por largos días (Sal 23.4-6).
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad
que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará (Sal 91. 5-7).
Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
Mi
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús (Fil 4.19).
Gracias a Dios que en Cristo Jesús has sido creado(a)
de nuevo [Nacido(a) de Nuevo] y tienes la fe de Dios para creer cada una de Sus
Palabras y nunca más le volverás a limitar con duda, mucho menos con
incredulidad.
Simón
Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la
justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que
la nuestra (2 Ped 1.1).
Así que, respecto a cualquier milagro que necesites
el día de hoy, sólo necesitas contestar las 4 preguntas del Ricón:
1.
¿Puede Dios hacer eso? ¡Claro! Es el Todopoderoso.
2.
¿Será la voluntad de Dios hacerlo? Estudia y medita
Su Palabra y encontrarás que, efectivamente, Él quiere hacerlo por ti y para
ti.
3.
¿Por qué lo haría Dios? Simple y sencillamente porque
te ama.
4.
¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes estar seguro(a)? ¿Cómo
puedes tener tal certeza? ¡ESTÁ ESCRITO EN SU PALABRA! ¡Y la Palabra de Dios es
Palabra de Honor!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy quiero agradarte con mi fe, pues en verdad
creo que eres el creador del universo, de todo lo visible y de lo invisible.
Creo que me amas tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo, Jesús, antes
que perderme a mí. Creo y recibo este Tu gran Amor con que me amas. Gracias,
Señor Jesús; por lo que hiciste al morir en esa cruz y resucitar yo tengo la
Vida Eterna. Me has hecho un(a) Hijo(a) de Dios. Sé que, que, aunque yo estaba
muerto(a) en mis delitos y pecados, por este Tu Gran Amor con que me has amado,
me diste Vida juntamente con Cristo Jesús; por Tu Gracia soy salvo(a) por medio
de la fe, y aún ésta última no es mía sino que es un regalo Tuyo. ¡Cuán Grande
y Hermoso Eres mi Señor! ¡Cuán maravilloso es Tu Amor por mí! En esta hora me
pongo de acuerdo con Tu Eterna e Infalible Palabra para creer y declarar que, por
el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, recibo mi sanidad. Me declaro libre de
toda dolencia y enfermedad. Hablo salud y bienestar a cada célula, tejido,
órgano y sistema de mi ser. Me declaro libre de cualquier tipo de adicción que
me haya querido esclavizar. Rechazo todo miedo, pues yo no he recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el
espíritu de adopción y hoy puedo decir, Abba, Padre. Pongo mis ojos, emociones
y sentimientos en Ti, Señor Jesús, quien eres el autor y consumador de mi fe.
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo
puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una Vida
Plena y Abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en
Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias
por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto.
Gracias porque por Tu Palabra, la Biblia, sin lugar a dudas, soy y recibo todo
esto que he declarado delante de Tu Presencia. Pues, ¡ESCRITO ESTÁ! En el
nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
11 Mat 13.24-58
/ Lev 19 /
Pro 29
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?