lunes, 6 de noviembre de 2023

¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?

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 06 Noviembre 

 

¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?


¡Buena, agradable y perfecta!

Por Riqui Ricón*

Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien (Jer 7.23).

Entre más pronto comprendas que todo lo que la Biblia, la palabra de Dios, dice, lo dice para tu beneficio, entonces más pronto podrás creer y recibir la vida plena y abundante que Jesús compró para ti al morir en la cruz.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).

¡Es tan sencillo! La clave de tu existencia está en hacer de la Biblia la norma y principio básico de tu vida. ¡Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón! Lee y medita en la Biblia todos los días de tu vida, de día y de noche.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He 4.12).

La palabra de Dios está viva y es eficaz para producir en tu vida la fe que necesitas para creer y hacer que sucedan todas y cada una de las cosas que Dios ha dicho acerca de ti.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).

La voluntad y deseo de Dios hacia contigo siempre ha sido buena, agradable y perfecta, pues de todo esto, la Verdad más hermosa es que Dios te ama. Sí, mi amigo(a), Dios te ama y te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo, a que pagara el precio de tus pecados, antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Es por Su gran Amor con que te ha amado que Dios ha pronunciado palabras de bien y bendición sobre tu vida. Es porque te ama tanto que pensó y desarrolló un plan donde todos tus pecados fueran pagados mediante la vida de Su Hijo, Jesús, para justificarte, santificarte, perfeccionarte, perdonarte y así poder darte la Vida Eterna que sólo pueden gozar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Ahora en, Cristo Jesús, lo mejor de tu vida ya comenzó. Delante de tus pies comienza un camino totalmente nuevo que ya ha sido bendecido por tu Dios y Padre. Y aunque ciertamente en el mundo tendrás aflicciones, puedes vivir en paz, pues por la Palabra de Honor de Dios, de todo problema, enfermedad o aflicción tienes la certeza que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir? Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo! (Num 23.19-20 NTV).

Dios lo ha establecido así en Su Palabra y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no miente!

Por todo esto, ha llegado el tiempo, y ahora es, en que comiences hacer de la lectura y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu existencia.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Sólo en la Biblia puedes conocer y creer el Amor que Dios te ha dado.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Sólo en la Biblia puedes conocer y creer la voluntad buena, agradable y perfecta que Dios tiene para ti.

Pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna (Jn 4. 14 NTV).

La Biblia, la palabra de Dios, es la fuente de agua de vida eterna que corre en ti. Es la semilla sembrada en la buena tierra de tu corazón que ha de dar fruto a ciento por uno.

Así que, Dios te ama y Él desea que te vaya bien y que tengas una buena vida. Por lo tanto, puedes comenzar a creer y recibir este Amor que Dios te tiene, alineando tus pensamientos, sentimientos, emociones y declaraciones a la Palabra de Dios. Sométete a Dios, sométete a Su Palabra, resiste al diablo y éste huirá de ti, pues Satanás sólo viene a hurtar, matar y destruir, pero, ahora, Jesús está contigo para darte esa vida buena y abundante que ya pagó para ti derramando hasta la última gota de Su Sangre por Amor a ti.

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta (Ro 12.2 NTV).

Recuerda siempre que TODO lo que está escrito en la Biblia acerca de ti se va a cumplir, ¡es Palabra de Dios!

¡Es Palabra de Honor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte por Tu Palabra, la Biblia. Señor sé que Tú no mientes, que la Biblia es Tu Palabra de Honor y que, por lo tanto, mi corazón está firme; confiado en Ti, Señor Jesús. Por Tu Palabra asegurado está mi corazón y no voy a temer. Por Tu Palabra sé que he puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandará acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mi has puesto Tu Amor, Tú también me librarás; Me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Yo te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y le glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Soy sano(a), soy libre para realizar esa vida plena y abundante que está escrita acerca de mí. Señor Jesús eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que corre en mí. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 6                          2 Tim 2  /  Jer 7-8  /  Sal 122


Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 6                          2 Tim 2  /  Jer 7-8   Sal 122

 

2 Timoteo 2

Un buen soldado de Jesucristo

2

1Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

8Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 9en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 10Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 11Palabra fiel es esta:

Si somos muertos con él, también viviremos con él;

     12     Si sufrimos, también reinaremos con él;

Si le negáremos, él también nos negará.a

     13     Si fuéremos infieles, él permanece fiel;

El no puede negarse a sí mismo.

Un obrero aprobado

14Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 15Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 16Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. 19Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

20Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 22Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 23Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 24Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.[1]

  

Jeremías 7-8

Mejorad vuestros caminos y vuestras obras

7

1Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. 3Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. 4No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este.

5Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, 6y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, 7os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

8He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. 9Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, 10¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11¿Es cueva de ladronesa delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová. 12Andad ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. 13Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis; 14haré también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo.b 15Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.

16Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. 17¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. 19¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? 20Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.

Castigo de la rebelión de Judá

21Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. 22Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. 23Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, 25desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; 26pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.

27Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te responderán. 28Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.

29Corta tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la generación objeto de su ira.

30Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. 31Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom,c para quemar al fuego a sus hijos y a sus hijas,d cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. 32Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jehová, en que no se diga más, Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. 33Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien las espante. 34Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa;e porque la tierra será desolada.

8

1En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; 2y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. 3Y escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.

4Les dirás asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino? 5¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse. 6Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. 7Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.

8¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. 9Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? 10Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. 11Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.a 12¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.b 13Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.

14¿Por qué nos estamos sentados? Reuníos, y entremos en las ciudades fortificadas, y perezcamos allí; porque Jehová nuestro Dios nos ha destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas de hiel, porque pecamos contra Jehová. 15Esperamos paz, y no hubo bien; día de curación, y he aquí turbación. 16Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos; al sonido de los relinchos de sus corceles tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, a la ciudad y a los moradores de ella. 17Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides contra los cuales no hay encantamiento, y os morderán, dice Jehová.

Lamento sobre Judá y Jerusalén

18A causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí. 19He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas? 20Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos. 21Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.

22¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?[2]

      

SALMO 122

 

Oración por la paz de Jerusalén

Cántico gradual; de David.

     1     Yo me alegré con los que me decían:

A la casa de Jehová iremos.

     2     Nuestros pies estuvieron

Dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

     3     Jerusalén, que se ha edificado

Como una ciudad que está bien unida entre sí.

     4     Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH,

Conforme al testimonio dado a Israel,

Para alabar el nombre de Jehová.

     5     Porque allá están las sillas del juicio,

Los tronos de la casa de David.

     6     Pedid por la paz de Jerusalén;

Sean prosperados los que te aman.

     7     Sea la paz dentro de tus muros,

Y el descanso dentro de tus palacios.

     8     Por amor de mis hermanos y mis compañeros

Diré yo: La paz sea contigo.

     9     Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios

Buscaré tu bien.[3]



a 2.12: Mt. 10.33; Lc. 12.9.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 2 Ti 1.18-2.26

a 7.11: Mt. 21.13; Mr. 11.17; Lc. 19.46.

b 7.12–14: Jos. 18.1; Sal. 78.60; Jer. 26.6.

c 7.31: 2 R. 23.10; Jer. 32.35.

d 7.31: Lv. 18.21.

e 7.34: Jer. 16.9; 25.10; Ap. 18.23.

a 8.11: Ez. 13.10.

b 8.10–12: Jer. 6.12–15.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Jr 6.30-8.22

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal 121.8-122.9


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