27 de Octubre
¡Vida Eterna! ¡Completa Paz!
Por Riqui Ricón*
Alabad a
Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle. Porque ha engrandecido sobre
nosotros su misericordia, Y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya (Sal 117).
¿Qué motivos tengo para alabar al
Señor? ¡Me gusta que me hagan esta pregunta pues yo les podría citar más de un
millón de motivos para alabar al Señor! Y para muestra, basta el que a
continuación te doy y que te va a impresionar tanto que darás gritos de júbilo
al Señor.
¡Prepárate para ser impactado(a)
por la Palabra de Dios, que es La Biblia, la cual no miente!
Una de las promesas más hermosas
que Dios te hace dice:
Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3).
Así que, si
pones toda tu confianza en la Palabra de Dios haciendo de ella la norma máxima
de tu Vida y la pones en tu mente, boca y corazón siendo perseverante en
creerle, entonces, Dios se compromete a guardarte en completa paz.
¡Completa
paz!
Es algo
realmente asombroso saberse destinado a disfrutar de COMPLETA PAZ, sin ningún
tipo de temor ni aflicción. ¿Te gustaría? ¡Claro! Pues, entérate, ¡Dios te lo
ha prometido!
Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo (Jn 16.33)
En el mundo
tendrás aflicciones pero de todas ellas saldrás más que vencedor(a) por medio
del Amor de Jesucristo y, por lo tanto, puedes tener paz: ¡nada ni nadie te
podrán hacer frente todo los días de tu vida!
»Nadie
podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré, así como ayudé a Moisés. Nunca te
fallaré ni te abandonaré (Jos 1:5 TLA).
Sea lo que
sea que estés enfrentando el día de hoy, ahí en medio de eso, puedes tener paz,
pues sabes que sabes, que Dios, tu Padre, jamás faltará a Su Palabra y por lo tanto, la victoria es tuya.
Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Rom 8:37).
Entonces, toma
la decisión de poner todos tus pensamientos y corazón en la Palabra de Dios y
Él te guardará en completa paz. Él jamás ha mentido, ni lo hará jamás, pues no
puede hacerlo.
Aunque
ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23:4).
Así que, si Dios dice que aunque andes en valle de
sombra y de muerte no temas mal alguno porque Él está contigo, entonces, esa es
la Verdad: ¡Dios está contigo! Y si Dios está contigo, ¿quién contra ti?
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros? (Rom 8:31).
Pon mucha
atención, porque el asunto que más atormenta a la humanidad entera y
lamentablemente también a la mayoría de los creyentes, es el temor a la muerte.
Es algo en lo que prefieren ni pensar, pero lo tienen latente cada instante de
su vida. Si supieran lo que Jesús hizo al respecto y lo que Dios ha declarado
en Su Palabra y lo creyeran,
no volverían a temer nunca más.
Dios dice en
Su Palabra:
Destruirá a la muerte para
siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la
tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es
nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos
esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (Isa
25.8-9).
¿Cuándo será
esto? ¡Buenas noticias, ya sucedió! Hace más de 2000 años en aquel monte
Gólgota o de la calavera, a las afueras de Jerusalén.
Y cuando esto corruptible se
haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la
ley. Mas gracias sean dadas
a Dios, que nos da la victoria por
medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Co 15.54-57).
Esta VICTORIA sucedió cuando el
entregó Su Vida por amor a ti, y la recibiste en el momento que le reconociste
como Señor y Salvador de tu vida. En ese momento NACISTE DE NUEVO y todo lo
corruptible en ti fue vestido de incorrupción:
siendo renacidos (NACIDO DE NUEVO), no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre (1 P 1.23).
Ahora eres un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo y por la Victoria de Cristo Jesús sobre el pecado y la
muerte, eres totalmente libre de la esclavitud que produce el temor a la
muerte.
Así que, por cuanto los
hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para
destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es,
al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte
estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (He
2.14.15).
Si todo esto es Verdad, y claro que lo es, lo
razonable sería dejar de sufrir y angustiarnos por el miedo a la muerte para
creer y recibir esa paz y dicha, que sobrepasa todo entendimiento, las cuales
Jesús compró para ti al morir en esa cruz.
¿O acaso Dios miente al prometer
que TODO AQUEL que en él crea no se pierda más tenga VIDA ETERNA (Jn 3.16)? Y
qué es Vida Eterna sino vivir para siempre. Aunque te cueste un poco
comprenderlo, no lo dudes y créelo, dentro de 5000 años aquí vamos a estar tú y
yo, pensando, riendo y gozando de la vida. ¡Esa vida plena y abundante que
Cristo Jesús adquirió para ti!
A muchos les cuesta trabajo CREER
esto, pero ¿habrá algo imposible para Dios? ¿Cumplirá Él lo que está escrito en
Su Palabra? La respuesta es: Si puedes creerle a Él, al que cree le cree a
Dios, creyendo Su Palabra, TODO le es posible.
¡Tienes Vida Eterna! ¡Tienes Completa
Paz!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy te doy
gracias, una vez más, por tanto y tan grande Amor. Me has hecho Hijo(a) Tuyo(a).
No te han importado ni mis pecados, ni mis fracasos y entregaste a Tu Hijo,
Jesucristo, para pagar por mí y que yo recibiera Vida Eterna. Por Y todo por Tu
gran Amor con que me has amado, que aun estando yo muerto(a) en delitos y
pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Vida Eterna! Gracias, Jesús, por
Ti hoy yo estoy Vivo(a) y viviré por siempre pues Tú venciste a la muerte por
mí. ¡Tengo Tu Palabra! ¡Palabra de Dios! ¡Palabra de Honor! ¡Todo lo puedo! ¡En
todas las cosas soy más que vencedor(a)! Tú, Señor, me guardarás en completa
paz pues mis pensamientos en Ti perseveran. Jehová de los ejércitos, dichoso(a),
mil veces feliz y pleno(a), el hombre y la mujer que en Ti confían. Y ese(a),
SOY YO, Riqui Ricón (pon tu nombre aquí). Por todo esto, creo y declaro que,
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a)
legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este
mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
27 2
Tes 1 /
Isa 25-26/ Sal 117
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