martes, 26 de julio de 2011

¿Piensas que tu realidad es tan contundente que no podrías experimentar algún buen cambio?


Martes 26 de Julio de 2011.
¡Yo lo veré y lo disfrutaré!
Por Riqui Ricón*
Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria. Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello (2 R 7.1-2).
Desde el momento que Adán y Eva tomaron la decisión de creerle a Satanás en lugar de a Dios y hasta el día de hoy, siempre ha habido quienes repiten el mismo error: hacen caso omiso a la Palabra de Dios decidiendo no creerle a Él.
¿Por qué sucede esto? Encuentro dos respuestas totalmente diferentes una de la otra. Primero, tenemos a los incrédulos, quienes por su naturaleza caída y pecaminosa, no quieren ni pueden escuchar a Dios (Ro 8.7). A éstos Dios les ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar sus pecados antes que perderlos por toda la eternidad.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).
Por otro lado están los llamados creyentes, aquellos que han aceptado a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas y han Nacido de Nuevo pero, ignorantes del significado y poder de la Biblia, la Palabra de Dios, pueden ser engañados, apartados de la Verdad, por los problemas y aflicciones o por el pecado que aún se manifiesta en sus vidas.
Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento (Os 4.6a).
Nosotros somos las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo por el Amor que Él nos tiene y no por alguna acción o atributo que antes hubiéramos tenido.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Ti 3.4-7).
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
El Amor y sacrificio de Jesús, Su muerte y resurrección, son tan completos y acabados, tan perfectos y poderosos que, por la Palabra de Dios, el hombre o la mujer vieja, esa antigua naturaleza carnal y pecaminosa, ya no existen más. El engaño está en CREER, al contrario de lo que dice la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, que aún sigues siendo esa misma persona mala y pecadora.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo (2 Co 5.17-18a).
Permíteme aclarar que aunque te preguntes porqué sigues actuando o sintiéndote como un(a) pecadora(o) o derrotada(o) en tu andar con Jesucristo, esa no es la Verdad. Eso sólo es lo que el diablo pretende hacerte creer afectando tus emociones y sentimientos. Él está tratando de ocultarte la Verdad con todos los recursos que están a su alcance y sabemos que él es el padre de la mentira. La única Verdad es lo que Dios dice en Su Palabra, la Biblia, acerca de ti, de quién tú ahora eres: Su especial tesoro; un(a) Hija(o) amada(o) por Él de la misma forma en que ama a Jesús Su Hijo.
Él te ha dotado con Su Amor, Su fe, Su Palabra, Su Espíritu y Su Unción. ¡No hay forma en que puedas perder en la Vida!
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.4-5).
Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte con la fe que me has dado y agradarte declarando la Verdad: Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, amada(o) de Dios y especial tesoro de Él. No soy un pecador(a) ni un(a) fracasada(o) pues en todas las cosas soy más que vencedor por medio de Aquel que me ha amado, ¡Cristo Jesús! Tú eres mi guardador y el maligno no me toca. De todos mis pecados me arrepiento delante de Tu Presencia, amado Padre, y te confieso mis pecados pues fiel y justo eres Tú para perdonarme y limpiarme de toda iniquidad. Me determino a creerte y con Tu ayuda, Espíritu Santo, recibo mi identidad de Hija(o) del Rey. Soy sana(o), soy próspera(o), soy feliz, soy libre en el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Julio    26                               1 Co 12  /  2 R 6.1-7.2  /  Jon 1

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