30 de Octubre
¡Jamás serás avergonzado(a)!
Por Riqui Ricón*
Y daré por respuesta a mi
avergonzador, Que en tu palabra he confiado. No quites de mi boca en ningún
tiempo la palabra de verdad, Porque en tus juicios espero (Sal
119.42-43).
¿Sabías que,
hasta este momento de la historia, no existe un solo ser humano que haya sido
avergonzado por haber confiado, con todo su corazón, en la Palabra de Dios?
Esto se debe a que la Palabra de Dios es LA VERDAD. Así que, los Hijos de Dios
NACIDOS DE NUEVO, JAMÁS seremos avergonzados de haber confiado en la Biblia.
De hecho,
podemos y debemos, ante todo problema y circunstancia adversa, responderle al
avergonzador que confiamos plenamente en la Palabra de Dios.
Oré al SEÑOR, y él me respondió;
me libró de todos mis temores. Los
que buscan su ayuda, estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de
vergüenza les oscurecerá el rostro. En mi desesperación
oré, y el SEÑOR me escuchó; me salvó de todas mis dificultades. Pues
el ángel del SEÑOR es un guardián; rodea y defiende a
todos los que le temen. Prueben y vean que el SEÑOR
es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él! Teman al SEÑOR, ustedes los de su
pueblo santo, pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan. Hasta los leones jóvenes
y fuertes a veces pasan hambre, pero a los que confían en el SEÑOR no les
faltará ningún bien (Sal
34.4-10 NTV).
La Biblia es
la Palabra de Dios y sabemos que Él NO PUEDE mentir, entonces, por ejemplo, si
la Biblia dice que eres sano(a) por las heridas de Cristo Jesús, esa es la Verdad
y cualquier enfermedad que estés padeciendo, se encuentra en tu cuerpo en
contra de la Verdad y en contra de la Voluntad de Dios.
Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Esta breve porción de la Escritura expresa
magistralmente la voluntad de Dios para tu vida: Prosperidad en todas las
cosas, salud, paz y gozo; en suma, una vida plena y abundante.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
Sin embargo, en ocasiones las
personas se preguntan por qué si la Biblia es la Verdad, ellos no alcanzan a
ver ni a experimentar la calidad de vida que en ella se promete. Para dar
respuesta a esto, primero habría que preguntarse, ¿podría ser, habría la más
remota posibilidad, que el que está equivocado seas tú y no el Señor ni Su
Palabra?
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque
ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? (Mar 12.24).
Fe es creerle al Señor, es creerle
a Su Palabra y el mayor estorbo para recibir las promesas de Dios mediante la
fe es la condenación que obra a través del espíritu de temor. Me refiero a esa
sensación de no ser lo suficientemente limpio, santo, digno o capaz de merecer
un milagro y mucho menos el cumplimiento de una promesa de parte de Dios.
Respondió el centurión y dijo:
Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi
criado sanará. Porque
también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis
órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi
siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se
maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel
he hallado tanta fe (Mat
8.8-10).
Cuánta luz puede traer a tu
corazón este centurión que aunque no se sentía digno, tenía conciencia de la
justicia y de la Verdad: Jesús es Dios y Su Palabra tiene todo el poder y toda
la autoridad para hacerse valer y cumplirse a sí misma.
Dios no es un simple mortal para mentir y
cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a
cabo lo que dice?(Núm
23.19 NVI).
Si Dios lo dijo, entonces Él lo
va a cumplir; si Dios lo habló, entonces el lo va a ejecutar.
Así que, la clave de todo es tu
FE.
En realidad, sin fe es imposible agradar a
Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él
existe y que recompensa a quienes lo buscan (He 11.6 NVI).
La clave de todo es si tú le
puedes creer a Dios, creyendo Su Palabra.
Jesús le dijo: Si puedes
creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).
La Biblia es la Ley de Justicia, es
la Ley de Verdad y en ella Dios declara que al aceptar el pago que Jesucristo
hizo con Su Vida, tú recibes la justificación o perdón de todos tus pecados
para que ahora puedas recibir, por la fe en Él, la plenitud de vida.
Mas ahora que habéis
sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto
la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.22-23).
No te engañes a ti mismo(a), no
existe precio ni trabajo ni acción alguna que tú puedas realizar para pagar,
por tus medios, lo que Él ya hizo por Amor a ti. Podrías estar intentándolo
hasta el fin de los tiempos y no lo vas a lograr. La buena noticia (Evangelio),
es que Dios es digno de confianza y puedes creerle para recibir en este día tu
justificación y la Vida plena que legítimamente te pertenecen. ¡Dios tiene
Palabra de Honor!
Y el efecto de la justicia
será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre (Isa 32.17).
Puedes estar
tranquila/tranquilo, nunca serás avergonzada/avergonzado por haber CREIDO a la
Palabra de Dios.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es hermoso
saber en quién he confiado y a quién le
he entregado mi vida y corazón: a Ti, precioso Dios que me has amado tanto que
preferiste entregar a Tu propio Hijo antes que perderme a mí. A Ti que has
hablado Palabras de Verdad y de Amor sobre de mí y de mi familia. Gracias,
Señor, porque sé que ninguna de esas Palabras dejará de cumplirse en mi: soy
amado(a) del Padre; soy más que vencedor(a); nada ni nadie me pueden hacer
frente pues Tú, Señor Jesús, estás conmigo. No hay forma en que pueda perder en
esta vida. ¡Jamás seré avergonzado(a) de haber creído Tu Palabra! ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo! ¡Gracias, Señor Jesús! Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este
mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
30 1
Tim 1 /
Isa 31-33/ Sal 119.33-64
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