jueves, 10 de noviembre de 2016

¡Cómo saber que Dios responderá a tus oraciones!

 


4 de Noviembre
¡El mejor Padre del mundo!
Por Riqui Ricón*
A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió (Sal.120.1).
No existe nada mejor en este mundo que saber que en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia, siempre puedes contar con el apoyo y la ayuda de tu Padre celestial.
¡No estás solo(a)! ¡Él no te ha dejado ni te dejará jamás! Te lo ha prometido y lo ha puesto por escrito al darte Su Palabra:
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33.3).
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
¿Te das cuenta? La Voluntad de Dios es ayudarte. Su deseo es que le pidas para Él responderte y darte todas las cosas.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Él te ama tanto que entregó a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados y, así, no perderte a ti.
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos (He 4.16 NTV).
Por lo que Jesús hizo en la cruz, puedes acercarte confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí (Jer 3.19).
Dios estableció en Su Palabra, la Biblia, que tú le llamarías, Padre mío y que ya no te apartarías más de Él. Dios lo dijo con Su boca y lo ejecutó con Su Poder, pues ahora, en Cristo Jesús, tú has sido constituido(a) Hijo(a) del Dios Altísimo y Él siempre estará disponible para ti.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.3-5).
Pon mucha atención porque en Cristo Jesús, tú ya has sido bendecido(a) con toda bendición espiritual. No es que serás bendecido(a) algún día o bajo determinadas circunstancias, sino que YA ERES bendecido(a) por Dios.
De igual forma, tú has sido escogido(a) por Dios antes de la fundación del mundo PARA que seas santo(a) y sin mancha por medio de Jesucristo. ¿Te lo puedes imaginar? ¡Claro! ¡Él es Dios! Y no hay nada imposible para Dios.
Él siempre lo planeó así y ni Satanás, ni sus demonios, ni la muerte, ni el pecado pudieron evitar que Él te llamara Hijo(a) Suyo(a) desde antes de la fundación del mundo.
¡Todo por Amor a ti!
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Cor 5.21).
Quizás no lo sabías, pero cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador, TODOS tus pecados fueron pagados, por lo que fuiste declarado(a) justo(a) delante de Dios y, en ese momento, fuiste apartado(a), santificado(a), para recibir la Vida Eterna, y fue entonces que, al recibir esa Nueva Naturaleza que sólo la Palabra de Dios puede otorgar, Naciste de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios  (1 Jn 3.1 PDT).
Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no es una mera frase con tintes religiosos. ¡Es la Verdad! De hecho, este fue el propósito por el cual Jesucristo vino a la tierra, para justificarte, limpiándote de todos tus pecados y darte la Vida Eterna para, así, poder hacer de ti ese(a) Hijo(a) que Él siempre soñó.
Cristo Jesús es lo mejor que te pudo haber sucedido en este mundo.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
Si esto sucede con los padres terrenales, cuanto más y mejor sucederá contigo ya que, ¡Tú eres Hijo(a) del mejor de los Padres!
Así que, si te das cuenta, sin importar como se encuentre hoy tu vida, puedes vivir una Vida Plena y Abundante. ¡Puedes clamar a Dios y Él te ha de responder! Puedes hacer frente a cualquier circunstancia sabiendo que Dios, tu Padre, el Todopoderoso, está contigo. Y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, entre más leo y medito en Tu Palabra más me doy cuenta de la Verdad; me doy cuenta que me amas tanto que no sé ni cómo expresarlo. Gracias, precioso Dios, con la Sangre de Tu Hijo Jesús me has hecho Hijo(a) Tuyo(a). Ya no soy más un(a) pecador(a) condenado(a) a la muerte eterna sino que por Ti, por Jesús, por Tu Amor, ahora tengo Vida Eterna y la puedo vivir en paz, en gozo, en dicha, pues aunque en el mundo tendré aflicciones puedo confiar plenamente en Tu Palabra y de todas las aflicciones saldré victorioso(a). Te pido perdón por haber dado lugar al temor y a la duda respecto a mi futuro y declaro que yo soy ese(a) Hijo(a) de Dios que Tú dices en Tu Palabra que yo soy: justo(a), santo(a), SANO(A), prospero(a), dichoso(a), lleno(a) de paz y de amor. Yo no he recibido espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el espíritu de adopción por el cual clamo, ¡Abba, Padre! Por lo tanto, me despojo de todo temor y del pecado que me asedia, y voy a correr con paciencia, y constancia, la carrera que tengo por delante. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy hacer de mi vida esa vida plena y abundante que planeaste para mí, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo. Creo y declaro que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 4                        1 Tim 5.23-6.21  /  Jer 3-4  /  Sal 120
 
 
 
 

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