lunes, 17 de diciembre de 2018

¡Por qué terminarás este año en Esplendor!


19 de Diciembre

¡Porque te lo ha jurado Dios!

Por Riqui Ricón*

Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra;  así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti (Isa 54.9-10).

¡Asombroso!

El Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús es el mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas, por medio del cual, después de haber sido justificado(a) y perdonado(a) al ser derramada Su Vida y Su Sangre, ahora tú has sido adoptado(a) legítimamente como un(a) Hijo(a) de Dios.

Así es, porque Él lo juró con Su Palabra, ahora Dios te mira y te trata como un Padre mira y trata a Su Hijo(a).

Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado (Isa 54.3-5).

La relación con Dios cambia radicalmente a través del Nuevo Pacto: ahora no importa más lo que hiciste, ni lo que estés haciendo, sino lo que Jesús hizo por Amor a ti. Se te ha dado la oportunidad de dejar todo el pasado atrás y Nacer de Nuevo a una Vida Plena y Abundante como Hijo(a) del Rey.

Ahora, sin importar el problema, la angustia o enfermedad que estés enfrentando, el tiempo del Esplendor de la Gloria de Dios ha venido sobre de ti. ¡Te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda!

No temas, pues no serás confundido(a); y no te avergüences, porque no serás afrentado(a), sino que te olvidarás de todo el pasado que te condena.

¡Ahora el Todopoderoso Dios es tu propio Padre!

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,  y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Col 2.13-15).

Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa vivir esa Vida Plena y Abundante en justicia y santidad que Él decretó, con Su Palabra, que te pertenece a ti. No se trata de lo que hagas o dejes de hacer sino de si puedes creer que ahora eres ese(a) Hijo(a) que Dios dice que eres.

Se trata de creer que la Biblia es la palabra de Dios y, por lo tanto, todo lo que en ella está escrito son las Palabras que salieron de la boca de Dios, son la Verdad y se van a cumplir todas; primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que la Palabra de Dios deje de cumplirse.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Se trata de realmente creer que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Se trata de creer que ahora, en Verdad eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios.

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Col 2.9-10)..

Mientras sigas escuchando las voces de fracaso y derrota que te dicen que no  vales, ni sirves, ni puedes; que sigues siendo la misma persona que eras antes, pecadora, miedosa, irresponsable, etc., entonces, seguirás viviendo una mentira, luchando contra el miedo, la angustia, la enfermedad y la condenación.

¡Qué contraste con la Escritura que te afirma que tú estás completo(a) en Cristo y que toda la Plenitud de Dios está en Él y, por lo tanto, también está en ti!

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31b-32).

Sólo permaneciendo en la Palabra de Dios encontrarás acceso a semejante libertad. Todo esto es Verdad al que puede creer la Palabra de Dios, pues al que cree TODO le es posible.

La Plenitud de Dios, esta forma de vivir en paz, con gozo y lleno(a) de amor, es aplicable a todas las áreas de tu vida: en la salud, las finanzas, las relaciones familiares y personales, el desempeño profesional, el hogar, etc. Pues, cuando sabes que sabes, que ahora eres un(a) Hijo(a) del Rey del Universo y que tienes derechos y privilegios divinos (así como obligaciones), los problemas y circunstancias de tu entorno no te volverán a engañar para ponerte en la condición de víctima.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).

Amado(a), aunque tú no lo creas, tú eres y serás siempre la persona que Dios dice en Su Palabra que tú ahora eres. Si lo crees o no lo crees, eso no cambia la Verdad; tan sólo cambia el hecho que tú puedas vivir EN la Verdad o no. Con tu fe [creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra] tú haces posible el vivir esa Vida Plena y Abundante que YA fue comprada y preparada para ti.

Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.22-23).

¡SI! Jesús ya lo hizo todo por amor a ti y ahora todo depende de que tú puedas creer.

Así que, Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas (Isa 54.2).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en este momento estoy dispuesto(a) a declarar con todo mi corazón que SI CREO. Creo que la Biblia es Tu Palabra y creo que lo que Tú hiciste por mí al morir en esa cruz, Señor Jesús, me establece y afirma en la condición de Hijo(a) Tuyo(a). Creo que ahora tengo esa Nueva condición: soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sé y declararé toda mi vida que soy amado(a) por Ti, oh Dios; que nunca me has dejado ni me dejarás. No temeré a nada, ni a nadie, porque Tú estás conmigo; Tú me redimiste; me pusiste nombre, Tuyo yo soy. Tú Palabra es la Verdad y yo soy la persona totalmente Nueva que Tú dices que ahora soy. No voy a escuchar, ni a creer, las voces de fracaso y derrota que quieren impedir que me manifieste en la Plenitud de Vida que voy a vivir. En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio  de Aquel que me amó, pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. En Tu Palabra, Señor, me declaro libre, sano(a), próspero(a) y lleno(a) del gozo, paz y amor que Tú, y sólo Tú, Señor Jesús, me das. Por lo tanto, no voy a temes, solamente creeré. Me extiendo hacia la Vida Plena y Abundante que Tú adquiriste para mí. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 19                                Col 1.24-2.19   /  Ez 27-28   Isa 54




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