lunes, 17 de diciembre de 2018

¿Qué te espera el próximo año?


30 de Diciembre

¡Este año nuevo tú reinarás mediante la Gracia abundante y manifestarás el Esplendor de la Gloria de Dios en tu Vida!

Por Riqui Ricón*

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).

Ahora que estás terminando un año y a punto de comenzar otro totalmente nuevo es importante recordar que el plan de Dios para tu vida es hacerla toda totalmente nueva.

Sólo con una Vida totalmente Nueva podrás mirar y entrar a disfrutar esos nuevos cielos y esa nueva tierra que, prometidos por Dios, sin duda están a punto de hacerse realidad.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn 3.3-6).

La Buena Noticia es que por el Amor que Dios te tiene y por la muerte y resurrección de Jesucristo tú has entrado a la dimensión del Espíritu naciendo de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.

Sin embargo, Dios es tan rico en misericordia y nos ha amado tanto que, a pesar de estar ya muertos a causa de los pecados, nos dio nueva vida juntamente con Cristo (¡sólo por la gracia de Dios somos salvos!) (Efe 2.4-5 CST).

Así es, por el Amor de dios, tu Padre, Cristo Jesús pagó todos tus pecados y pagó también la consecuente muerte eterna a la que irremisiblemente te dirigías ofreciéndote el regalo de la vida abundante que solamente un(a) Hijo(a) de Dios puede tener: ¡La Vida Eterna!

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Porque si bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor (Ro 6.23 BAD).

Así que puedes creerlo y debes declararlo y gritarlo a voz en cuello: ¡En Cristo Jesús tengo todo el derecho de hacer mi vida una vida plena y abundante!

Y claro que puedes conseguirlo si comienzas a vivir y actuar como si en verdad le creyeras a Dios, creyendo Su Palabra, pues tú haz sido hecho(a) justo(a) y el (la) justo(a) por su fe vivirá [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra].

porque ahora tienen una nueva vida, vida que no recibieron de sus padres y que jamás se desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes es eterna, porque se la dio Cristo, el vivo y eterno Mensaje de Dios (1 P 1.23 BAD).

Encarar un año nuevo siempre será emocionante si conoces la Verdad (la Biblia): Que tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.

No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído (Isa 65.23-24).

Así que, ¡Prepárate! Porque en este año que entra no trabajarás en vano, ni darás a luz para maldición pues tú  eres linaje de los benditos del Señor, y tus hijos juntamente contigo. Antes de que le pidas a Dios cualquier cosa, Él te va a responder, mientras aún hables Él ya te habrá escuchado.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

En este año que va a comenzar, Dios está muy interesado en que te enteres, y creas, que por la Sangre de su Hijo Jesús, Él te ha redimido de toda maldición y te ha comprado para que tú seas legal y legítimamente Su Hijo(a). Pues sólo de esta manera Él podrá cumplir Su deseo explícito en toda la Biblia: Que tú vivas una Vida plena y abundante.

Sed sobrios,  y velad;  porque vuestro adversario el diablo,  como león rugiente,  anda alrededor buscando a quien devorar (1 P 5.8).

El propósito del ladrón es robar, matar y destruir. Mi propósito es dar vida eterna y abundante (Jn 10.10 BAD).

También es importante que recuerdes que ahora tú no eres de este mundo y, por lo tanto, estás en guerra contra el mundo. Tienes un enemigo que a base de engaños y mentiras hará todo lo posible para que le creas a él y así pueda llenarte de miedo e incredulidad para evitar, a toda costa, que le creas a Dios.

Sin embargo, no tienes nada de qué preocuparte,

Y a vosotros,  estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,  os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,  que nos era contraria,  quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades,  los exhibió públicamente,  triunfando sobre ellos en la cruz (Col 2.13-15).

La Buena Noticia es que ese enemigo y todos sus secuaces están vencidos y mueren de miedo de pensar que tú te enteres y creas quien ahora tú eres en Cristo Jesús.

Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios (Luc 4.33-34).

Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (1 Jn 3.8b).

Efectivamente, Jesús está en tu vida para deshacer todas las obras del diablo, obras de temor, angustia, enfermedad, pobreza, amargura, dolor, depresión y soledad. Por el Nuevo Pacto en Su Sangre ahora eres Nueva Creación y el glorioso Espíritu Santo vive en ti y contigo para darte una Vida totalmente Nueva, Vida abundante, Vida Eterna.

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor (Isa 65.17-19).

Así que, antes de terminar este año, prepárate para recibir un año nuevo. ¡Alégrate! No le creas más al diablo. Tú no tienes por qué seguir pagando ningún precio. El sacrificio de Amor que Jesús hizo por ti es completo, perfecto y acabado. Así como con tu fe le has recibido como Señor y Salvador de tu vida, de la misma forma recibe la Nueva Vida que Él ya dispuso para ti.

Mas vosotros sois linaje escogido,  real sacerdocio,  nación santa,  pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 P 2.9).  

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas os serán añadidas (Mat 6.33).

Así que el pecado reinó sobre el hombre y lo condujo a la muerte, pero ahora, por la justicia de Dios, reina su gracia salvadora para dar vida eterna mediante nuestro Señor Jesucristo (Ro 5.21 CST).

¡Este año nuevo es el año en que reinarás mediante la Gracia abundante para que realices grandes obras en el Reino de Dios!

¡Será un año de Esplendor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, muchas gracias porque hoy puedo terminar este año en la victoria que Cristo Jesús ganó para mí. Señor Jesús, gracias por la Vida Nueva que me has dado para gozarme y alegrarme eternamente. Por lo que hiciste por mí en la cruz, por la Nueva naturaleza que ahora tengo y disfruto, creo y declaro que este próximo año, no trabajaré en vano, ni daré a luz para maldición pues yo soy linaje de los benditos del Señor, y mis hijos juntamente conmigo. Antes de que te pida cualquier cosa, mi Dios, Tú me vas a responder, mientras aún hable Tú ya me habrás escuchado. No voy a escuchar voces de desánimo y fracaso. No daré lugar en mi vida a la incredulidad, ni al temor. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy hacer del próximo año el año que comenzaré a reinar mediante Tu Gracia Abundante. Voy hacer del próximo año el año del Esplendor de Tu Gloria dentro de mí. Así que, de todo problema, enfermedad o aflicción saldré más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Por lo tanto, resisto, ato, reprendo y echo fuera de mi vida la enfermedad, la pobreza, la escasez, los conflictos familiares, la soledad, la angustia, la depresión, el miedo y toda obra de mentira. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 30                                Luc 4.31-44   /  Ez 46-47   Isa 65




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